No es algo nuevo aunque siga impactando igual. En otras ocasiones -Challenger de Turín, en 2015- ya se ha podido ver como a la hora de secar pistas de tierra batida, se utilizan llamas para lograr un rápido efecto. Y así ha ocurrido en el Challenger de Casablanca, donde han optado por secar los alrededores de la pista, seguramente encharcada por la lluvia previa, con un poco de fuego. A grandes males, grandes remedios.