Pouille: "Si me enfrento a Alcaraz o a Medvedev no daré el 200%, daré el 10.000%"

En estos momentos no existe un hombre más feliz que Lucas Pouille. El francés cumplió con su objetivo y se clasificó para el cuadro final de Roland Garros. El jugador de 29 años venció a Jurij Rodionov por 1-6 7-5 6-0 en un partido que remontó con coraje y decisión. Este es un momento muy importante en la vida de Pouille ya que no ha tenido una vida fácil en los últimos tiempos debido a sus problemas con la depresión y el alcoholismo. Sin embargo, esta clasificación le da alas para seguir haciendo lo que ama: jugar al tenis.

“Llegar al cuadro final de Roland Garros significa todo. Todo por lo que cogí la raqueta a finales de año. También me consuela la idea de que todavía tengo mucho que dar en este deporte. Clasificarse para un Grand Slam tiene un buen significado en términos de nivel de juego, para todos es muy difícil. Estoy muy orgulloso de mí mismo y feliz. Para mí, para todas las personas que me han estado ayudando durante meses tratando de volver. Ganar frente a mi familia, mis amigos y toda esta gente en este estado al final del partido es una liberación. Las emociones se soltaron un poco y fueron muy fuertes. Hace mucho tiempo que no experimentaba esto”.

Vuelve a jugar un Grans Slam 1 año después

“Y tampoco fue el mejor de los recuerdos. Recuerdo que eran las 22.30-23:00, estaba con Thierry (Ascione), Félix (Mantilla, su entrenador) y mi mujer. Estábamos sentados en una mesa del restaurante, nadie decía una palabra y mi cabeza estaba gacha, repitiéndome, como todos los días: ‘¿Qué haces en la pista?’ La verdad es que no fue un buen momento, pero hoy sonrío y estoy contentísimo en el campo. Con todo lo que me están dando los aficionados, es fantástico”.

¿Eres un jugador diferente en la pista?

“Al menos aquí seguro. Pero hace cuatro semanas, en Estados Unidos, no fue nada bueno, con un viaje que empezó de la peor manera posible, en el que no tuve la mejor actitud y eso no fue bueno. Lo que es seguro es que voy a disfrutar un poco más de las cosas, de estas emociones, mientras que antes siempre estaba pensando en lo que pasaría después. Por eso quería seguir en la pista con toda esa gente que sólo me ha dado placer y cariño. Intento no pensar en las consecuencias, en lo que me aportará este torneo en cuanto a puntos, en cuanto a dinero, todo eso. Sólo intento disfrutar del momento y divertirme”.

Sobre enfrentarse a Alcaraz o a Medvedev

“Si puedo evitar jugar con ellos también sería bueno. Son los mejores del mundo y no creo que yo esté en la cima, aunque haya jugado muy bien. Aún me quedan algunos escalones por subir antes de llegar a ese nivel, pero si me enfrento a ellos, no daré el 200%, daré el 10.000% para intentar hacerlo lo mejor posible con un público que sé que me apoyará. Pero realmente me gustaría tener un rival contra el que aún pueda jugar en la pista 14. Porque contra ellos no jugaré en esa, será en la Chatrier o en una pista grande, donde lo único que harán será correr, lo devolverán todo, será un infierno”.

Sobre el apoyo del público

“Desde el momento en que entré en la pista surgió una emoción que me costó controlar desde las primeras pelotas de calentamiento. Pero eso fue lo que me dio fuerzas para remontar y luchar al principio del segundo set. No hay palabras para describir cómo fueron, fue simplemente increíble”.

Sobre cómo se siente físicamente

“Tengo por delante al menos tres días y espero no jugar el domingo: un pequeño mensaje para Amélie (la directora del torneo). Cada día descubro un poco de dolor en mi cuerpo, en el pie, en el brazo, casi en todas partes. Es sobre todo la tensión y las emociones. Voy a tener que relajarme mucho, hacer toda la recuperación y el tratamiento que necesite, tomarme un tiempo para mí mañana y luego volver a entrenar al final de la tarde”.