Barbora Strycova y Su-Wei Hsieh se han convertido en una de las grandes historias de este Wimbledon 2023. Retiradas desde la temporada pasada, ambas han regresado para unir de nuevo fuerzas y colocar otro Grand Slam en sus vitrinas.
Se ha hablado mucho de Elina Svitolina estos últimos meses. Una mujer que se apartó del circuito para ser madre y cuando volvió, el pasado mes de abril, demostró su gran talento haciendo cuartos de final en Roland Garros y semifinales en Wimbledon. Ese Grand Slam que se la resiste es el que sí ha logrado Babora Strycova, que incluso se llegó a retirar para disfrutar de su maternidad, cerrando el capítulo más importante de su vida. Pero ya saben cómo va esto, nunca digas nunca.
La tenista checa sorprendió al mundo del tenis el pasado mes de mayo, anunciando su regreso a las pistas con 37 años. Desde el Mutua Madrid Open ha ido disputando la mayoría de grandes torneos, tanto en individual como en dobles, aunque ha sido en el formato por parejas donde más triunfos ha obtenido. Eso sí, se le resistía el primer título tras su regreso. Este premio terminó llegando el pasado domingo, en la últimas de las finales disputadas en el AELTC, tocando el cielo de Londre junto a eterna compañera, Su Wei Hsieh.
“El año pasado hablé con ella y le dije que quería volver, que quería jugar Wimbledon para sentirme bien y quería jugarlo con ella. Entonces me respondió: ¿por qué no?”, revela la veterana checa en una entrevista con WTA Insider. "A partir de ese momento, fuimos con el viento a favor, con esa vibración tan positiva que ya experimentamos en la temporada 2019, donde fuimos campeonas. Sabíamos lo que se siente al ganar este trofeo, ya sabíamos cómo hacerlo, así que fue como un deja vú. Después del punto de partido fue pura alegría, pura felicidad, lo único que no quería era hacer un discurso largo porque sabía que terminaría llorando, pero lo manejé bien”, confiesa con una sonrisa.
Strycova representa a una de esas jugadoras de otra época, una de las más clásicas del vestuario. Nacida en 1986, sus números como juniors llamaron siempre la atención, aunque no especialmente en hierba. No fue hasta 2019 cuando se consagró en la superficie, haciendo su primera semifinal de Grand Slam a nivel individual y saliendo campeona en dobles junto a Hsieh. Cuatro temporadas después, con un retiro y una maternidad mediante, nadie hubiera podido imaginar algo así. “Mis emociones ahora mismo están descontroladas, no puedo creer lo que ha pasado, pero es así. No podría haber pedido un último partido mejor en Wimbledon. ¿Llegar a la final? ¿Ganar el trofeo? ¡Es una locura!”.
Capítulo aparte merece lo de la taiwanesa, que también decidió retirarse en 2022 para volver por todo lo alto esta primavera. Primero ganando en Roland Garros junto a Xin Yu Wang, y ahora doblando la apuesta con Strycova sobre Wimbledon, un torneo que conoce como la palma de su mano. Quizá la asiática ya se veía preparada para otro reto así, pero es cierto que a Barbora le costó un poco más de tiempo. “Tuve una montaña rusa de emociones durante estas dos semanas. Por la mañana, en el día de la final, estaba llorando como una loca. Cada media hora rompía a llorar, estaba muy emocionada. Luego, una vez pisé la cancha, cambié el chip y me concentré realmente en el partido, estaba en modo bestia”, declara la ex Nº1 mundial.
Y LA RETIRADA, ¿CUÁNDO?
Claro, con estos resultados tan recientes, muchos son los que se preguntan hasta cuándo estirará la cuerda la tenista checa, que ahora mismo vive una tercera juventud a sus 37 años recién cumplidos. La idea de jugar las WTA Finals a final de curso suena muy apetitosa, sobre todo si el viaje lo recorre con su querida Su-Wei Hsieh, aunque todo apunta a que Strycova ya ha tomado una decisión. Sus planes pasan por decir adiós definitivamente en el próximo US Open, pase lo que pase en Nueva York.
“Ha sido una final muy divertida, disfruté cada minuto, pero todo esto también supone un desafío para mí y mi nueva vida como madre. Es mi decisión y siento que es la correcta”, aclara la checa en la entrevista, aunque ahora más que jugadora, le gusta que la llaman la mamá de Vincent.