Hacía tiempo que no rescatábamos un texto del blog Behind the racquet, aunque también es cierto que ya faltaba poca gente por salir en él. El de hoy merece la pena recordarlo, aunque ya fue publicado hace algunas semanas. Se trata de Marion Bartoli, una mujer que estuvo luchando toda su carrera por un sueño, hasta el punto que cuando por fin lo cumplió, se quedó sin energías para seguir peleando. Su corona en Wimbledon 2013 es historia del tenis, pero para historia la que cuenta la propia jugadora francesa sobre cómo gestionó aquel éxito que terminó llevándola a colgar la raqueta.
“Gané Wimbledon en 2013 y me retiré semanas después. Cuando ganas un Grand Slam, estás en la cima del mundo y no quieres reírte porque, finalmente, has obtenido la recompensa a tu arduo trabajo. Mi mente quería continuar pero mi cuerpo ya no podía jugar. Dediqué toda mi vida a competir contra las mejores jugadoras del mundo, las horas extra de entrenamientos y ejercicio afectaron a mi cuerpo, no podía seguir jugando con ese dolor. Quería tanto un Grand Slam que mi mente empujó a mi cuerpo hasta que gané Wimbledon pero, cuando finalmente lo gané, me sentí vacía. No tenía mas recursos para volver a la pista, fue doloroso porque no pude capitalizar mi victoria.
Por suerte, encontré la moda y el diseño. Obtuve mi título en moda en Londres, lo cual me distrajo del dolor de no poder jugar al tenis. He diseñado para FILA durante mucho tiempo. Mi éxito fuera de la cancha me ha ayudado a borrar mentalmente mi identidad como tenistas. Sin la moda, me hubiera ido peor después de mi retirada, pero todavía echo de menos el tenis. Si me siento deprimida o tengo un mal día, lo que más deseo es volver a estar en una pista. Ahora estoy trabajando como comentarista, así que los recuerdos me inundan cada vez que vuelvo a Wimbledon. No es fácil ver a los jugadores actuales salir a la cancha cuando tú también estabas allí.
Mi mayor apoyo siempre ha sido mi padre, quien me ayudó a mantener una actitud positiva durante mis lesiones. Era un médico que manejaba situaciones críticas a diario, por lo que veía mis lesiones con un punta de vista más liviano. A los 23 años perdí primera final de Grand Slam en Wimbledon, fue un momento difícil porque me hacía acercado mucho al título. Hablé con mi padre y me ayudó a reconocer ls situación con una mayor perspectiva. Una lucha como esa solo representa un momento de tu vida que, con el tiempo, te hace más fuerte. Me hizo ver el tenis y la vida de una forma diferente.
Siempre he querido entrenar porque me gusta ayudar a las personas, me encanta ser generosa y retribuir de alguna manera al deporte. Para mí, entrenar no se trata de ganar dinero o fama, sino de ayudar a alguien a jugar mejor. No importa si eres jugadores de club o jugador profesional, todos tienen margen de mejora. Obtengo la mayor satisfacción dentro del tenis cuando comparto mis conocimientos ayudando a un jugador a mejorar.
En 2019 comencé a entrenar a Jelena Ostapenko. Dos años antes había ganado Roland Garros, pero estaba muy cerca de caer fuera del top100. Conozco muy bien el tenis femenino, me enfrenté a muchas de sus rivales durante mi carrera, así que cambiamos ligeramente su técnica y le ayudamos a reforzar su mentalidad. Jelena ganó nueve de sus diez siguientes partidos, volvió al top50 y levantó su primer título en los últimos dos años. Para mí fue una gran experiencia.
Cuando maduras y adquieres experiencia, reflexionas sobre tu vida. Mi mayor error fue no contratar a un fisioterapeuta privado, eso hubiera prolongado más mi carrera. Mi cuerpo sufría constantemente, era doloroso estas en la cancha, pero contratar a un fisio era caro y el premio en metálico que repartía la WTA era más bajo que entonces. Recientemente escuché a Maria Sharapova hablar sobre su experiencia en la gira, dijo que estaba en su propio mundo, extremadamente concentrada, diría que mi experiencia fue similar pero no tan extrema. Me hice amiga de cuatro jugadoras, pero el resto del vestuario se quedó fuera de mis planes. Puedes seguir jugando duro mientras respetes a cada oponentes, yo siempre lo hice”.