Tocar el cielo en tu profesión y vivir un infierno en la vida personal. Eso es lo que ha experimentado Jessica Pegula en los últimos meses y de lo que ha deseado hablar de forma clara en una columna para The Players Tribune. Eran muchos los rumores que han surgido desde hace tiempo en torno a un problema de salud de su madre, conocida en Estados Unidos por ser la presidenta y propietaria de dos de las franquicias más notables del deporte estadounidense, como son los Buffalo Sabres, de hockey hielo, y los Buffalo Bills, de fútbol americano. Se ha respetado mucho la privacidad de la familia y la estadounidense ha considerado que llegó el momento de dar una información detallada de lo sucedido y de cómo es posible que una deportista de élite sea capaz de manejar una situación límite como esa, llegando a firmar la mejor temporada de su carrera y siendo número 3 del mundo.
Hay que remontarse al mes de junio del pasado año, 2022, para entender lo sucedido. Kim Pegula, de 53 años, sufrió una parada cardiorrespiratoria mientras dormía y pasó mucho tiempo sin poder dar respuesta. Era su cumpleaños y la hermana de la tenista, Kim, se encontraba en el domicilio. Fue ella quien practicó la reanimación milagrosa que mantuvo con vida a su madre, antes de que llegara el personal médico y la trasladaran al hospital. Pegula recibió la llamada de su hermana a medianoche, informándole de todo esto, apenas unos días después de meterse en el top-10 tras sus cuartos de final en Roland Garros.
Kim, hermana de Pegula, fue clave para salvar la vida a su madre
La odisea no había hecho más que empezar. Si bien es cierto que Kim salvó la vida in extremis, las secuelas podían ser fatales, en forma de daños cerebrales, de respiración, del sistema autoinmune, etc. Durante dos semanas, la tenista abandonó por completo las pistas para dedicarse en cuerpo y alma al cuidado de su madre, junto a toda la familia. Pasados unos días, decidió volver a coger la raqueta para intentar desconectar y consideró que el mejor homenaje que podía hacer a su madre, una vez fuera de peligro, era disputar Wimbledon. Fue capaz de ganar allí dos partidos y eludir con elegancia los muchos rumores que circulaban sobre el estado de salud de su madre.
Afasia expresiva. Ese es el daño contra el que lucha sin cuartel Kim Pegula y que, por el momento, le impide comunicarse con los demás ya que no encuentra las palabras adecuadas para expresar sus emociones. Puede leer, escribir, entender la mayoría de cosas y, sobre todo, ver los partidos de su hija, algo que antes nunca hacía por su dificultad para gestionar los nervios que le producía. "La gente me dice que no entienden cómo he podido ser 3 del mundo en estas circunstancias", dice la tenista en un relato que sobrecoge y en el que muestra cómo este grave problema ha sido un acicate más para continuar con su carrera tenística. Jessica Pegula no duda en agradecer a la vida por mantener en ella a su madre, y a todas las personas que la están ayudando en este duro trance, así como en declarar su amor incondicional por un deporte que se ha erigido en vía de escape y homenaje sempiterno a su progenitora.