Confesiones de una jueza de silla: “Hablo por quienes no tienen la oportunidad de hacerlo”

Una jueza de silla cuenta los abusos por los que tuvo que pasar: "Me llamó a su despacho y me dijo: 'Fuera de la cancha tienes que ser menos sexual’.

Raquel Bermúdez Rodríguez | 26 Jun 2022 | 10.25
facebook twitter whatsapp Comentarios
Jueza de silla. Foto: Getty
Jueza de silla. Foto: Getty

El mundo del tenis puede volverse uno de los más herméticos, con la figura de los jueces de silla siendo inaccesibles. Damian Steiner, por ejemplo, sufrió el castigo más duro tras conceder una entrevista sin autorización de la ATP, siendo despedido como consecuencia. Una investigación realizada por The Telegraph abre paso a esa “sociedad secreta” que se esconde en el deporte del tenis, una historia repleta de abusos en la que cuentan con el testimonio de la jueza de silla Tamara Vrhovec.

¿Cómo se puede solucionar?

“Hay que cambiar todo el sistema desde lo más alto. No tienen a nadie a quien recurrir y no pueden hablar con los medios de comunicación. Cuando ocurre algo escandaloso, algo que pasa muy a menudo, muy pocos deciden hablar porque tienen miedo de que todo se les vuelva en contra. ¿Qué pasará cuando se inicie la investigación? Puede que pierdan su trabajo para siempre y que la persona en el poder se quede. Eso es lo que ocurrió con el oficial ‘X’ (un alto cargo que dejó la empresa). Hubo algunas acusaciones anteriores contra él que nunca se trataron. Eso disuadió a la gente de intentar siquiera hablar de sus casos.

El sistema es muy fácil de manipular por la gente de arriba, que sabe el resultado que busca y trabaja para conseguirlo sea como sea. Si un juez de silla comete un error, se puede ignorar y no poner ninguna nota”.

Su historia con el oficial ‘X’

“Me llamó a su despacho y me dijo: ‘Cuando se trata de rendimiento, el cielo es el límite. Fuera de la cancha tienes que ser menos sexual’. Solía hacerme una cola, ir sin maquillaje ni joyas. No tenía ni idea de lo que quería de mí. Siempre se hablaba mucho entre los jueces sobre quién se acostaba con quién, pero, en general, se me veía como una chica dura. Alguien a quien los chicos no se atrevían a acercarse. Por eso, el comentario de ‘demasiado sexual’ era tan extraño”.

Abusos

“Hubo un par de hombres que me hicieron proposiciones y que esperaban conseguir lo que querían por ser más veteranos que yo. Uno de ellos dejó de trabajar, el otro fue ascendido recientemente a un puesto de alto nivel, aunque todo el mundo sabe que es un depredador y nunca se ha molestado en ocultarlo.

Recuerdo que se acercó a mí por detrás y me tocó el trasero una vez en Roland Garros. Más tarde, tuvo una discusión pública con otra jueza de silla. Cuando me puse de su lado, se enfadó mucho conmigo. Al menos, así no me tocaba más”.

“Ser juez de silla es muy duro para la vida personal”

“A lo largo de mi carrera, he trabajado para convertirme en una insignia de oro, pero nunca sucedió por una u otra razón. Me quedé en plata durante 16 años, lo cual es un récord. Quería tener una carrera en la que me recompensaran según mi ética laboral y mi rendimiento. Por eso me pasé a las finanzas. Ser juez de silla es muy duro para la vida personal.

Muchas personas me han sugerido que emprenda acciones legales, pero no he querido pasar por ello. Es algo del pasado en lo que ya no pienso. Creo que tengo que hablar ahora por los que todavía están en el sistema y no tienen la oportunidad de hacerlo”.