Independientemente de lo que pase de aquí el domingo, el ATP Masters 1000 de París-Bercy 2022 será recordado por la emoción de los partidos de un Gilles Simon renacido. En su último torneo –anunciado– como profesional, el francés de casi 38 años ha sido capaz de tumbar a Andy Murray y Taylor Fritz para plantarse en los octavos de final, donde hoy chocará con Felix Auger-Aliassime. ¿Dónde está su techo? De momento ni él quiere pensarlo, lo que está claro es que no tiene ningunas ganas de retirarse.
Billete a octavos de final
“Simplemente hice lo que tenía que hacer. He ganado, ahora tengo otro partido al día siguiente, así que tengo que continuar y tratar de llegar a la cancha en la mejor forma posible. De lo contrario, sé que será muy desagradable. Tengo poco tiempo de recuperación, ya que me han puesto en el programa en un turno bastante temprano, pero es lo que hay. Tengo que seguir haciendo lo que tengo que hacer, sin pensar demasiado”.
Bajó en la segunda manga
“Me faltó algo de fuerza en el segundo set, estuve liderando la mayoría de los juegos, ganando mis saques más cómodo que él. Le había roto, pero luego tuve un mal juego y dejé que me rompiera, fallando una volea que para nada era difícil. Luego tuve tres pelotas de break con el 5-5 y no las aproveché, ahí me di cuenta que estaba muy cansado. Tal vez podría haber usado más a la multitud, haber presionado más, pero en el tercer set lo hice muy bien. Fue un partido muy difícil desde el principio hasta el final, también muy largo. Hubo cosas y otras no tan buenas, en tres horas se ha podido ver de todo”.
París volcado con él
“El público me está haciendo un regalo cada día, yo en la cancha me limito a hacer l mejor que puedo, como siempre hice. La percepción de todo cambió cuando dije que pararía de jugar a final de año, Jo también hizo lo mismo, siempre se nos ha considerado un grupo de cuatro, así que es difícil cuando ves que algunos se van. A partir de ese día he sentido mucho apoyo y compasión por parte de la gente, ya no juzgan tanto el resultado. Antes si lograba una tercera ronda nadie decía que era fantástico, pero sí lo dicen. Ya no es el resultado lo que cuenta, hoy pesa más el hecho de que sea capaz de jugar a un nivel muy alto. Todo lo que quiero es disfrutar de la experiencia, mi gran miedo en Roland Garros era precisamente ese, no ser capaz de hacer esto. Hacerlo bien allí me dio expectativas de hacerlo bien aquí, hizo que la gente quisiera formar parte de esto y participara en los partidos, me siento afortunado y feliz de haberlo hecho bien en los dos eventos”.
El gen competitivo no se pierde
“En términos de nivel de juego no me ha sorprendido tanto, en Roland Garros me sorprendió más, porque venía de seis primeras rondas y había ganado dos partidos en la fase previa de Lyon para acceder al cuadro final, donde perdí fácilmente con Khachanov. Estaba preocupado por dar el nivel en tierra batida al mejor de cinco sets, pero lo hice. Aquí creo que estoy jugando mejor, la semana pasada ya jugué muy bien, aunque me enfermé y todavía estoy un poco constipado, pero bajo techo sé que puedo jugar realmente bien, puedo ser un oponente difícil. Lo que siempre me preocupa es la forma física, hoy tenía delante a Taylor Fritz, que mide 1’93m y pesa 86kg, corre por todos lados y llega a todo. No solo sirve muy rápido, también golpea muy fuerte y se mueve bien. Tienes que estar en tu mejor forma, de lo contrario perderás de inmediato y con una puntuación cruel”.
Murray, Fritz y ahora Aliassime
“Estoy jugando bien, ya estaba jugando bien en los entrenamientos, no me estaba moviendo mal, así que sabía que podía jugar bien, solo esperaba no estar demasiado tenso y jugar el partido, dejar que mis tiros fluyeran en la cancha. Siempre tienes que agarrarte a eso, ya lo hice en muchos momentos del partido ante Andy, pero tenía mucha confianza, lo sentía dentro de mí, solo tenía sacarlo. Han sido dos rivales diferentes, aunque desde fuera parezcan similares. Yo, por dentro, he tenido sentimientos diferentes”.