En cada Grand Slam, el torneo junior se puede convertir en el mayor reclamo a ojos de cualquier espectador. Es una puerta de entrada al tenis del futuro, una oportunidad para conocer y seguir desde abajo a las estrellas del mañana. Muchos de los grandes dominadores de esta categoría llegarán a cumplir sus sueños en la jungla de cemento del circuito profesional; otros se quedarán por el camino, pero el recuerdo de estos años siempre permanecerá. El objetivo, claro, es hacer la transición de la forma más rápida y eficiente posible. Para nuestro protagonista de hoy, Dino Prizmic, llevar a cabo esta tarea no resultará un esfuerzo titánico: ya está metido de lleno en ello.
El campeón de Roland Garros 2023 junior tiene solo 17 años, pero ya goza de una amplísima experiencia jugando contra veteranos del circuito. A París llegaba como el tercer favorito por una simple cuestión: su estadía en el circuito júnior está prácticamente finalizada, puesto que ya es capaz de emparejarse con grandes jugadores en el circuito Challenger. Es el #293 del ranking ATP, ha conquistado cinco títulos Futures y ya atesora hasta cinco cuartos de final en el segundo escalón del tenis profesional, testigo de una progresión muy bien encaminada. Ninguno de los contendientes en la capital parisina gozaba de tanta experiencia entre los mayores... y así lo supo imponer.
Se impuso al boliviano Angelo Prado en una final que no tuvo demasiada historia (6-1, 6-4), haciendo historia para su país. Croacia exporta talento como si de una factoría se tratase, y Dino es el último en la línea de producción. Eso sí, solo otro nombre del país europeo había conseguido levantar el título aquí: se trata de Marin Cilic, campeón en 2005. Casi 20 años después, Prizmic sigue la estela de uno de los grandes pioneros (y, a la postre, campeón de Grand Slam como profesional) de su nación. "Es un gran éxito, éste era mi sueño cuando era un niño. Estoy muy feliz por mí, por mi equipo y por mi familia. Estoy muy feliz de ser el segundo jugador croata en conseguir ganar este título".
UN LUCHADOR NATO
El tenis de Prizmic, en este caso, se aleja de los patrones de los Cilic, Ljubicic o Ivanisevic. Su juego presenta un estilo verdaderamente equilibrado: hablamos de un tipo aún en crecimiento, que no se ha desarrollado del todo a nivel físico y que se queda en un 1,85cm de altura. La solidez, consistencia, regularidad y movilidad lateral son partes indispensables en los patrones de juego de Prizmic, que se presenta como un test demasiado duro para otros jóvenes incapaces de mantener la vara que el croata marca a lo largo de un partido. Es muy rápido, muy ágil, no da una bola por perdida: él mismo se define como un "luchador". "Para mí, cada punto es un punto de partido. Creo que la clave de mi juego es que soy un luchador en cada punto, cada punto es el último. No hay más".
Por supuesto, estar en esta posición genera ventajas y desventajas. Lo cierto es que muy pocos pueden igualar su ritmo en el circuito júnior, pero el propio Dino es consciente de que su peso y velocidad de bola aún puede flaquear al compararse con pesos pesados del circuito ATP. "Necesito seguir jugando Challengers para obtener más experiencia. He ganado Roland Garros junior, pero esto no es suficiente para el tenis profesional. Es solo el inicio: seguiré con mi trabajo. Sé que soy un gran luchador, pero también sé que debo ser un poco más agresivo para jugar contra ellos".
Su evolución ha sido estelar e indica una confianza inusitada en sí mismo, grandes cualidades para un tipo que mira a la cara a cualquiera. Competidor nato con un tenis duro como una roca, el tiempo y el progreso le darán muy probablemente ese punto de velocidad que necesita para emparejarse con los monstruos de la élite ATP. A sus 17 años, haber dejado atrás el circuito júnior es la mejor de las señales. Prizmic quiere hacer historia para Croacia, y París podría ser el punto de partida ideal para ello. ¿Alguien quiere pronosticar en su contra?