Su-Wei Hsieh, como el buen vino

¿Qué se puede hacer con 38 años en el tenis profesional? Por ejemplo, llegar al Open de Australia y conquistar el dobles femenino y el dobles mixto. Es la tremenda historia de Su-Wei Hsieh, una mujer renacida tras su último regreso.

Su-Wei Hsieh hubiera cumplido su palabra en 2022 no habría pasado nada, su carrera sería brillante de todas formas. Pero algo sucedió a finales de aquella temporada que la jugadora asiática decidió afrontar un último baile inesperado. Lo que no podía esperar era todo lo bueno que le aguardaba tras aquella decisión. Si en el calendario pasado la vimos ganando Roland Garros (con Xinyu Wang) y Wimbledon (con Barbora Strycova) –además de llegar a semifinales del US Open–, la apuesta se ha doblado en 2014 con su primer doblete en Grand Slam.

Primero junto a Jan Zielinski en el dobles mixtos, amarrando por primera vez un major en esta categoría, aunque cueste de creer. Y en segundo lugar, en el último día de competición, uniendo sus fuerzas con Elise Mertens para repetir la hazaña en el dobles femenino. Por cierto, ¿sabían que Hsieh jamás había ganado el Open de Australia en ninguna de las categorías? Vamos, que en este mes de enero se ha dado el lujo de comprar unos cuantos cromos de los que le faltaban en el álbum, demostrando que el talento y la ambición no entienden de edades ni del paso del tiempo.

“Es increíble, para nada me esperaba esto, simplemente quería volver a disfrutar”, explicaba Su-Wei en su última rueda de prensa, hace poco más de 24 horas. "En los dos primeros Grand Slams que disputé, Roland Garros y Wimbledon, ni siquiera estaba nerviosa a la hora de jugar la final, ningún resultado se iba a meter en mi cabeza, por eso estaba tan sonriente en la pista. No lo sé, tal vez esto no le guste demasiado a mis rivales”, comentó con ese humor tan característico que a veces nadie más entiende.

“Es la primera vez que me pasa esto, mi idea era volver para jugar el último torneo de Barbora (Strycova) y ya está”, reconoce acerca de lo sucedido el pasado verano en Londres. “Yo estaba en mi casa, pero en ese momento decidí jugar con otras chicas para ir preparándome de cara a ese evento, ir jugando algunos torneos antes. Al inicio de este regreso no fueron tan bien las cosas, todos pensaron que volvería en un estado genial, pero la mayoría de las chicas rechazaron mi oferta. Hasta que llegó Xinyu Wang en Roland Garros y la situación mejoró”.

Así fue como empezó todo, si es que podemos utilizar esta palabra con una mujer que lleva en el circuito profesional desde el año 2001. De la mano de Xinyu Wang dejaron números apabullantes, mostrando una complicidad desde el minuto uno. De hecho, la pareja ni siquiera sufrió que Hsieh jugara con Wimbledon con Strycova, ya que después volvió todo a la normalidad. La pregunta estaba en qué iba a pasar en 2024, donde la mayoría de duplas decides por renovar su compañero y afrontar nuevas aventuras. Pues esto también lo explicó Hsieh en conferencia de prensa, señalando directamente a Elise Mertens como la principal responsable de que todavía siga compitiendo en el máximo nivel.

“La verdad es que ella me preguntó muy temprano, así que hizo bien, porque había otra chica preguntándome en ese momento, pero le tuve que decir que tras darle el ‘sí’ a Elise. Siempre hay que preguntar cuanto antes, así das la opción a juntarte antes y empezar a generar buenos presentimientos”, manifiesta la actual Nº2 mundial de dobles. “Lo más importante es que conozcas bien a tu compañera y te diviertas con ella en la pista, incluso a veces puedes reírte, me ha pasado yendo 0-5 abajo, no es gran cosa. Siempre es un trabajo en equipo, tenemos que saber manejar estas cosas independientemente si vas ganando o perdiendo”.

SU FILOSOFÍA DENTRO DE LA PISTA

Su saque, sus golpes a dos manos tanto con el drive como con el revés o su excelente volea podrían ser asignaturas troncales a la hora de estudiar su manera de practicar tenis dentro de la pista, pero por encima de cualquier aspecto técnico, lo que más nos encanta de Su-Wei Hsieh siempre será su personalidad, esa sonrisa perenne y esa sensación de que no hay nada que la pueda atormentar. Ni la peor de las derrotas.

“En dobles siempre estoy relajada, siempre trato de encontrar la diversión y generar buena sintonía con mi pareja, así es como nos ayudamos mutuamente. En el circuito de singles se respira un mundo totalmente diferente, tienes que mantenerte muy concentrada e incluso un poco seria, de lo contrario perderás la concentración. En dobles, si pierdo la concentración, tengo a mi pareja”, subraya la jugadora de 38 años, una de esas leyenda que todavía tenemos el placer de disfrutar en directo.