Sorribes: “Tuve tres meses donde no me sentía tenista”

La española lleva seis meses fuera por una lesión que casi le hace tirar la toalla: “Lo he pasado mal, no sabía si quería seguir”. La entrevistamos en Punto de Break.

Sara Sorribes en su entrevista con Fernando Murciego. Fuente: Punto de Break
Sara Sorribes en su entrevista con Fernando Murciego. Fuente: Punto de Break

Sara Sorribes (La Vall d’Uixó, 1996) aparece esta semana fuera del top100 por primera vez en casi seis años, aunque este es el menor de sus problemas. El disgusto de verdad se lo llevó hace seis meses, cuando una lesión la dejó en fuera de juego de manera indefinida. La de Castellón, que jamás había tenido nada grave en su historial médico, ha tenido que recorrer un largo túnel plagado de sombras, frustración e incógnitas. Lo que no pensaba era que hasta su mente la iba a poner entre la espada y la pared.

No sabía si quería seguir o no quería seguir”, confiesa en esta entrevista exclusiva desde Madrid, ciudad donde se ha instalado en los últimos meses para afrontar la rehabilitación junto a una parte de su equipo. La ex Nº32 del mundo nos recibe con una sonrisa en Mobility, el centro especializado en fisioterapia deportiva y traumatológica donde está llevando su puesta a punto. Ya con una fecha definida para regresar a la competición, es momento de que Sara nos cuente por todo lo que ha pasado.

¿Dónde estamos?

Esto es el sueño de Blanca Bernal. Después de muchos años pensándolo y muchas ideas en la cabeza, creo que ella misma te diría que es un sueño hecho realidad. Todos los que tenemos la suerte de disfrutarlo estamos muy felices.

¿Cuántas horas pasas aquí?

Depende un poco del día, pero estas últimas semanas vengo haciendo doble sesión de físico prácticamente a diario. Cada vez que juego a tenis tengo que seguir luego con el tratamiento, así que paso unas 5-6 horas aquí cada día.

Eso es mucho tiempo lejos de casa.

Pero Castellón-Madrid es una combinación muy fácil, lo llevo bastante bien.

Llevas sin competir desde finales de septiembre, ¿qué te pasó?

Lo que pasó es que me destrocé el escafoides. Estuve jugando un tiempo con dolor, quizá un dolor que otra persona no hubiera soportado, pero lo que yo pensaba era: ‘Ya se me pasará’. Hasta que me hicieron la prueba y el doctor me dijo que el escafoides había estallado, estaba roto y abierto. Eso fue al día siguiente de perder en Parma.

En octavos de final.

Sí, esa semana jugué dos partidos de tres horas cada uno.

¿Te lo habías roto alguna vez?

Nunca.

¿Te dieron algún motivo?

Lógicamente, había una carga de estrés que fui arrastrando durante el año pasado que seguro que tuvo su papel, tanto en esta lesión como en de la costilla. Al final, el cuerpo te avisa, pero yo no le hice caso, hasta que me dijo: ‘Ahora vas a parar de verdad’.

Lesión por estrés, ¿cómo se controla esto?

Hay factores externos que se escapan un poco de control, pero a cada uno le afectan de manera distinta. Es lo más complicado, aunque de normal uno ya tiene muchos problemas dentro de la pista. Lo intentas llevar como cualquier otra persona, al final en la vida hay muchas más cosas que jugar a tenis. Conforme te vas haciendo mayor lo vas manejando mejor, pero afecta de manera diferentes según cada persona.

¿Sabes cuánto tiempo llevas parada?

Paré un 27 de septiembre.

En ese momento, ¿te dijeron que estarías seis meses fuera?

No quise escuchar lo que había, mi cabeza no quería aceptarlo.

Seguro que preguntaste a alguien.

No pregunté nada, de hecho, a mí tampoco me quisieron decir nada de primeras. Solo me dijeron que tuviera paciencia, que no hiciese nada y estuviera parada. Era algo grave, estaba claro, aunque siempre pensé que se curaría estando 4-5 semanas con la bota…

[…]

Al final fueron tres meses con la bota.

No recuerdo ninguna lesión grave en tu carrera.

Por suerte no, nunca las he tenido. Había llevado una carrera bastante buena en ese aspecto, de hecho, me hace mucha gracia porque este era el primer año que trabajaba con Blanca (Bernal) y justo es la temporada que más veces me he lesionado. Siempre me dice: ‘Joder, ¡me deberías echar!’ (Risas). Son cosas que pasan.

¿Cómo has rellenado tanto tiempo de lesión?

Al principio fue bastante duro, pero leyendo un montón se pasa mejor. Hice un curso de escritura terapéutica, he pasado tiempo en casa, he disfrutado de la familia, he visto partidos de fútbol, he pasado más tiempo con mi abuelo… cosas que normalmente no tienes tengo para hacer. Son cosas de persona normal, así que lo considero como un aprendizaje, un parón en mi carrera para ver mejor el tenis desde fuera.

