Abdullah Shelbayh y Benjamin Hassan están en la actualidad en los mejores momentos de sus respectivas carreras, aunque no por ello está siendo sencillo. Este año han hecho historia en el circuito ATP Challenger, con Abdullah siendo el primer jugador de Jordania en levantar un trofeo de la categoría y Hassan firmando su tercera final.
Shelbayh se trasladaba a España con 14 años para entrenar en la Rafa Nadal Academy gracias a una beca. El jugador jordano se abría paso hacia su primera final en Manama, tercer torneo de la categoría que disputaba, aunque pasaron siete meses hasta que consiguiera su primer título Challenger en Charleston: “Como ese crecimiento fue muy rápido para mí, más rápido de lo esperado, fue difícil digerirlo y asimilarlo todo”, confiesa a The National.
CONSEJOS DE TONI NADAL
“Toni me ha hablado mucho sobre esto, básicamente me dijo que incluso los mejores, Rafa, Novak y Roger, han tenido sus altibajos, que es algo muy normal, que no puedes dejar que te quite toda la confianza, no puedes dejar que afecte a tu trabajo diario porque a veces tu motivación puede desaparecer, no trabajas tan bien como deberías. Siguió recordándome el hecho de que tengo que seguir trabajando duro para salir de esos momentos lo más rápido posible”, explica Shelbayh.
SIN DIVERSIÓN NO TIENE SENTIDO
La historia de Hassan tiene matices diferentes. Nacido en Alemania con padres del Líbano, Benjamin perdía el interés en el tenis a los 12 años, aunque a sus 22, decidió volver buscando ser profesional: “Diría que me adapté bastante rápido. Entré directamente al Top 500 el primer año. Cuando empecé dije que lo hacía por diversión y que, si no me lo pasaba bien jugando, dejaría de competir. Esa era mi motivación, necesito que sea divertido para ser bueno en ello”.
“Solía jugar de una forma más salvaje, firmar un buen golpe, pero luego 10 realmente malos. Tuve que encontrar el equilibrio entre consistencia y cuándo jugar la bola adecuada. La mejor manera de entrenar esto es a través de los partidos, por eso estoy ganando y jugando tan bien ahora mismo. No tengo patrocinado de ropa, ni de raquetas, ni de zapatos. Sólo tengo grips. Viajo con dos raquetas viejas que me regaló un amigo alemán, es como si fuera un turista”.