Exhibición de Kerber ante una impotente Sharapova

Volvió la garra, el coraje, la habilidad innata para luchar cada bola y no perder pista cuando es atacada. Volvió esa tenista completa que no necesita de golpes ganadores continuos para sacar de quicio a las demás. Volvió Angelique Kerber. Como si la que portara su nombre en 2017 fuera una hermana gemela que ya quedó en el olvido, la de Bremen ha vuelto al circuito con ambiciones y energías renovadas. Sus sensaciones en los torneos previos al primer Grand Slam del año ya fueron notables pero lo visto en esta tercera ronda del Open de Australia 2018 presenta a Kerber como una firme candidata al título.

Poco pudo hacer Maria Sharapova, que posiblemente se retrotrayera a sus inicios con una raqueta en la mano cuando de niña golpeaba con furia la pelota contra una pared. Así hace sentir a sus rivales la teutona cuando está en plenitud de condiciones física y mentales. La primera manga fue una auténtica exhibición de una Kerber que parecía no poder fallar ni aunque hubiera querido. Sharapova era incapaz hasta de tomar la iniciativa, desplazada por la pista como si fuera una marioneta y hastiada al tener que correr en todas direcciones y no poder golpear una bola cómoda.

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Las cosas se igualaron en el segundo set, sabiendo aprovechar la rusa una mínima relajación de Kerber. Daba la sensación de que el partido podía cambiar de rumbo ya que Sharapova asumió la iniciativa del encuentro y comenzó a imponer su ritmo machacón de ataque constante. Sin embargo, lejos de inquietarse y perder pista, Kerber aguantó el tirón con una fuerza de piernas encomiable y exprimiendo sus opciones tácticas. Se defendió como gata panza arriba y endureció al máximo los juegos en los que la rusa parecía poder despegar.

El sexto y séptimo juego fueron claves; ahí es donde Sharapova fió su destino en el partido y lo dio todo. Al verse frenada por la alemana, pareció diluirse cual azucarillo en café y acabó entregando la cuchara antes de lo previsto. Brazos al cielo de una jugadora única en su especie y que quiere volver a degustar las mieles del triunfo tras un fatídico año. Más mérito de Kerber que demérito de Sharapova este contundente resultado que puede generar dudas en la rusa.

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No hay muchas jugadoras que estén ofreciendo mejores sensaciones que Angelique Kerber. Tiene ya experiencia en partidos vitales de esta índole y el hambre por volver a vencer. Su siguiente rival en los octavos de final del Open de Australia 2018 será la ganadora del duelo entre Hsieh y Radwanska, en lo que promete ser un apasionante duelo. Maria Sharapova ha de rearmarse y confiar en sus posibilidades para futuros torneos.