Tommy Robredo inicia su etapa como entrenador

Siete meses después de su retirada, el de Hostalric arranca un nuevo proyecto como entrenador de Chun-Hsin Tseng. Le acompañarán Abraham González y Walter Navarro.

Fernando Murciego | 23 Dec 2022 | 22.00
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Tommy Robredo junto a Chun-Hsin Tseng y Abraham González. Fuente: Punto de Break
Tommy Robredo junto a Chun-Hsin Tseng y Abraham González. Fuente: Punto de Break

Quizá alguno pensó que, después de su retirada el pasado mes de mayo, Tommy Robredo (Hostalric, 1982) se haría a un lado para desconectar durante un tiempo del circuito profesional y disfrutar de su vida en familia. Nada más lejos de la realidad. El ex Nº5 del mundo, apasionado por un deporte que se lo ha dado todo, ya tiene un proyecto entre manos, el que le vincula como entrenador principal de uno de los mayores talentos del circuito masculino: Chun-Hsin Tseng.

El asiático de 21 años –campeón de Roland Garros y Wimbledon Junior, además de Nº1 en la categoría– ya reside en Barcelona en busca de un nuevo salto de calidad que le devuelva al top100 del ranking. Por tercera vez esta temporada, Robredo levanta el teléfono para atender a Punto de Break y explicarnos cómo ha nacido esta idea, qué otras personas le acompañan y vislumbrar qué futuro le depara al tenista de Taipei.

Tommy, primera experiencia como entrenador.

Bueno, desde hace cuatro meses llevo ayudando a un chico de 13 años que se llama Óscar, de Banyoles. Me contactaron pidiéndome algo de ayuda y estoy con él una semana al mes, además de armarle todo el calendario. Me compagina muy bien estando en casa.

Entonces, primera experiencia profesional.

Eso sí, aunque en esencia son dos proyectos similares. Tseng es otro chico joven que necesitaba ayuda, solo que a a nivel profesional. Cuando me contaron su caso vi que era un proyecto que necesitaba de una estructura diferente, ya ha estado #90 del mundo pero, si quiere seguir subiendo en el ranking, se necesita algo mucho más armado. Es un proyecto muy especial e interesante, me ilusiona bastante compaginar ambas cosas.

¿Quién forma el resto del equipo?

El que viaje será Abraham González, que ha estado muchos años formando parte del equipo de Andrey Rublev. Él también tenía ganas de un cambio, así que a través de mi representante dimos con él, por estilo y experiencia encajaba perfectamente en el proyecto. Yo trabajaré conjuntamente con él pero desde aquí, formando el calendario y viendo todos sus partidos. Cuando estén en Barcelona entrenaremos juntos. En el equipo también estará Walter Navarro, un preparado físico de mucha experiencia en el circuito.

¿Tú no viajarás?

De momento no, la idea es que Abraham haga la mayoría de semanas.

Entiendo que Tseng se ha instalado en Barcelona.

Sí, el día 1 de diciembre se mudó. El acuerdo lo cerramos el 29 de noviembre y aquí estaremos hasta el día 28-29 de este mes, cuando arranquemos la temporada. Hemos estado entrenando en el RCTB 1899, que siempre se portan muy bien conmigo y nos han permitido utilizar sus instalaciones. Walter tiene un centro privado para hacer físico, así que allí también pasamos mucho tiempo, aunque nos solemos mover mucho por Valldoreix, Cornellà, etc.

Cuéntame algo sobre Tseng, ¿qué te llamó la atención?

Es un chico de 21 años que se ha metido #90 del mundo. A día de hoy está #115 porque no ha defendido un par de Challengers del año pasado, pero cuando cerramos el acuerdo estaba entre los cien. Tal y como ha ido su evolución es evidente que es muy bueno, pero nunca había tenido un entrenador o un equipo de manera permanente, ha tenido muchos cambios mientras viajaba con su padre. Nuestro objetivo es enseñarle un poco la estrategia y las tácticas dentro de la pista para que alcance un nivel todavía más alto.

Siete meses retirado y ya estás entrenando, lo tuyo es amor por el tenis.

