La historia de Nicolás Jarry y cómo el dopaje frenó sus aspiraciones

El chileno será el próximo rival de Carlos Alcaraz en el ATP 500 de Río. Así fue su duro camino hasta reencontrarse con su tenis después de una suspensión por dopaje.

Mónica Barberán Munera | 25 Feb 2023 | 14.08
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Nicolás Jarry en el ATP 500 de Río de Janeiro. Foto: getty
Nicolás Jarry en el ATP 500 de Río de Janeiro. Foto: getty

El chileno Nicolás Jarry accedió ayer a semifinales del ATP 500 de Río de Janeiro tras vencer al argentino Sebastián Báez por 6-3 7-6(3). Y es que el tenista chileno (139º) que llega al torneo brasileño desde la qualy, está mostrando durante toda esta semana ápices de esperanza de poder volver a acercarse a su nivel de antaño. Jarry ha tenido varios altibajos durante su carrera tenística y quiere resarcirse en Brasil. Él será el rival del español Carlos Alcaraz en las semifinales del torneo y puede complicarle mucho al murciano por su estilo de juego.

Una suspenión por dopaje hizo que tuviera que volver a empezar

Gracias a su última victoria, Nicolás aparecerá la próxima semana en el top 100 del ranking ATP (virtualmente ocupa el puesto 85), un hecho histórico que no sucedía desde el mes de marzo del 2020. Además, volverá a ser el jugador número 1 de su país, Chile. Pero, ¿qué ha pasado desde entonces? Jarry es un referente del tenis allí, pero en los últimos años una sombra negra se posó sobre él. En enero del año 2020, cuando tenía 24 años, la Federación Internacional de Tenis (ITF) comunicó que Jarry era suspendido durante 11 meses por dopaje al dar positivo en dos sustancias prohibidas durante la Copa Davis celebrada en Madrid unos meses antes. El chileno siempre rechazó el dopaje y alegó que aquello no le benefició en nada a su rendimiento y que su consumo fue involuntario.

La realidad es que fue muy duro para el tenista tener que afrontar 11 meses de parón cuando estaba experimentando uno de los mejores momentos de su carrera. Volvió al circuito en noviembre de ese mismo año para disputar el Challenger de Lima, pero cayó ante Nicolás Álvarez. Su vuelta al tenis anotándose una derrota debió mermar mentalmente al chileno. Desde aquello y durante 2021 el jugador estuvo disputando Challengers y torneos ITF para intentar recuperar su mejor nivel poco a poco. De esta manera, centrándose en los escalafones más pequeños del circuito, a Jarry le ha costado un mundo volver a competir en los torneos más grandes. Pero el trabajo poco a poco tiene sus frutos y demostró unas muy buenas actuaciones en dos torneos Challenger, venciendo en la final de Lima a Juan Manuel Cerúndolo, además de quedar finalista en otros dos más. Un recorrido de sombras y luces que tenía su recompensa el pasado año.

Jarry comenzó el 2022 mostrando una gran mejoría en su tenis y en su cabeza, haciendo que volviera a pisar el top 150 del ranking ATP. En cuanto a sus actuaciones en tierra batida, cabe destacar la fase clasificatoria de Roland Garros en la que se mostró muy sólido, aunque cayera en la última ronda ante Juan Pablo Varillas, otro jugador a tener en cuenta en los próximos años. Más recientemente, siguiendo con su progresión, Jarry se clasificó para el cuadro principal del Australian Open superando al serbio Miomir Kecmanovic de manera fulminante.

Puntos fuertes que Alcaraz deberá tener en cuenta para derribarle

En este inicio de 2023 en Río de Janeiro, el chileno ha estado desplegando un tenis muy compacto y sacando a pasear un gran servicio, lo que explica la mejora en su juego. No ha cedido ningún set en lo que lleva de torneo y así buscará hacer daño a Carlos Alcaraz en su próximo enfrentamiento: “Mi esquema contra Carlos será el mismo que ha sido durante toda la semana: ser agresivo y jugar mi juego. Pero tendré que sacar mejor. Carlos podrá atacar mi servició más que Sebastián, quién se mantiene al fondo de la pista para restar”, confesaba Jarry tras su partido de cuartos de final.

El chileno se caracteriza por tener un saque muy potente, debido, en parte, a sus casi dos metros de altura. Pero Carlitos no tendrá que lidiar únicamente con eso, sino que tendrá que responder a su poderoso drive y aguantar los intercambios largos de un lado a otro de la pista. Será un duro desafío para el murciano enfrentarse a Jarry, un gran jugador que ha obtenido sus mejores resultados en tierra batida. El murciano deberá evitar que su rival empiece dominando el encuentro y atacar su servicio si quiere anular al chileno, que no tiene nada que perder.

Si Nicolás consigue tumbar al español, jugaría su primera final desde 2019, cuando ganó su único título ATP en Bastad, año en el que alcanzó el ranking más alto de su carrera como número 38.