Uniqlo no quiere el logo 'RF'

Está por cumplirse un año desde que Roger Federer se mostrara ante el mundo en Wimbledon con la ropa de su nueva marca, Uniqlo. Dejando atrás Nike tras toda una vida junto a ellos, el helvético pegó un cambio radical en su estilo a cambio de una mega oferta de 30 millones de dólares al año. Comenzó entonces una pequeña disputa por el logo 'RF', perteneciente a la marca estadounidense, que Roger que reclamaba como suya. Durante todo este tiempo, el suizo no podía usarla y debía esperar a que acabara un contrato el pasado mes de marzo para poder volver a usarla. Solo que parece que Uniqlo tiene otros planes.

La marca japonesa no quiere el logo 'RF'. Así lo cuentan medios suizos. "Uniqlo no tiene planes de usar las iniciales de Roger Federer", comentó Aldo Liguori, portavoz de la marca de ropa. Nike ya dejó de comercializar productos con el logo de 'RF' aunque todavía se puede encontrar algunos minoristas que venden online productos con el logo 'RF' pero a menos que se produzca un giro inesperado en todo esto, la línea de ropa con el logo del 20 veces campeón de Grand Slam terminará perdiéndose.

Desde Suiza apuntan a que esto puede ser una decisión empresarial, ya que Uniqlo podría haber hecho cálculos estimados y comprobar que los costes serían mucho mayores que los ingresos y que una línea de ropa con el logo 'RF' a día de hoy no resultaría demasiado exitosa. "El hecho de que todavía tenían ropa antigua con el logo de 'RF' demuestra que no lograron venderlo. Tal vez Uniqlo ha estimado que los costes e ingresos están fuera de proporción", explica Hans-Willy Brockes, experto en marketing deportivo.

Lo que sí está claro es que no son pocos los fans de Federer que no pueden comprar su ropa online. Al principio, Uniqlo no podía vender online y en Suiza no hay nadie que pueda comprar su ropa puesto que no tienen sucursales allí y la empresa no puede entregar productos en este país por lo que sus propios aficionados suizos no pueden tener acceso a la ropa de su ídolo a menos que se vayan a otro país a comprarla. Parece que son demasiadas las barreras existentes en todo esto como para pagar 30 millones de dólares al año a Roger.