
Lucas Pouille está viviendo una de las semanas más mágicas de su carrera deportiva en este Roland Garros 2023, reencontrándose con la competición de élite y dejando atrás los problemas de depresión y alcoholismo que estuvieron a punto de echar al traste su trayectoria. Cuestionado por cómo es capaz de manejar las emociones en la cancha, el galo fue muy sincero. "Trato de no mirar a mi equipo ni a mi esposa mientras estoy jugando porque es imposible no emocionarme. El ambiente fue increíble, me quedé media hora en pista después de ganar firmando autógrafos, nunca había sentido un apoyo así. Soy una persona muy sensible y esto no lo voy a olvidar jamás", aseveró un jugador que espera ahora al ganador del triunfo entre Norrie y Paire.