Hace ya más de un año desde que Roger Federer colgara la raqueta tras participar en su último partido competitivo en dobles de la Laver Cup, junto con Rafael Nadal. El maestro suizo se pasa por el Masters 1000 de Shanghái 2023 y habla sobre cómo es su rutina actualmente.
En forma para las exhibiciones
“He intentado ir al gimnasio cuatro veces por semana, algo que todavía no me creo que esté haciendo. En casa tengo algunas máquinas que compré justo una semana después de la Laver Cup de Londres. Por fin, al terminar mi carrera, tenía un gimnasio, un poco raro al hacerlo ya retirado, así que ahora tengo que utilizarlo. No juego mucho tenis así que tengo que ser cuidadoso con lo que como. Todavía me gustaría jugar algunas exhibiciones, así que quiero mantenerme en forma”, decía Federer, tal y como recoge la página oficial de la ATP.
“Hago de todo. Cardio, algo de pesas, la parte central del cuerpo, lo que es bueno para la espalda. Tienes que ir con cuidado. Cuanto menos te mueves, más te duele el cuerpo, así que pienso que es algo siempre positivo estar en movimiento. Me hace sentir mejor, eso seguro”.
¿Sigue lo que pasa en el circuito?
“Sigo los resultados casi a diario. Me gusta saber lo que ocurre. Sobre todo, veo highlights, quizá voy a YouTube y miro cuatro o cinco minutos para tener la sensación del partido. Es complicado para mí ver un encuentro completo porque no tengo mucho tiempo.
Por ejemplo, en la final de Wimbledon, vi tan solo un par de juegos porque estábamos con los niños ocupados. En cierto momento, miré para poder decir que vi un poco de ella. Por supuesto que tenía curiosidad, miraba los marcadores de vez en cuando, pero es complicado que me siente a verlo. Estoy feliz de que fuera un gran partido, me encanta cuando surgen nuevas historias”.
Sobre los aficionados asiáticos
“Antes solía tener una sola maleta llena de cosas que me regalaban. A veces recibíamos cuadros y esas cosas que ocupan mucho espacio. Te pueden esperar en cualquier sitio, en el club, en el hotel, en el sótano del hotel… Están por todos lados y no les importa esperar. Nunca olvidaré cuando vine las primeras veces. No salía del hotel hasta las 4 de la tarde, Mirka salía a por un café y les decía que no saldría hasta esa hora, pero estaban felices de esperar”.