Italia está de moda y no solo por sus jugadores. Si miramos a los banquillos encontraremos una larga lista de técnicos conviviendo en la élite. Uno de ellos, Vincenzo Santopadre, es nuestro último invitado desde Barcelona.
A la espera de los éxitos que traiga el futuro, hoy Vincenzo Santopadre (Roma, 1971) es reconocido por su trabajo con Matteo Berrettini, jugador al que situó dentro de los mejores del mundo y al que llevó a ser finalista de Grand Slam. Pero aquella relación se terminó el pasado mes de octubre, cerrando así una historia de trece temporadas trabajando mano a mano. Su nuevo pupilo nada tiene que ver con el anterior: francés, 19 años y un estilo completamente opuesto. Los problemas estomacales terminaron con el viaje de Luca Van Assche en segunda ronda del Conde de Godó 2024, pero Punto de Break ya se había sentado con el italiano para dialogar sobre este nuevo proyecto.
Luca Van Assche, un nuevo reto. ¿Cómo empieza todo?
Empezamos en Rotterdam, Doha y Dubai. Luego él se fue a América con Yannick, su entrenador histórico desde que tenía 9 años, así que entre los dos nos repartimos las semanas. Me habían hablado de Luca con mucho cariño y la verdad es que es así, tanto él como su entrenador son muy buenas personas, tiene una familia con valores. Para mí es un placer ayudarle, tiene muchas cosas que me gustan, empezando porque es muy trabajador y escucha mucho. Desde el primer momento me gustó el proyecto.
¿Cómo es dentro de la pista? ¿A qué aspira?
Es un jugador muy fuerte en la defensa, pero sabe hacer de todo. Tiene un grandísimo revés, puede jugar al contraataque, puede meter presión, es muy interesante cuando tienes tantas variantes. No todos los jugadores poseen esta calidad, pero ahora está en una etapa donde se está formando como profesional, es muy joven todavía. No nos ponemos objetivos más allá de mejorar el nivel de juego, aunque ya lo tiene altísimo. Prácticamente, acaba de llegar al circuito profesional, tiene que ver cómo funciona, pero su nivel no es algo que me preocupe. Quizá con el saque no gane muchos puntos gratis, pero sabe construir los puntos, tiene muy buen timing.
¿Podemos calificarle como terrícola?
Es donde Luca se siente más cómodo, en Francia jugó mucho en tierra batida, además tiene buenos resultados, ganó Roland Garros Junior. ¿Qué pasará con los años? Para mí es un jugador completo, en 2-3 años será capaz de competir en todas las superficies. Ahora su juego se adapta mejor a la arcilla por algunos aspectos pero, si sigue por este camino, si continúa mejorando en la cuestión técnico-táctica, acabará siendo un todoterreno.
¿Qué tal es fuera de la pista?
Es un chico muy racional, muy tranquilo. Es cierto que la gente espera mucho de él, hay una gran expectativa con Luca, pero es normal cuando eres uno de los mejores jóvenes del mundo. Todavía no tiene la calidad de un Alcaraz, pero sigue siendo muy joven, cumplirá 20 años en mayo. Tiene que estar tranquilo, pero el circuito te genera presión y te genera prisa con todo el tema de los puntos y los torneos. Dentro del equipo somos conscientes de que necesitamos tiempo, los resultados llegarán.
Francia sigue esperando al nuevo Yannick Noah.
Los últimos años fueron excepcionales para ellos, ahora tienen a Luca, Arthur Fils, Arthur Cazaux, etc. Hay mucha atención del tenis francés en estos chicos, por supuesto que sufren ese tipo de presión, aunque no sé exactamente cuánta. Forma parte del juego, dentro de la mentalidad también va ligado el saber manejar estas situaciones.
El tenis francés está muy bien, pero tengo que preguntarte por el tenis italiano.
Es increíble, todo el mundo me hace esta pregunta. ¿Cómo es posible que, después de una época no tan buena, ahora estemos así de bien? Para empezar, esto no sucede de un día para otro, hay un sistema detrás donde todas las partes implicadas han puesto de su parte. Ahora mismo, Italia es el país al que todos miran para comprender cómo lo hacemos.
Sois la envidia del circuito.
Esto es un orgullo, es bueno que se acerquen y pregunten. Obviamente, me parece que tenemos un gran modelo: hay torneos, hay entrenadores y hay mucha formación. Hay muchas cosas que funcionan, ahora lo que tenemos que hacer los italianos es seguir trabajando, estando contentos por vivir este momento, pero mirando adelante para ver si todavía podemos hacer un poquito más, no perder la ambición.