¿Ha sido duro?

Ahora mismo no tanto porque llevo ya un tiempo entrenando, pero he pasado por momentos muy duros. He tenido tres meses donde no me he sentido tenista para nada, ahí es cuando ves el mundo del tenis desde fuera, como una persona normal pero con información del interior. Pero tú eres ajeno a eso, me ha parecido curiosa esa parte.

¿Qué tal se ve desde fuera?

Muy bien, te da una tranquilidad diferente. Al final, cuando estás ahí dentro solo sirve lo que pasa ese día, te crees que no hay nada más, te piensas que cuando juegas el Open de Australia todo el mundo está pendiente de ti, pero no es verdad. Tú juegas Australia y la gente sigue andando por la calle en Madrid.

¿En qué momento vuelves a sentirte tenista?

En cuanto vuelvo a la pista, los primeros días. Incluso te sorprendes, recuerdo que en las primeras sesiones pensaba: ‘Ostras, cómo me gustaba pegarle de cortado’. Ahí es cuando sientes que has estado bastante fuera.

Presiento que lo has pasado peor de lo que parece.

Sí […] Momentos de llorar mucho, mucho. Incluso de no saber si quería seguir o no quería seguir. Pero he tenido mucha suerte de tener buena gente a mi lado, de tener un equipo muy tranquilo, personas que me quieren por quien soy y no por la tenista. Ellos me han dado siempre mi espacio y mi tiempo. Por ejemplo, con Silvia Soler y con Paco Fogués estuve tres meses y medio sin hablar nada de tenis. Conversaciones de cuatro horas sin tocar nada de tenis.

¿De qué hablabais?

De la vida, de cualquier cosa, a mí me encanta escucharlos y preguntarles mil cosas que me interesan. Era un punto donde yo estaba totalmente fuera del tenis.

¿Llegaste a pensar que te retiraba esta lesión?

La lesión no, la que se retiraba era yo. Era como decir… ya está, hasta aquí. A mí me gusta hacer las cosas con toda la ilusión del mundo y, si no la tenía en ese momento, pues algo significaba. Claro, yo jamás había pasado por una lesión tan larga, así que no entendía el proceso. Si me vuelve a pasar –toca madera– ahora ya sé que los primeros meses son distintos.

Pregunta clásica: ¿has seguido el circuito?

Los primeros meses no vi nada, no podía. De los primeros partidos que vi fue en este Open de Australia, que me levanté una mañana y estaba Rafa jugando. Alguno de Marie Bouzkova también he visto, gente a la que tengo mucho cariño, pero no mucho más.

¿Alguna impresión?

De lo poco que he visto, lo primero que pensé fue: ‘Madre mía, yo no puedo volver a jugar a ese nivel en la vida’. O sea, yo no jugaba tan bien como juega esta gente, ¿qué voy a hacer cuando vuelva? Se lo dije a Silvia un día: ‘Yo no puedo jugar con esta gente’ (risas).

Tú has sido #32 del mundo, ¡mala no eres!

Esto es algo en lo que he mejorado mucho, porque hubo momentos en los que no me daba el valor que podría tener una deportista profesional, pero siempre quedó tapado por el impulso de querer mejorar. Hay muchísimas cosas que puedo hacer mejor, aunque esté todo perfecto siempre quiero más. Con mis entrenadores he trabajado mucho el tema de potenciar mis virtudes y valorarme más, poco a poco lo voy consiguiendo.

Me imagino a las otras jugadoras viendo tus partidos y diciendo: ‘Madre mía, ¡esta tía no falla una p*** bola!’.

(Risas) No sé lo que pensarán cuando me ven, la verdad. Me hizo mucha gracia cuando Jennifer Brady me dijo en Miami: ‘Fucking animal’. Tú no sabes lo que piensan los demás de ti hasta que lo escuchas, con ese comentario me estaba queriendo decir que me veía fuerte.

Seguro que a nadie le apetece pasar cuatro horas contigo dentro de una pista.

Es que si no estoy cuatro horas, probablemente me peguen una paliza (risas). Por lo menos, tengo que hacer que los partidos sean lo más duros posibles, si me ganan que sea sufriendo.

Sufriendo están Muguruza y Badosa, ¿cómo ves al resto de compañeras?

A principios de año le dije a Silvia (Soler) que Rebeka Masarova sería top100 y en una semana hizo así: ¡pam! La adoro, me alegro un montón, de todas es con la que más relación tengo, además de Aliona (Bolsova) y Jessica (Bouzas). Creo que hay buen futuro, vienen muy buenas jugadoras por detrás, además de las que ya están arriba. Nos podemos ayudar unas a otras con esa competición sana.

Has salido del top100 por primera vez desde 2017, ¿te preocupa?

