Tras dos semanas de batallas titánicas, grandes momentos, revelaciones, decepciones y partidos históricos, Roland Garros 2024 llega a su fin y echará el telón con la gran final tan esperada por todos. Jamás hemos visto este duelo en la última instancia de un Grand Slam, si bien será el décimo capítulo de una rivalidad infravalorada que alcanzará su cénit en la Philippe Chatrier. Carlos Alcaraz y Alexander Zverev se darán cita en la batalla final, buscando su tercer y primer título de Major respectivamente, en una velada que atraerá los ojos de medio mundo.
Y no es un partido carente de narrativas, de cierto morbo, de ganas de revancha y de una carga emocional intensa para ambos contendientes. Sí que se enfrentaron en una final, Madrid 2022, en la que Alcaraz fue manifiestamente superior; eso sí, el último enfrentamiento en las grandes esferas cayó del lado de Sascha, que asestó a Carlitos su última derrota en Grand Slams (Open de Australia 2024). Más allá de que el de El Palmar se cobrase una pequeña revancha en Indian Wells, donde le batió con facilidad, la espina de aquel duelo no se sacará del todo hasta que un gran escenario sea testigo de un nuevo triunfo.
Porque Carlos quiere igualar una rivalidad en la que todavía va por detrás (5-4 para Sascha) y, sobre todo, hacer historia en un torneo único y especial para él. Creció viendo Roland Garros en la televisión y solo un único obstáculo se interpone en su camino, un obstáculo de gran envergadura que ha demostrado saber ganarle si sus principales armas funcionan. Zverev llega con tres horas más de tenis en sus piernas, pero no parece que el físico esté siendo un problema para el germano, que se metió de lleno en aguas profundas ante Griekspoor (perdía por 1-4 en el quinto set) y ante Holger Rune (remontó un 1-2 en contra) y salió ileso... y casi sin rasguños.
Zverev exude confianza. Tras su triunfo en semifinales ante Ruud, aún más. Tanto él como Carlos son los claros ejemplos de que no hace falta desplegar tu mejor tenis para acercarte a tocar metal: basta con ser más fuerte en los momentos clave, con agarrarte a la pista con uñas y dientes, con mostrar un aplomo en puntos de presión que termina por desordenar y destrozar mentalmente a tu rival. Lo hizo Sascha contra Rafa y en los dos partidos ya mencionados; Carlos viene de demostrarlo hace apenas unas horas ante Jannik Sinner, en un duelo con aroma a final adelantada en el que el murciano levantó un 1-2 encontrando inspiración cuando más contra las cuerdas se encontraba.
SAQUE, DEJADA, CONSISTENCIA
Muchas claves surgen en un encuentro donde lo emocional podría jugar un papel muy importante. Será únicamente la segunda final de Grand Slam para Zverev; ha declarado que este duelo no tiene nada que ver con la primera (un partido de terribles nervios que acabó entregando vs Thiem, US Open 2020), pero la experiencia reciente del germano con respecto a los partidos de alto voltaje no es demasiado halagüeña. No hay que ir muy lejos, de hecho, para encontrar un duelo, su derrota ante Medvedev en Australia tras dominar por 2-0, que todavía deja un rastro de dudas con respecto a sus prestaciones en las mayores instancias de un Major.
Carlos, por su parte, consiguió derrotar a Novak Djokovic en Wimbledon firmando el mejor juego de su carrera deportiva cuando sacaba para derrocarle. Históricamente no ha habido rastros de miedo o duda en la cara del murciano cuando mira a la gloria de cerca; por experiencia, pues, el juego emocional y de nervios debería beneficiar a Carlos. Eso sí, Zverev tiene variantes de sobra en su tenis para hacerle dudar... como ya hizo, de hecho, en la misma Philippe Chatrier en el año 2022.
Necesitará estar extremadamente fino con su servicio el germano: hoy firmó 18 aces ante Ruud, una cifra a la que debe acercarse si no quiere verse atenazado por las profundas bolas del murciano a su derecha desde el fondo de la pista. Que ese golpe aparezca con cierta profundidad también es clave para Sascha; en muchas ocasiones ha adolecido de no finalizar los puntos con él en sus partidos contra Charlie, un cliente empedernido de la transición defensa-ataque, capaz de cambiar el rumbo de un punto con apenas un golpe de genio.
Cuando Alcaraz salió sin un rumbo claro y la derecha de Sascha finalizó los puntos, el partido cayó del lado del germano (ATP Finals 2023, Australia 2024). Cuando Carlos encontró posiciones ganadoras desde el fondo con su drive y fue capaz de contrarrestar con garantías el saque + primer golpe del alemán, sus victorias fueron apabullantes (Indian Wells 2024, Madrid 2022). El arma escondida del español, un golpe que siempre ha hecho mucha pupa a Zverev, es la dejada. Será cuestión de confianza que Carlos la esconda y la ponga en juego: si siente la bola desde el principio, puede ser el Joker de la baraja que haga mucha mella a nivel mental en su rival.
Dos auténticos gigantes y titanes del circuito que buscan el título más importante de sus carreras. Para Carlos, por lo especial y único de triunfar en París; para Sascha, por quitarse la mayor espina clavada de toda su carrera y pasar a ingresar al círculo de leyendas de este deporte. Hace apenas 20 años, un tenista conquistaba en París sel primer -y único- Grand Slam de su carrera; hace 10, una leyenda española engordaba su leyenda tras dejar por el camino a su máximo rival generacional. Elijan su propia aventura: inaugurar las vitrinas o llevar el título de vuelta a España. El domingo, la Philippe Chatrier dictará sentencia. Let the games begin.