Tenéis más de 20 Challengers. Casi 30 jugadores en el top300. Campeones de la Copa Davis y Sinner campeón del Open de Australia. ¿Qué es lo siguiente?
Hacer todo esto pero repetido en el tiempo. Todo esto es increíble, pero tenemos muchos jugadores y muchos torneos. Si conseguimos hacer esto durante 6-7 años, entonces sí sería lo máximo a lo que podemos aspirar.
Cuando Sinner gana en Australia, en algún momento pensaste… ¿ahí podría estar Matteo?
Lo pensé, por supuesto. Fue una pena, porque llegó a la final en Wimbledon, semifinal en US Open y semifinal en Open de Australia. Pero las cosas pasan siempre por algo, antes de Matteo ya tuvimos a Fognini, que le ayudó muchísimo a mejorar. En este caso, Matteo creo que fue una inspiración para los que venían detrás. Me alegré muchísimo del triunfo de Jannik en Melbourne, es un chico excepcional y conozco muy bien a su entrenador, Simone Vagnozzi. Por supuesto, deseo con todo mi corazón que Matteo también pueda ganar algo así de importante, se lo merece.
¿Por qué separasteis vuestros caminos?
Los dos últimos años las cosas funcionaban, pero podían ir mejor. Llegamos a un momento donde había que cambiar algo, necesitábamos recuperar algo de ritmo, aunque también pasamos por algunos infortunios. Nos sentamos a hablar y juntos decidimos separarnos. Por su tenis, creo que estábamos justo en ese punto de inflexión donde un cambio era necesario.
¿Le ves volviendo a la élite?
Estoy convencido, le veo con buena cara y tiene mucha voluntad. Tiene que seguir por este camino, paso a paso, con el tiempo estoy seguro de que volverá a estar ahí arriba.
¿Te imaginas un partido Matteo contra Luca?
Sería duro […] Hubo dos veces que estuvo a punto de suceder. La primera en la final de Phoenix, pero Luca perdió en semifinales. Luego en Marrakech lo mismo, Luca perdió en primera ronda contra Munar, de haber ganado se hubiera enfrentado a Matteo. Afortunadamente, yo no estaba allí en ninguno de estos dos torneos (risas). Me encantaría que se produjera este partido, pero en una final.
Pregunta impertinente: teniendo ahora mismo tantos italianos jugando el circuito ATP, ¿por qué elegiste entrenar a un francés?
Sí, es una buena pregunta, hasta mi hermana me la hizo. Pero mira, las cosas pasaron así, Luca tiene madre italiana, él habla italiano, no muchos lo saben. Incluso dentro de la familia hablan en italiano, tiene sangre italiana, entre nosotros hablamos en italiano…
… ¿le gusta la pasta?
¡Le encanta la pizza!
(Risas)
Yo lo que quería era trabajar con alguien joven, disfruto mucho entrenándolos, ayudándoles a mejorar. Me apetecía iniciar un proyecto con un ambiente distinto, creo que puede ser un reto para mejorar como entrenador, una oportunidad para crecer y escuchar otro tipo de discurso. Tuve otras ofertas sobre la mesa, algunas realmente buenas, pero no hubo ninguna como esta, ninguna que la sintiera de verdad con el corazón.
¿Qué es lo más difícil de entrenar a un chico de 19 años?
Depende mucho del chico, pero el tema del teléfono del móvil podría ser un tema aparte. Estos jóvenes tienen que trabajar mucho para diferenciar el mundo real y el mundo virtual, es una generación que lo quiere todo y lo quiere ya, de inmediato. En el deporte uno tiene que trabajar día a día, tiene que tener paciencia, ser consciente de que los resultados no llegan tan fácil, primero has de mejorar. Pero el móvil funciona así, en dos clics puedes acceder a cualquier cosa.
Tener ambición pero controlada.
Luca lo quiere mucho, lo desea de verdad, esto para mí es algo positivo. Pero cuando hablo de mentalidad, hablo también de los tiempos, cada jugador necesita su espacio para hacer su propio camino, el objetivo ahora mismo es ir mejorando día a día, sin mirar a otros jugadores.
¿Qué le pides a esta temporada?
Estaré satisfecho si consigue mejorar todo el funcionamiento de ser profesional, de la mentalidad, de la cultura deportiva, etc. Es normal que cuando ganas estás feliz y cuando pierdes estás triste, pero hay algo más allá. Quedaré contento si a final de temporada ha mejorado mucho en el terreno personal.
¿No habláis de ranking?
No me gusta porque ese no es el objetivo. El objetivo es mejorar los golpes, la mentalidad y las tácticas… todo lo demás será una consecuencia.