Protagonista hace una semana al ganar el Challenger de Barcelona, Nick Hardt se ha convertido en el máximo exponente del tenis de su país. A las puertas del top200, el dominicano nos cuenta todos los sueños que todavía le quedan por cumplir.
¿Qué se siente al ser el mejor tenista de tu país? Ahora mismo, solo hay 195 personas que se levantan con esa impresión, una de ellas es Nick Hardt (República Dominicana, 2000). El americano vivió la semana pasada el momento más dulce de su carrera, levantando su primer título Challenger en la Academia Emilio Sánchez de Barcelona. Un éxito que le acerca un poco más al objetivo de irrumpir en el top200, logrando así su mejor clasificación histórica.
A sus 23 años, Hardt lleva la palabra ‘dificultad’ en el apellido después de haber recorrido un camino más complicado que cualquier otro tenista europeo, aunque sus planes guardan la misma ambición que las cualquier otro jugador del vestuario. Esta semana, en el Challenger Open Comunidad de Madrid, su aventura no pasó de primera ronda –pagando el peaje del cansancio–, pero el dominicano aceptó con gusto la invitación de Punto de Break para sentarse veinte minutos y hablar de sus orígenes, su crecimiento y sus sueños.
Enhorabuena por ganar tu primer Challenger.
¡Muchas gracias! Fue una semana muy emocionante. En primer lugar, porque no entraba en mis planes jugar esa semana, ya que entré en el último minuto como alternate. Estaba pendiente del partido entre Pedro Martínez y Benjamin Hassan en semifinales de Girona: si Pedro hubiera perdido ese partido, Hassan hubiera cogido el SE para Barcelona y yo me habría quedado fuera.
Aprovechaste de lleno esta oportunidad.
Cuando por fin entré, veo que me toca en primera ronda contra el principal cabeza de serie. Ese fue un partido muy duro, arranqué muy bien el primer set, pero fue el día más complicado por el viento. En el segundo set estuve break arriba, pero bajé un poco la intensidad y Quentin (Halys) empezó a jugar mucho mejor, así que nos fuimos al tercero. Ahí me vi un poco agotado, venía de muchas semanas jugando, pero empezó a llover y eso me ayudó. Al día siguiente reanudamos y lo pude sacar, a partir de ahí mi confianza fue aumentando hasta la final.
Final donde te esperaba un rival español.
La final fue un sueño, además contra Bernabé Zapata, un jugador al que admiro mucho. Es alguien con mucha experiencia, alguien que estuvo top40 mundial, así ganar este título supone mucho, encima en España, el lugar donde he conseguido los mejores resultados de mi carrera. Aquí me siento como en mi segunda casa.
¿Qué supone ganarle una final a un jugador que ha sido #37 del mundo?
Me motiva mucho, Bernabé ha jugado los torneos más grandes del mundo, compitiendo ante los mejores rivales. Al final, todos los jugadores del top50 y el top200 le pegan muy bien a la pelota, la clave es ver quién es más regular física y mentalmente, solo esos serán los que den el salto. Sé que esa semana supone un empujón para mí, estoy deseando seguir trabajando más fuerte para algún día cumplir mi sueño.
Te vi muy tranquilo en esa final, demostraste mucha serenidad y madurez.
Si te soy sincero, de pequeño me enfadaba bastante, rompía raquetas, no disfrutaba mucho en pista. Durante estos años he ido madurando, trabajando mucho con mi psicólogo, Giovanni Montero, eso me está ayudando a mantenerme enfocado en los momentos importantes, a ser positivo hasta el final. Diría que este deporte es un 70% mental y un 30% físico, para mí el tenis es el deporte individual más duro del mundo. Aquí todos juegan muy bien, pero si de cabeza no estás… es imposible ganar un partido.
Para el que nunca te haya visto jugar, ¿cuál dirías que es tu punto fuerte?
Uno de mis puntos fuertes es la derecha, pero también mis dejadas. Me gusta mucho cambiar de ritmo con mi derecha, sacar a mi rival para atrás o quitarles tiempo con una dejada. Desde pequeño he tenido mucha mano, así que trato de usarla al máximo.
Ahora mismo eres el mejor jugador de tu país, esto lo pueden decir muy pocas personas.
Es algo que me ilusiona, he recibido muchos mensajes en las últimas horas de gente que me sigue, además de mis amigos y familiares. Tengo un grado de satisfacción que no lo puedo ni describir. Nosotros tuvimos un gran jugador que fue Víctor Estrella Burgos, que estuvo #43 del mundo y ganó tres títulos ATP. Su ejemplo me motiva muchísimo: si Víctor logró llegar a la élite, ¿por qué yo no? Espero algún día seguir sus pasos y alcanzar ese nivel.
¿Tienes contacto con Víctor?
No hablo mucho con él, está centrado en sus cosas, ahora mismo no está muy metido en el tenis. Obviamente me gustaría hablar más con él, ojalá que en un futuro podamos mantener más el contacto.
