
Carlos Alcaraz está encontrando en el ATP Buenos Aires 2023 todo aquello que buscaba en su vuelta a la competición. Tiempo en pista, rodaje ante raquetas experimentadas en la arcilla, el calor de un público que le arropa en cada encuentro y buenas sensaciones con sus golpes, especialmente con una derecha que se encendió durante buena parte de su duelo ante Dusan Lajovic. Carlitos ya está en semifinales, donde le espera Bernabé Zapata, y pasó por rueda de prensa para tocar diferentes aspectos, entre los que se encuentra la rotura de raquetas, lo que le aporta su equipo de trabajo o una interesantísima reflexión acerca de qué separa a los grandes jugadores del resto.
Opinión sobre romper raquetas
"Yo era un jugador, cuando era pequeño, que se frustraba muchísimo. Sí que es cierto que en mi carrera profesional he roto muy pocas o ninguna raqueta, pero cuando era pequeño era un jugador que tiraba mucho la raqueta. Me di cuenta de que con eso no llegas a ningún lado. Tienes que controlarte. Yo siempre he dicho que primero juegas contra ti mismo y luego contra el rival; si no te controlas a ti mismo, no vas a poder ganar el partido. Yo me lo tomo así. Romper la raqueta no ayuda mucho, o eso es lo que pienso. Trato de controlarme en cada partido y en cada momento: eso te ayuda a seguir bien en el partido e intentar remontar. Creo que tirar la raqueta, hoy en día, no sirve de mucho".
La experiencia de Ferrero y su equipo de trabajo, un enorme plus para gestionar la exposición y responsabilidad
"Creo que es importante. Te equivocas menos, este mundo no te pilla de sorpresa. Ellos ya han pasado por donde yo estoy pasando y te pueden aconsejar mejor que cualquier otra persona. Vivir de las experiencias, aprender de las experiencias, es lo más importante. Tener a Juan Carlos (Ferrero), a (Antonio Martínez) Cascales, a Albert (Molina), que han vivido la carrera de muchos tenistas y han pasado por donde yo estoy pasando, te ayudan a no cometer los errores que tal vez ellos cometieron, y a seguir hacia delante más rápido e incluso mejor".
Cambio de condiciones meteorológicas casi extremo en Buenos Aires: ¿cómo se prepara?
"Cada semana en el tenis es distinta, incluso cada día. Eso es lo difícil de ser tenista: tener que acostumbrarse en poco tiempo a las circunstancias que van saliendo. Eso diferencia a los muy buenos de los demás: sobreponerse ante las adversidades. Venir de un clima con muchísimo calor, mucha humedad, a uno muy frío... hay que adaptarse lo mejor posible, y creo que eso es lo que he hecho. Me adapté al frío, al viento y di un buen rendimiento ante eso. Es lo que hay que hacer".
Hacer amigos en un circuito tan despiadado
"Soy una persona muy cercana. Sé diferenciar muy bien la competición de lo que pasa fuera de pista. Tengo claro que lo que pasa en pista, pasa en pista, y que fuera es otra cosa. Tengo muy buenos amigos con los que he compartido la época junior. Llevaba tiempo sin verlos, y verlos me alegra. Eso sí, hay jugadores y jugadores. Hay jugadores que se toman más en serio la competición y luego fuera de pista son como más distantes. Yo soy totalmente lo contrario, intento llevarme bien con mucha gente con la que voy a competir casi todo el año: llevarse mal con esas personas no sirve de mucho. Intento ser amigable, cercano y llevarme bien con todo el mundo. Creo que eso es importante".
La parte mental del tenis
"Tanto mi equipo como yo sabemos lo importante que es el lado psicológico. Al final, en un partido van a aparecer momentos duros y adversidades, debes estar preparado para sobreponerte y dar tu mejor nivel ante eso. Tengo claro cómo debo salir a la pista: disfrutando. Yo disfruto jugando al tenis, y gracias a sonreír y pasarlo bien es cuando saco mi mejor juego, y es lo que intento hacer desde el primer punto hasta el último. Es lo que trabajo también fuera de pista, en los entrenamientos: sobreponerme a los adversidades y hacer alguna cosa para tratar de sonreír. Cuando sonrío, se me quitan los problemas, se eliminan las presiones y eso es lo importante".