Es una forma de seguir vinculado al circuito, de volver a disfrutar y vibrar con el tenis después de un tiempo fuera. Tampoco es que entre de golpe, ya que voy a estar en casa excepto las semanas que entrenemos en Barcelona.

¿Te imaginabas tan pronto en un proyecto así?

Uno nunca sabe lo que deparará el futuro, pero el hecho de que alguien venga a pedirte consejo, le des tu opinión y le guste, resulta muy satisfactorio. No es solo entrenar a un jugador, es saber comunicar, saber qué decirle, cómo decírselo, etc. Con la experiencia que tengo, sabiendo en qué me equivoqué y en qué no, mi labor es ayudarle para que le vaya bien. No sé qué palabra define todo esto, si mentor, entrenador, head coach… no sé cómo definirlo (risas).

Le tendrás que enseñar cómo se juega en tierra batida.

No, no, no. Sinceramente, no soy muy partidario de enseñar a la gente lo que nosotros hacíamos bien. Cada jugador tiene sus virtudes y sus defectos, así que la labor del entrenador es conocer ambas partes para potencias esas virtudes y corregir los defectos. Si tú hacías muy bien algo que al jugador ves que le cuesta, entonces puedes ayudarle un poco por ahí, aunque soy más partidario de aconsejar tácticamente, no voy a cambiarle un golpe de repente a un chico de 21 años, lo que quiero es ayudarle a no equivocarse, a tirar donde toca, saber cómo puede hacer más daño o mejorar sus hábitos de torneo. A partir de aquí, ya veremos cómo va, es un reto muy bonito.

¿Objetivos?

Si puede consolidarse entre los mejores, quedarse entre los 80-90 primeros del ranking y asegurarse jugar los Grand Slams, ya sería un paso muy importante para ganar tranquilidad. A partir de ahí, veremos hasta dónde puede llegar.

¿Le ves destacando en alguna superficie?

Ahora todo el mundo juega bien en todos lados, no es como hace 20 años, que la gente jugaba donde quería y elegía sus mejores torneos. En el momento en que obligaron a todo el mundo a disputar todos los Masters 1000 y los Grand Slams, porque si no sumabas un 0, todos empezaron a jugar mejor en todas las superficies. De no haber sido por ese cambio, dudo que hubiéramos visto a un Federer ganando Roland Garros, o un Nadal ganando Wimbledon.

Pero tendrá una superficie favorita.

Él me dice que le gusta jugar en tierra batida, juega bien ahí, así que te diría que tiene que mejorar un poco más en pistas rápidas. Una cosa es verlo en unos vídeos y entrenar con él unas semanas, ahora tocar verle en la competición y ver cómo actúa en arcilla, pista dura o cualquier otro lugar. Hay que ver cómo se adapta a esta nueva situación.

¿Qué tal han ido los entrenamientos?

Me ha sorprendido. Le pega muy duro de ambos lados, tanto de revés como de derecha. Pega en todas direcciones sin ningún problema, tiene mucha facilidad para eso. Donde sí tiene una pequeña dificultad es con el tema de la altura, mide 1’75m, así que a la hora de sacar no tiene las mismas facilidades que un Zverev o un Medvedev que están cercanos a los dos metros. La virtud que tiene es que para restar puede moverse mucho mejor que los otros, todo se compensa, eso es lo que le hará competir en todas las superficies.

Lo que sí parece es muy sólido.

Lo es, es muy sólido, tanto Abraham como yo nos hemos quedado maravillados al ver cómo conecta los tiros en todas las direcciones. Ahora nuestra función es ordenarlo, que no se equivoque, que tire el paralelo cuando toque o busque el cruzado cuando sea el momento. Me gusta también que es una persona muy humilde, muy trabajador, si le dices una cosa la hace al momento, o si le propones algo diferente no duda en hacerlo. Igual a la primera vez no le sale, pero le pone tanto empeño que a la segunda te la hace perfecta.

Y con el castellano, ¿qué tal esa materia?

Todavía no, pero de vez en cuando llega y suelta alguna cosa en castellano que yo le digo: ‘¿Esto dónde lo has aprendido?’. Son gente que aprenden rápido, se adaptan muy rápido al entorno, si yo me voy a Taiwán seguro que me costaría mucho más aprender alguna cosa (risas).