“Nunca pensé que esta lesión acabaría con mi carrera”

Con solo 24 años, Estela Pérez Somarriba se ha retirado del tenis debido a una lesión incurable. ¿Qué pasó exactamente? ¿Acertaron los médicos con las operaciones?

Estela Pérez Somarriba. Fuente: Punto de Break
Estela Pérez Somarriba. Fuente: Punto de Break

Después de cruzar el charco para estudiar en Miami y convertirse en la primera española de la historia en ganar el campeonato universitario absoluto estadounidense (NCAA), el siguiente paso de Estela Pérez Somarriba (Madrid, 1998) era evidente: convertirse en tenista profesional. Ese reto arrancó en 2021, temporada donde logró escalar hasta el top600 disputando apenas cuatro torneos, hasta que un dolor en su muñeca paralizó todo el rodaje. En aquel momento, ni el más pesimista hubiera imaginado que esta lesión acabaría con el sueño de toda una vida de la española.

Después de año y medio luchando con operaciones, rehabilitaciones y diferentes estrategias para combatir la lesión, la noticia definitiva nos llegaba el pasado 16 de marzo, un comunicado en Instagram donde Estela anunciaba el final del camino: “Me toca dejar el tenis profesional y empezar a centrarme en otros aspectos del deporte”. Una decisión cruel para alguien que, con tan solo 24 años, todavía tenía cientos de sueños que cumplir. Punto de Break contactó con la madrileña para conocer más sobre el caso y, afortunadamente, para ver que no ha perdido la ilusión en buscar nuevas rutas hacia la felicidad.

¿Qué tal estás, Estela?

Ahora mismo pasando unos días en Madrid, viendo un poco lo que hacer, pero estoy mejor.

Eso significa que has estado mal, espero que no sea una entrevista incómoda.

¡Para nada! He sacado muchas cosas positivas en este tiempo, no me importa ir hasta el fondo del asunto y ser un poquito más emocional, pero siempre desde un punto de vista optimista. Son cosas que pueden pasar, creo que lo he sabido gestionar muy bien.

Hablemos entonces de la lesión. ¿Dónde empieza todo?

En el verano de 2021, mientras jugaba un ITF en Gran Canaria, en agosto. Estaba ya en la segunda semana de aquella gira, pero de repente empecé a sentir un dolor muy fuerte en el lado exterior de mi muñeca izquierda, no podía coger ni una taza de café. Calenté muy bien, hice toda la rutina, pero antes de empezar el partido veía que algo fallaba. Se me saltaban hasta las lágrimas.

¿Pero jugaste?

Sí, sí, jugué y gané mi partido, aunque no sé cómo lo hice, a base de muchas ganas. Nada más terminar ese partido me vine aquí a Madrid y me hice unas pruebas. Al principio costó mucho, los médicos no eran capaces de diagnosticarme la lesión, ni siquiera de encontrar el origen o saber qué la había causado. Después de muchos meses y muchas rehabilitaciones, no mejoré nada, hasta que por fin salió lo que tenía: rotura en el fibrocartílago triangular, también llamado osteocondritis. Fue entonces cuando me hice varias infiltraciones, pero tampoco ayudaron, aunque me permitieron jugar un par de torneos más.

¿Qué conclusión sacaste después de aquellos torneos?

Vimos que era más grave de lo que pensábamos, así que acudí a varios médicos, los cuales dedujeron que me tenía que operar.

Y les hiciste caso.

Sí, me operé en febrero de 2022, se suponía que con esto las cosas iban a cambiar, pero no salió bien. Me volví a hacer unas pruebas y salió que tenía dos ligamentos rotos, además de mantener la rotura del fibrocartílago triangular, por lo que tuve que pasar por una segunda operación.

¿Y esta cómo salió?

Desgraciadamente, tampoco salió bien […] Yo he hecho todo lo que estaba en mi mano, siempre hice caso de los médicos, sabía que era una lesión muy complicada que tenía muchos riesgos. En ese aspecto, tengo la conciencia muy tranquila.

¿Y ya está? ¿Nadie te ofreció una solución?

Tuve la oportunidad de operarme una tercera vez, pero la descarté. Pensé que hasta aquí habíamos llegado, hay que saber cuándo decir basta, sobre todo por las consecuencias que podía tener en mi cuerpo y en mi mente de cara al futuro. Ahora estoy mejor, siento que me he quitado un peso muy grande de encima después de estas últimas semanas, tengo muchas ganas de pasar página.

No tuvo que ser fácil rechazar esa tercera operación. ¿Ese médico te aseguró tener la cura?

Exacto, fuimos a un médico que estaba en Bélgica, aunque nos avisó que el historial que traía jugaba en mi contra. Nos dijo que, pese a todo, había posibilidades de sacar esta lesión adelante, incluso gente cercana me animó a que lo hiciera, pero no me sentí preparada para pasar otra vez por ese proceso.

Juegas tu último torneo en septiembre de 2021, no quiero ni pensar cómo han tenido que ser todos estos meses...

Casi dos años en los que he aprendido muchísimo, en los que nunca perdí el enfoque, nunca dejé de ser tenista, algo de lo que estoy muy orgullosa. Los hábitos siempre los mantuve.

Sé de buena mano que no estuviste sola.

Mi equipo siempre ha estado ahí, en las buenas y sobre todo en las malas, en momentos así es donde te das cuenta quién te apoya y quién quiere lo mejor para ti. Alejandro García Cenzano, mi entrenador y mi pareja, ha sido una persona que ha estado apoyándome en todo momento. Igual que David Antona, mi preparador físico, que me cogió justo después de lesionarme y siempre hemos trabajado para volver, él ha sido otro pilar. No me quiero olvidar de Blanca Bernal o Carlos García, fisioterapeutas que también me han ayudado mucho. Por supuesto, mis amigos y mi familia también estuvieron ahí siempre, son fundamentales.

