El ejemplo de cómo la pandemia ha destrozado a las Federaciones de tenis

Tennis Canada confirma pérdidas de en torno a 17 millones de euros por la crisis del coronavirus. "Vamos a retroceder en torno a 20 o 30 años".

Carlos Navarro | 21 Oct 2020 | 21.42
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Rogers Cup. Fuente: Getty
Rogers Cup. Fuente: Getty

Puede que el circuito tenístico haya recobrado la normalidad, o al menos esta nueva normalidad, pero las Federaciones que se han quedado sin albergar torneos en sus países han sufrido golpes durísimos en lo que a la economía se refiere. El coronavirus ha dejado a muchas piezas de la industria del tenis totalmente cojas, provocando unas pérdidas financieras que podrían tener efectos de larga duración en nuestro deporte. Miles de puestos de trabajo perdidos, torneos cancelados... y la sensación de que todo esto va para largo.

El ejemplo perfecto de los estragos causados por la COVID-19 es Tennis Canada, la Federación del país norteamericano. Siempre han organizado con solvencia la Rogers Cup, ya sea en Toronto o en Montreal, desplegando un envidiable trabajo en un torneo que 'daba de comer' a muchos otros eventos más pequeños. El circuito de Futures y Challengers en plazas como Granby, Drummondville, Gatineau o Calgary ha visto cómo iba perdiendo piezas a una velocidad de infarto, y la suspensión de estos torneos ha provocado pérdidas cuantiosas.

Eugene Lapierre, el vicepresidente de la organización, ha confirmado en La Presse los peores presagios y ha ofrecido unas declaraciones que de reproducirse en otros países nos ponen muy en alerta sobre lo que se avecina. Un 90% del presupuesto de Tennis Canada proviene de su torneo más importante, esa Rogers Cup que como ya dijimos fue cancelada. ¿Consecuencias? Un 40% de reducción en el staff y un 60% de reducciones en los programas de desarrollo deportivo. Una caída sin precedentes.

"El torneo de Canadá es el único gran evento deportivo del país que tiene un objetivo diferente que el de montar un gran show. Sí, esa semana es una fiesta en la que todos nos divertimos, pero la razón de ser del torneo está en las 51 semanas restantes", afirma Lapierre. Y en esas semanas, claro, tampoco se ha jugado ningún torneo de ninguna categoría. "En lo que al desarrollo de nuestro deporte se refiere, vamos a retroceder unos 20 o 30 años. Nuestra inversión en los próximos años no tiene ni punto de comparación con lo que invertíamos hasta ahora".

Son declaraciones preocupantes, puesto que la canadiense es una de las Federaciones que ya se atreve a hablar de las consecuencias de la pandemia. No será la única, eso sí, en ver cómo todo cambia. "Vamos a tomar decisiones con respecto a en qué programas invertimos. Va a haber muchas actividades que vamos a tener que abandonar. ¿Cuáles elegimos? Nosotros ponemos muchísimo esfuerzo en el desarrollo de jóvenes talentos, y queremos continuar haciéndolo, pero vamos a tener que trabajar a un 40% o 50% de lo que lo hacíamos antes".

La hornada de jóvenes cachorros del país de la hoja de arce es simplemente espectacular. Denis Shapovalov, Felix Auger-Aliassime, Leylah Fernández... los ejemplos son innumerables. ¿Podría detenerse esta factoría de talentos? "No queremos estar en una situación en la que sacrificamos a una generación entera. Si nos saltamos tres o cuatro años de inversión en ciertas etapas, quizás un talento de 12 años, desafortunadamente, pierda su oportunidad. No querríamos que esto pase y nos organizaremos de forma correcta".

Y es que el momento en el que el dinero de Tennis Canada marca verdaderamente la diferencia es en la etapa formativa. "Nosotros no ayudamos a los profesionales que ya están en el circuito. Nosotros nos fijamos en los jóvenes, chicos de 9, 10, 11 o 12 años. Hasta llegar a la edad de 14 años, esa etapa es crucial". Y es que, para finalizar, Lapierre detalló las pérdidas económicas a las que se enfrentan este año.

"Todavía estamos tratando de conseguir una línea de crédito que nos permita sortear la tormenta. Tardaremos varios años en volver a donde estábamos antes. Cuando cerramos los libros de cuentas de este año, contábamos con una pérdida de en torno a 17 millones. Estos 17 millones trataremos de recuperarlos repartiéndolos en los próximos años. Si la Rogers Cup volviese el año que viene al 100%, muchos de los problemas financieros se aliviarían. Si no, lo más probable es que tengamos que añadir varios años más de recuperación". Un ejemplo de que los efectos de esta pandemia nos perseguirán durante mucho tiempo.