De los ocho países clasificados a las Finales de Copa Davis en Málaga, quizá lo más destacable haya sido la República Checa y una superioridad que no mostraba desde hacía muchos años. ¿Acaso estamos ante una de las grandes candidatas en la sombra?
El titular se pueda entender desde una doble variante. En primer lugar, desde el prisma de la nomenclatura, y es que no sé en qué momento se sacó de nuevo del baúl el término ‘Chequia’, aunque reconozco que me encanta. En segundo lugar y más importante, toca hablar de una potencia histórica que parece haber despertado bajo el liderazgo de un capitán veterano y un grupo de jugadores rabiosamente jóvenes. Solo esta combinación podría haber consumado un ejercicio tan inmaculado en la fase de grupos de la Copa Davis 2023 en Valencia: nueve partidos, nueve victorias.
Ninguna otra nación ha siquiera rozado esta matrícula de honor, solamente ellos. Primero hicieron los deberes tumbando a la siempre espoleada Corea del Norte. Al día siguiente confirmaron que no había sido casualidad derrotando a España, a la que poco le sirvió disfrutar de la localía en el Pabellón de la Fuente de San Luis. Por último, ya con todo el mundo avisado de su peligrosidad, remataron la faena ante la Serbia de Novak Djokovic para firmar el pleno de triunfos y asegurarse la primera posición del Grupo C. En definitiva, un despliegue total de sus armas a través de un equipo renovado que tiene muchas ganas de recordar tiempos pasados.
El equipo no podía estar mejor dirigido, ya que hablamos de un capitán como Jaroslav Navratil que lleva desde 2006 llevando las riendas del equipo. Por sus manos pasaron los clásicos de la década anterior, aquel cuarteto formado por Radek Stepanek, Tomas Berdych, Jiri Vesely y Lukas Rosol. Ahora sus principales soldados no superan los 23 años de edad y atesoran un desparpajo que invita a soñar con algo grande en un futuro a medio plazo. Nos referimos a su principal referente Jiri Lehecka (21), un socio de altura para acompañar como Tomas Machac (22) y una tercera baza en ciernes como Jakub Mensik (18) del que hablan maravillas desde hace meses. Para completar la ecuación, un viejo zorro como Adam Pavlasek (28) para pelear también por el punto de doble. En resumen, con un solo top100 en single y el #57 del mundo en dobles, Chequia ha demostrado que no todo depende del ranking.
NUEVE DE NUEVE
Así fueron venciendo uno a uno –o de dos en dos– a todos sus oponentes. El primer día a los coreanos: Seongchan Hong, Soonwoo Kwon y la pareja Nam/Song. En la segunda jornada de competición, a los españoles: Bernabé Zapata, Alejandro Davidovich y la dupla Granollers/Davidovich. Por último, aunque ya estaban clasificados matemáticamente para las finales de Málaga, no se relajaron ante Serbia, superando del mismo modo a Dusan Lajovic, Laslo Djere y el combo formado por Djokovic/Cacic. Nueve de nueve, la perfección hecha serie. Cuatro sets perdidos en nueve encuentros disputados.
“Nos lo merecemos porque, realmente, hemos jugado muy bien estos días”, asumía Jiri Lehecka con todo el descaro en declaraciones recogidas por la propia página de la Copa Davis. “Hemos demostrado que tenemos el nivel necesario para vencer a todos estos muchachos. Cada minuto en la cancha de cada uno de nosotros ha sido como una declaración, creo que hemos mostrado y demostrado al mundo entero que Chequia ha vuelto”, amenaza la primera espada checa.
“Ha sido una experiencia increíble, cualquier cosa que se vive en Copa Davis se multiplica”, resumía su compañero Machac, segundo de a bordo. “Nunca esperábamos que hubiese tanta gente viéndonos, incluso en el dobles, se mantuvieron con nosotros durante todas las eliminatorias. Hubo momentos inolvidables con las gradas totalmente llenas. De verdad, gracias a todos los españoles por venir, ha sido muy agradable ver esta respuesta pese a no estar jugando España. Nos han dado una calidad bienvenida cada día, nos hicieron sentir como en casa”.
Los checos, campeones de Copa Davis en las temporadas de 1980 (contra Italia), 2012 (contra España) y 2013 (contra Serbia), buscarán en Málaga su cuarta corona, aunque el principal objetivo ya está cumplido. ¿Clasificarse para la Final8? Sí, eso está bien, pero va mucho más allá. Chequia le ha recordado al mundo entero que sigue ahí, que está de vuelta, que no se ha olvidado de competir en la competición que les ha dado tanto. Y lo mejor es que tienen fondo de armario con otras piezas como Vit Kopriva (26) o Dalibor Svrcina (20), así que Navratil podrá hasta jugar con las fichas de cara a la próxima estación en noviembre.