Me he vuelto a leer el post que subes a Instagram anunciando tu retirada. ¿Cuánto te costó dar ese paso?

Es una decisión que lleva tiempo […] A veces, cuando crees que ya la has tomado, de repente te viene un pensamiento a las 03:00 de la mañana que te dice: ¿estoy haciendo lo correcto o no? Tienes que seguir mucho tu instinto, aunque todas las decisiones importantes que tomé en mi vida fueron siempre muy meditadas, tienes que ponerlas en una balanza y ver qué es lo que más te conviene de cara al futuro. Por suerte, he sido una privilegiada al recibir una gran formación universitaria, espero que ahora me abra otras puertas.

Ahí dejarás de sentirte tenista.

Los tenistas pensamos que el tenis lo es todo para nosotros… ¡y es cierto! Es lo que hemos hecho toda nuestra vida, cada año ha estado enfocado a eso, por eso cuesta imaginar un más allá. Pero el tenis no nos define, solo es algo que se nos da especialmente bien; lo que nos define es la actitud, el esfuerzo y la dedicación con la que hacemos las cosas. Seguro que todo eso me sirve para mis próximos retos profesionales, la mentalidad no cambia.

Esos próximos retos profesionales, ¿tienen que ver con el tenis?

Tienen que ver con la industria del deporte. Por la formación que he tenido en Económicas y Administración Deportiva, además de mi experiencia en torneos y otros eventos, creo que tengo mucho recorrido y puedo hacerlo muy bien en este sector. Me estoy planteando diferentes salidas, ya sea con el tema de los patrocinios para empresas o en agencias, el marketing también me llama mucho la atención. Siempre se puede cambiar el rumbo, lo importante es empezar y lanzarte.

Pedóname que vuelva al tema de la lesión. Es curioso porque tú eres diestra y la lesión es en la zurda…

Sí, pero yo hago el revés a dos manos y la muñeca sufre bastante cuando bajas la raqueta y aceleras para golpear la bola. En su momento, yo tampoco pensé que esta lesión iba a acabar con mi carrera, de hecho, siempre decía que mi físico era lo que me daba victorias. Midiendo 1’64m y sin ser muy talentosa, tenía que tirar de hacer los partidos largos y de mi fortaleza mental. Al principio, mi mayor frustración fue esa, ver que algo que me había dado tanto, de repente fuera lo que me estaba impidiendo jugar.

Además todo pasa en 2021, tu primera temporada completa como profesional.

Estaba disfrutando mucho del circuito, me veía con nivel y me gustaba la competición, estar ahí cada semana peleando. En Estados Unidos tuve una carrera muy buena donde también competí mucho, eso supuso una gran experiencia que luego pude utilizar cuando entré en el tour. Por supuesto que te quedas con la miel en los labios… (suspira) Pero hay que relativizar y entender que todo pasa por algo.

¿Qué sueños tenías por cumplir?

Siempre soñé con disputar la Qualy de un Grand Slam, me parecía un objetivo realista. Sobre todo, deseaba jugar en algún estadio grande, algún torneo importante, esto es algo con lo que sueña cualquier tenista, aunque siempre me centraba en el día a día. Gracias a la rutina y los hábitos fui mejorando con los años, analizando cada pequeño detalle, así es como pensaba llegar algún día a desafíos más grandes.

Donde sí te dio tiempo a dejar huella fue en Estados Unidos.

(Risas) De hecho, Alex (su entrenador y pareja) estuvo la semana pasada en la Universidad de Miami conociendo a mis entrenadores y mis compañeras de equipo. Cuando me llamó, me dijo: ‘No era consciente de lo que eras hasta que llegué y vi todo lo que habías hecho’.

¡Qué orgullo! Ese récord no será fácil arrancártelo.

Puede que sí, ese dato cambiará con el tiempo, sobre todo ahora que cada vez van más españoles a Estados Unidos. Es algo que pasará al 100%, aunque requiere de mucho trabajo y sacrificio, como cualquier otro objetivo o torneo que quiera ganar un tenista.

Retirarse con 24 años me parece la peor de las noticias y, al mismo tiempo, la mejor. ¡Te queda toda la vida por delante!

Es una manera de verlo, la verdad es que ya he cambiado el chip. Por eso te decía antes que el tenis no es lo que nos define, solo es algo que hacemos muy bien. Yo quiero seguir con la mentalidad que me ha dado el tenis, quiero utilizarla para el resto de cosas que haga en mi vida. Tengo mucho tiempo por delante para cumplir otros sueños profesionales que vayan surgiendo, por eso me quité una mochila de encima publicando el texto en Instagram. Fue una manera de pasar página, ahora voy a ir a por todas con lo que venga, aunque todo el proceso supone un gran cambio mental que lleva su tiempo.

Mira Del Potro, dijo que se retiraba y hace unos días confesó que todavía piensa en jugar el US Open.

Del Potro es un ejemplo espectacular para todos, en mi caso ha sido un espejo en el que mirarme cuando era incapaz de ver la luz. No lo sé… nunca digas nunca, pero confieso que la idea es pasar página al 99%, aunque nunca se sabe lo que traerá el futuro. En principio, me gustaría empezar a centrarme en otros aspectos de la industria del deporte y dejar el tenis de competición.

Nunca digas nunca.

Exacto, hay que estar abierta a todo tipo de cosas, siempre y cuando te compense.

Ese 1% que no se pierda.

Así es, pero para todo en la vida.

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