Andrey Rublev sigue siendo incapaz de dominar sus nervios en cancha cuando las cosas no salen como él espera y lo demostró de forma triste en su duelo con Carlos Alcaraz. Después de un final de primer set aciago para sus intereses y en el que entró en cólera consigo mismo y una juez de línea, por una decisión equivocada, el ruso cedió su servicio a las primeras de cambio en el segundo parcial y entró en una especie de trance psicodélico en el que se golpeaba con violencia en la rodilla con su raqueta.
Pobre rodilla, Andrey -- pic.twitter.com/ulAHZmd8KP