Carlos Alcaraz sabe ganar en todo tipo de situaciones. Da igual el guion de partido, el circuito Challenger parece que empieza a quedársele corto. Hoy se medía a un hueso muy duro de roer como el japonés Taro Daniel, y el murciano iba camino de una victoria muy contundente con un 6-2 y 5-3 en el bolsillo. Tuvo bola de partido... y el castillo de naipes se derrumbó al intentar cerrarlo. Del 5-3 al 5-7, tocaba reagruparse mentalmente para el tercer set... y lo hizo con una compostura de hierro, volviendo a sacar su mejor tenis y liquidando el parcial definitivo en menos tiempo de lo esperado (6-2, 5-7, 6-2). De premio, una final en Oeiras en la que se medirá a Facundo Bagnis: el vencedor ocupará una plaza en el top-100. Casi nada.