La salud es lo primero y resulta necesario poner las cosas en perspectiva. Carlos Alcaraz ha tenido la madurez y valentía de sacrificar muchas de sus opciones por ser número 1 para cuidar su cuerpo y su mente, poniendo el foco en otros objetivos y pensando a largo plazo al renunciar a competir en el ATP 500 Basilea 2023.
Prudencia, cautela, mesura... Pongan los adjetivos que quieran para explicar la decisión tomada por Carlos Alcaraz y su equipo al no acudir a la disputa del ATP 500 Basilea 2023. La sangre caliente del murciano y su voracidad de gloria hicieron que, en la rueda de prensa posterior a la derrota con Dimitrov en Shanghái, no dudara en afirmar que ya pensaba en el evento helvético, donde quería hacerlo mejor. Sin embargo, hasta las grandes virtudes que caracterizan a las leyendas deben ser frenadas a tiempo, contemporizadas y puestas en perspectiva.
Un objetivo nunca debe tornar en una obsesión, pero mucho menos algo como terminar una temporada en el número 1 del mundo teniendo 20 años. Resulta lógico pensar que al murciano le haría ilusión ver su nombre en lo más alto de la Race ATP al terminar la temporada regular, pero no se puede hipotecar su presencia en las ATP Finals 2023, e incluso llegar en plenitud de condiciones al Open de Australia 2024, por algo así. Carlitos tiene por delante una carrera esplendorosa y solo hay algo que puede frenar su progresión: las lesiones. Teniendo eso en cuenta y asumiendo que habrá muchos más años en los que terminar número 1 sea mucho más factible, erigiéndose en una consecuencia del trabajo hecho más que en algo para lo que se exige un sobreesfuerzo cuando la fatiga se hace presente, la decisión de no acudir a Basilea es la idónea.
- Alcaraz sacrifica muchas opciones de ser número 1 por cuidar su físico y llegar a las ATP Finals 2023 en plena forma
Existen las molestias, pero Carlitos ha empleado en su comunicado en redes sociales el concepto de "fatiga muscular" ofrecen tranquilidad a sus seguidores, al transmitir la sensación de que no es una lesión como tal, sino algo que requiere unos días más de descanso y de acondicionamiento. Alcaraz era consciente de que necesitaba sumar victorias para terminar en lo más alto de la Race ATP y eso le llevó a competir en Pekín y Shanghái, eventos donde dio la sensación de sentir esa fatiga muscular y molestias. Perder nunca es plato de buen gusto y puede generar una desconfianza que afecte a todos los niveles; si a ello le sumamos el riesgo de las molestias se agraven, el murciano ha hecho muy bien en dejar la lucha por el número 1 casi aparcada y centrar su foco en otro objetivo.
Y es que la disputa de las ATP Finals 2023 debería ser algo muy ilusionante para él. Después de estar ausente en las del pasado año al plantear un calendario muy sobrecargado en el tramo final (Copa Davis, Astaná, Basilea y París-Bercy, su cuerpo dijo basta en la capital gala con una lesión grave que no solo le impidió estar en Turín, sino que además condicionó sobremanera los meses siguientes y tuvo una influencia indudable en que volviera a lesionarse en pretemporada y se perdiera el primer Grand Slam de la temporada. El evento de París-Bercy también genera ilusión a un Carlitos que quiere ampliar palmarés y competir a pleno rendimiento, algo que parece no conseguir desde hace meses.
- El español ha jugado 72 partidos en lo que va de año y en 2022 acabó con 70 encuentros disputados
Muchos podrán pensar que no es lógico que alguien de 20 años esté tan cansado y sufra de tantas molestias, pero nada más lejos de la realidad. La exigencia física del tenis actual es enorme y Carlos Alcaraz es un tenista tremendamente explosivo en sus movimientos. Si a esto se une el hecho de que ha disputado la friolera de 72 partidos, con los cambios de superficie y bolas que ello acarrea, los constantes viajes y la presión que experimenta al saberse candidato a la gloria allá donde va, resulta imposible que la musculatura no se resienta.
Esto es algo que a todos les ha ocurrido en mayor o menor medida, y según pasen los años y se vaya conociendo más a sí mismo, el planteamiento de su calendario y la gestión de esfuerzos mejorará. Lo que parece claro es que el español tiene un equipo capaz de corregir errores del pasado y convencerle de que solo una visión a largo plazo le permitirá alcanzar el olimpo de los dioses del tenis.