El Carlos Alcaraz de 2022 no se presentó en Abu Dhabi. No es algo extraño: este torneo se trataba de su primer contacto con la competición desde hace más de mes y medio, y no hay mejor escenario para recuperar sensaciones sin importar el resultado que una exhibición. Si el contexto que rodea al torneo emiratí es positivo y aporta serenidad y calma, lo mostrado en pista por parte del murciano se encuentra lejos de lo que puede hacer. Si el partido ante Andrey Rublev fue de suspenso, la actuación en el día de hoy ante Casper Ruud no arrojó ninguna conclusión diferente: el noruego se impuso con claridad en el partido por el tercer y cuarto puesto del Mubadala World Tennis Championship (6-1, 6-4), con un Alcaraz desaparecido en varias fases del encuentro.
En el primer set, de hecho, no hubo historia. Había confesado el de El Palmar que las condiciones eran demasiado rápidas para él, desprevenido ante la supersónica velocidad de la superficie. La falta de ritmo y de feeling con su raqueta volvió a manifestarse en este primer parcial, donde prácticamente ningún aspecto de su juego hizo click. Quizás preocupe un poco más, o al menos nos obliga a poner la lupa una vez empiece la gira australiana, la presencia de un aparatoso vendaje en su brazo derecho, cerca del codo. El ritmo al servicio del murciano fue muy bajo, sin superar los 180 km/h y sin soltar prácticamente ningún saque plano hasta el segundo set.
Tampoco funcionaban los golpes desde el fondo de la pista: Carlitos era una máquina de cometer errores no forzados, algo sobre lo que Ruud tomó ventaja. Al noruego se le vio algo más hecho a las condiciones, si bien no necesitaba de destellos para liderar el encuentro. Su servicio y su derecha eran autosuficientes en caso de necesidad, aunque Alcaraz ayudó a la causa. El segundo parcial tuvo un pequeño cambio de dinámica: con 1-1 en el electrónico, Carlos empezó a soltar el brazo y conectó varios puntos de bella factura cerca de la red. Muchos golpes desembocaban en fallos, pero parecía que el español empezaba a tomar temperatura, igualando la balanza y teniendo más oportunidades al resto.
PRIMERA TOMA DE CONTACTO DE CARA A AUSTRALIA
Había soltado amarras, pero la desventaja era enorme y la dinámica estaba de la mano del noruego. Un juego nefasto al servicio, con el que seguía sin conseguir ventajas (si bien empezó a incorporar algo más el saque plano) otorgaría a Casper en bandeja de plata el segundo set y el partido. No hubo ningún gesto de alarma o de frustración: probablemente Alcaraz era plenamente consciente de que la derrota entraba en sus planes, de que esta exhibición no es otra cosa sino el inicio de una progresión ascendente de cara al Open de Australia 2023. A eso se agarrarán tanto él como su equipo: al camino del esfuerzo y del trabajo duro. Estamos en diciembre, no es momento de encender ninguna alarma, pero el paso del murciano por Abu Dhabi se salda con dos derrotas, cero sets a favor y sensaciones agridulces. La próxima vez que veamos a Carlos en pista será en Australia... y ahí las balas, eso sí, dejarán de ser de fogueo.