La edad no perdona

Roger Federer y Serena Williams, los dos a sus 34 años llevan un 2016 bastante similar con sólo tres torneos jugados y problemas físicos que le impiden rendir al 100%.

Jose Morón | 10 May 2016 | 10.09
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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Ambos con 34 años, las carreras de Roger Federer y Serena Williams tiene más similitudes de lo que puede parecer a simple vista. Lo que sí está claro, es que en este 2016, los dos llevan un camino prácticamente similar. Mientras de la estadounidense se esperaba que volviera mostrando de nuevo su superioridad tras varios meses de descanso, y del suizo se esperaba ver cómo afrontaba un nuevo año con otro entrenador, lo cierto es que sólo han podido disputar tres torneos cada uno con cero trofeos en su haber.

Las lesiones y problemas físicos están impidiéndonos disfrutar de ellos en este 2016. En estos últimos meses han sido constantes las preguntas de si piensan retirarse aunque los dos han negado cualquier rumor alegando que todavía piensan seguir en activo por unos años (en plural) más en activo. Quizá su cabeza así lo quiera pero es probable que sus cuerpos estén empezando a decirles lo contrario.

Si cualquiera de ellos dos tose, todo el mundo se echa a temblar temiendo que tengan algo. Es lo que ocurre cuando dos de los mejores jugadores que ha dado este deporte en toda la historia llegan a esa edad en la que otros en su día ni siquiera llegaron tan lejos y decidieron colgar su raqueta antes para dedicarse a otra cosa. Cualquier posible idea de que alguno de los dos pudiera retirarse produce una sensación de miedo tan grande que se hace difícil de explicar. Y mucho peor que encima pudieran hacerlo casi a la vez.

Todos nos asustamos al ver la cara de decepción de Roger la pasada semana en Madrid durante la rueda de prensa en la que confirmó que se saltaba Madrid por otro nuevo problema de espalda. La misma que en 2013 nos impidió disfrutar como quisiéramos de él. "Espero que mejore. Lo menos que puedo decir es que estoy muy decepcionado", declaraba el suizo visiblemente triste. Su principal preocupación es que pueda estar a punto para Roland Garros y Wimbledon y es que hay que recordar que en París acumularía 66 Grand Slams de forma consecutiva. Nadie en la historia de este deporte suma tantas participaciones seguidas como él, superando los 62 de la extenista japonesa Ai Sugiyama. Federer no se pierde un Grand Slam desde 1999 cuando no disputó el US Open de aquél año.

Lo de Serena es un tanto más confuso. No se sabe bien lo que le sucede ya que a lo largo de todo el 2015, a pesar de completar un año de ensueño, admitió que llegó a competir con diversos problemas físicos y también con cierto nivel de estrés que le impedía concentrarse para mantener el nivel. Esto es algo que se ha mostrado aun más en 2016 y es que parece que el tiempo de descanso que se tomó tras el US Open no parece haberle cargado de energías del todo. Algo le sucede. Algo no va.

Mouratoglou comentó a inicio de temporada que la ve compitiendo durante cinco años más. Quizá sea más un deseo que otra cosa y es que aunque por condiciones físicas puede que así sea, su cabeza le puede estar diciendo lo contrario. Patrick comentó que debían seleccionar su calendario de manera muy cuidadosa y quizá esa ausencia en Madrid se deba principalmente a eso, para llegar a Roland Garros en plena forma con un poco de rodaje en tierra ahora en Roma.

Porque la capital italiana espera ver volver a los dos. La número 1 del mundo ya causó furor ayer entre los fans italianos con el partido de dobles junto a su hermana y disfrutarán de ella en el singles, donde será una de las mujeres a seguir, sin duda. Sobre Roger aun no está del todo claro puesto que aunque le hemos visto entrenar todos los días, lo ha hecho a un ritmo bastante suave y sin forzar demasiado su espalda. Hoy probablemente decidirá si está en plenas condiciones de jugar.

La edad es ese enemigo invisible que siempre nos sigue a todas partes. Que actúa en silencio y golpea cuando menos lo esperamos. Pasa sin que le veamos ni nos percatemos de su presencia hasta el día que llama a la puerta sin que la hayas invitado. No perdona. Por mucho que le supliques, no hace concesiones. Ni siquiera para que nos deje tranquilos por varios años más a dos leyendas como ellos.

Por ahora, tal y como en la antigua Roma se solía hacer y aprovechando que el tenis se concentra allí, sólo les podemos decir: "Larga vida al Rey y la Reina". Tempus fugit.