No, nada. Nunca me ha preocupado el ranking y ahora menos, siempre he creído que el ranking te lleva al nivel que tengas, si mejoro ciertas cosas y sigo haciendo mi trabajo volveré a subir de ranking. He tenido momentos de jugar ante rivales muy buenas y sentirme realmente bien, confío en que pueda volver a tener ese nivel.

Entiendo que cogerás ranking protegido.

Exacto, me dejan coger el ranking de la última semana que jugué, creo que era #67. Puedo jugar ocho torneos con ese ranking, entre ellos dos Grand Slam, los que yo quiera en un tramo de un año. Pero bueno, no me importa jugar las fases previas, si me toca jugarlas pues ya está; cuantos más partidos juegue, antes cogeré el nivel.

¿Tienes fecha de vuelta?

Si todo evoluciona según lo previsto, vuelvo en Bogotá (3-9 abril).

¿Hay riesgo de no llegar a esa fecha?

En principio no, porque no estoy haciendo ninguna salvajada, estoy siguiendo cada paso al detalle. Solo me queda esperar a que la zona esté completamente consolidada y recuperada.

A nivel médico, ¿qué supone volver en la gira de tierra batida?

Pues mira, justo lo discutí hace unos días con el equipo. Es mejor porque es más blandito, pero también es cierto que el astrágalo choca con el escafoides en el deslizamiento, lo que hace que se junten más, así que en ese aspecto es peor. Tiene las dos partes, la positiva y la negativa. En pista dura, al ser más duro, en principio es peor, pero no deslizas.

De todos los torneos que se vienen, ¿con cuál te nacen las mariposas?

[…] Quiero competir, donde sea. Quiero tener esa sensación otra vez. Lógicamente, después de Bogotá hay Billie Jean King Cup y está el Mutua Madrid Open, dos torneos que a mí me flipan, así que me quedo con esos dos. Roland Garros también lo tengo en mente, el año pasado no lo pude jugar y, al final, creo que en París puedo jugar bien, aunque de momento no haya logrado allí un gran resultado.

Y de los que te has perdido, ¿cuál dolió más?

El Open de Australia.

Pensé que me dirías las Billie Jean King Cup Finals.

No, porque ese torneo siempre supe que no lo iba a jugar, no llegaba. Cuando me rompo el escafoides, lo primero que pregunto es: ‘¿Llego a la FedCup?’. Blanca me miró y con la mirada me lo dijo todo, no podíamos hacer milagros. Hablé con Anabel (Medina) y le dije que podría estar esperando hasta el último día, pero lo más normal era que le dijera que no. Con el Open de Australia, sin embargo, tuve muchos momentos en los que pensé que sí llegaría, de hecho, pasé dos veces por quirófano con la intención de llegar como fuera. Cuando llegó la hora definitiva, fue imposible.

Llevas ya más de una década de carrera profesional, ¿te sientes una veterana?

Son muchos años, sí (risas). Siento que llevo tiempo, de hecho, muchas veces me dicen: ‘¡Eres súper joven para el tiempo que llevas!’. He vivido un montón de cosas y la mayoría súper chulas, así que lo que venga ahora puede ser una segunda etapa de mi carrera. De momento, todo lo que he vivido hasta ahora ha sido mucho mejor de lo que me esperaba.

¿Qué ha cambiado en estos diez años?

Ya no tengo esa prisa que tiene la niña joven de querer las cosas ya, de frustrase muchísimo cuando no llegan o enfadarse cuando pierde partidos. Tampoco de venirse muy arriba cuando los gana. La Sara de ahora entiende mejor de qué va esto y cómo funciona.

¿Y de qué va esto?

Para mí, va de rodearse de buena gente, tener un equipo con el que estés a gusto, escuchar mucho a los que están contigo, ser feliz y disfrutar lo máximo que puedas este camino.

Entiendo que todo lo has conseguido.

Sí, sobre todo lo primero. He conseguido formar un equipo de gente espectacular. Con Paco llevaba queriendo entrenar desde los 14 años, hasta Silvia me lo dice. Con ella ya tenía una relación muy cercana antes de entrar al equipo y con Blanca (Bernal) también tengo una conexión brutal. Me considero una afortunada.

Eso me dijiste la primera vez que te entrevisté, allá por 2017, cuando entraste al top100 por primera vez: ‘Soy una privilegiada’.

La tengo en el móvil esa entrevista (risas).

¿Qué le pides al 2023?

¡Salud! Y a partir de ahí, disfrutar de lo que venga.

¿Y a nivel deportivo?

Seguir teniendo la misma ilusión y las mismas ganas. Volver a competir lo antes posible y durante muchos días seguidos.

¿Y a nivel personal?

Dar el 100% todos los días en lo que haga, eso me hace ser feliz. Si además lo hago rodeada de la gente que quiero, pues mucho mejor.

Comentarios recientes