¿Cuán difícil es para un dominicano llegar al tenis profesional?
Es muy difícil, en República Dominicana no hay tradición de tenis, allí lo que se lleva es el baseball. En Estados Unidos tenemos grandes peloteros, pero el tenis no se lleva tanto, hay muy pocas empresas que apoyen el tenis, por eso los jugadores más talentosos no pueden viajar, no pueden competir por falta de medios. Esperemos que en un futuro haya más empresas privadas que puedan apoyar este deporte.
¿Cómo empezaste a jugar?
Cuando era pequeño mi padre tenía un club de tenis en República Dominicana, así que lo veía jugar con sus amigos. Cuando cumplí 3-4 años empecé a jugar con él, me empezó a gustar más, hasta que a los 9 años comencé a entrenar. Ahí fue cuando me enamoré de este deporte, hasta el día de hoy. Tengo la suerte de que mi trabajo sea, al mismo tiempo, mi mayor pasión.
¿Y luego qué?
Estuve en mi país hasta los 15 años, después me fui a la Academia de Nick Bollettieri hasta los 20. Aprendí mucho en esa etapa, tuve grandes entrenadores, compartí mucho tiempo con Iván Molina, una leyenda del deporte que ha estado con enormes jugadores. Actualmente tengo las puertas abiertas para regresar allí, así que le debo mucho a IMG.
¿Y ahora?
Ahora estoy entre República Dominicana y España, paso bastantes semanas en Barcelona y San Sebastián. Mi entrenador, Mikel González, es vasco. Mi preparador físico es Carlos Pérez, argentino.
Jordi Vilarò, uno de los técnicos más célebres del tenis español, estuvo en tu box en la final de Barcelona.
A Jordi le conozco desde hace muchos años, en 2023 estuve viajando algunas semanas con su hijo. Cada vez que vengo a Barcelona trato de ir a su Academia (BTT Tennis Academy), para mí Jordi es como un segundo padre, me trata como un hijo más, siempre me da muy buenos consejos. Le agradezco todo lo que aporta a mi carrera.
Llevas un tiempo moviéndote en el top300, ¿se vive del tenis con ese ranking?
Dentro del top300 te puedes mantener para seguir viajando, pero no para vivir. Si quieres vivir y ahorrar un poco de dinero, pagar tus gastos de casa y equipo de trabajo, creo que tienes que estar top200. Si no es muy difícil vivir del tenis, aunque ahora estamos mejorando mucho. Este año aumentó el prize money de los torneos, cada temporada está todo mejor organizado.
No me imagino lo que debe ser jugar un partido con la presión de ganar para que salgan los números…
Esto le pasa a muchos jugadores, es una presión que siempre está ahí. Estamos acostumbrados a ese tipo de presión, hay que ir aprendiendo cada día a manejarlo, no hay más opción que aceptarlo, sin darle muchas vueltas.
¿Tienes algún patrocinador que te ayude en este aspecto?
Sí, tengo a Creso. Son varias compañías del señor Felipe Vicini que tienen como objetivo llevar a los mejores atletas de República Dominicana a los Juegos Olímpicos. Llevo con ellos casi 10 años y les estoy muy agradecido, hubiera sido imposible seguir mi carrera sin su ayuda.
¿Hay opciones de llegar a París 2024?
Está el corte cerca, creo que tengo que estar dentro de los 120 primeros, así que no pierdo la esperanza. Me voy a dejar todo para lograrlo y, si no llego, iremos a por los cuatro próximos años. Pero sí, claro que me encantaría estar en París 2024.
Además en tierra batida, ¿es tu superficie favorita?
Los resultados dicen que sí, aunque crecí jugando más en canchas rápidas. Al final he visto que mi juego toma más forma en pistas lentas, me da más tiempo para invertirme y hacer mis dejadas, es donde me siento más cómodo.
¿Eres de los que sueña a lo grande?
Totalmente, desde muy pequeño. Mi sueño siempre ha sido ganar un Grand Slam. Si pudiera elegir, Roland Garros o Wimbledon.
¿Y si te pregunto por un partido soñado?
Jugar con Rafael Nadal, ha sido un ídolo para mí. Antes de que se retire me gustaría poder jugar un partido contra él.
Tienes que darte prisa…
Tengo mi esperanza de que no se retire este año en Roland Garros, ojalá le quede una temporada más, pero lo veo difícil… difícil pero no imposible. Espero que Rafa me escuche y no se retire hasta 2025 (risas).
Veo que el debate del GOAT lo tienes claro.
(Piensa) Bueno, los números hablan por sí solos. Obviamente, me gustaría que Rafa o Roger fueran el GOAT, pero los números dicen que Djokovic se está quedando con esta distinción por todas sus semanas de Nº1 y sus títulos de Grand Slam. Ahora mismo, indiscutiblemente, Novak es el GOAT.