Novak Djokovic demostró que tiene la cabeza 100% enfocada en este Masters 1000 de París y dejo claro que se va a por elnúmero 1 en este final de año. El partido comenzó igualado, con Murray aguantando el ritmo medio y alrgo del serbio. A la primera adversidad, el escocés se desvaneció. Andy acusó piscológicamente la tensión a la que se ha sometido estas semanas.
El partido para Andy tenía dos caras. La primera: por primera vez en muchas semanas jugaba sin tener el tiempo en su contra. habituado en el último mes en ganar obligado para llegar a Londres, por fin llegaba la oportunidad de demostrarse llegar al ritmo físico y de pelota del top-3 sin la imperiosa necesidad de ganar. La otra cara ra precisamente esa, ver si puede comeptir al ma´ximo nivel con los verdaderos capataces o si aún queda una fase por completar.
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— TennisTV (@TennisTV) octubre 31, 2014
Recuperada su mejor defensa en estos meses post US Open, a Murray le quedaba comprobar como de equilibrado y potente es su juego y su mentalidad para estar dentro del partido, darle la vuelta, abrochar las ventajas y sentirse de nuevo al nivel de los grandes. Y hasta el 5-5, notándose diferencias entre ambos aún, Murray había conseguido llevar el primer set al precipicio.
Ahí comenzó la descomposición de su juego y su confianza. Un break de Nole cuando el escocés servía para forzar la muerte súbita, dejó muy tocado a un Murray pendiente de un alambre tras el desgaste físico y mental de este sprint final de temporada. Una reivindicación constante para llegar a Londres. Logrado el objetivo, Novak fue demasiado.
El segundo set fue bastante más deslucido por ambas partes. Djokovic tuvo 1-0 y 0-40 al resto. Cometió varios errores, pidió perdón por tirar la raqueta, Murray sostuvo y tras el 2-2, el partido se acabó. Andy se quedó parado, tiró de brazo para acortar los puntos. Su cabeza estaba en Londres. La montaña era muy alta y la reserva muy corta.