El circuito WTA está viviendo en las últimas semanas un auténtico carrusel en los banquillos. La estabilidad parece haberse perdido por completo y estamos en plena época de cambios, de tejemanejes internos y de nombres que salen a la palestra para formar parte de los equipos de las mejores. Han vuelto a sonar nombres como el de Sascha Bajin, que ha comenzado a trabajar con Jelena Ostapenko, y muchos otros más, pero el más destacado es el de un tipo que ha dejado buenas sensaciones allá donde ha ido (más allá, quizás, de su última -y breve- etapa junto a Emma Raducanu). Tras impulsar las carreras de Aryna Sabalenka o Anett Kontaveit, Dmitry Tursunov vuelve a ocuparse de una tenista en busca de asaltar el primer escalón del circuito: Belinda Bencic.
La asociación entre ambos comenzó de la mejor manera posible, con un triunfo en el WTA Guadalajara 2022. Fue, además, ante una jugadora siempre incómoda como Leylah Fernandez, en un partido en el que la helvética hizo gala de mucho poso: desperdició varias bolas de partido en el tie-break del segundo set, pero se rehizo a las mil maravillas en el tercero para acabar inclinando la balanza a su favor. Aceptar que en ocasiones toca ponerse el mono de trabajo es uno de los aspectos en los que Belinda, según confiesa ella misma a la WTA, está trabajando: "Es el aspecto en el que más puedo mejorar, sin dudas, cambiar esta mentalidad perfeccionista. Lo estoy intentando, aunque a veces aún aparece la perfeccionista que hay en mí. Lo tengo que cambiar dentro de mi cabeza. Tengo que hacer lo que tengo que hacer, aunque no sea de una forma bella. Forma parte del proceso: aún no he llegado ahí, pero es algo en lo que sin lugar a dudas estoy trabajando".
Y eso es algo en lo que Tursunov seguramente querrá echar una mano. El ruso llega a esta aventura con un currículum envidiable, y las primeras sensaciones con la suiza no han podido ser mejores. "Creo que Dmitry es muy lúcido, intenta que a nivel mental veas las cosas de forma diferente. Es muy honesto y a veces muy duro, pero eso es precisamente lo que necesito. No necesito a alguien que me maree la perdiz. Me doy cuenta de que esto es lo que necesitaba para tener una perspectiva diferente", afirma la jugadora suiza, muy cómoda en los primeros pasos de la colaboración. La capacidad de análisis del ruso es evidente y uno de los puntos fuertes para su contratación, pero los resultados que cosechó con sus anteriores pupilas también han jugado un papel fundamental.
"He visto las asociaciones que ha tenido con otras jugadoras y su éxito ha sido evidente. Su manera de entrenar me puede ayudar. Creo firmemente que puede ser buena para mí. También con nuestras charlas, dentro de la pista, tiene que hacer 'click'. Aún es pronto para eso, pero estoy completamente segura de que va a funcionar, yo lo voy a intentar y hacer todo por ello", sentencia Bencic.
SALIR DE LA ZONA DE COMFORT
La forma de proceder de Tursunov, eso sí, dista bastante de anteriores aventuras por parte de Belinda. El ruso exige mucho y puede ser bastante estricto, lo que obliga a Bencic a centrarse y poner sus miras en el único objetivo: sumar victorias y títulos. "Esto es algo muy exigente para mí, es diferente a lo que he vivido antes y es algo que me sirve para mejorar. Ahora he salido de mi zona de comfort, que es exactamente lo que quería. Creo firmemente en su categoría como entrenador, en que me puede hacer mejor, tanto a nivel tenístico como a nivel mental", comenta una Bencic que aclaró, además, que fue ella quien propuso al ruso comenzar una nueva aventura, propuesta que Tursunov aceptó de inmediato. "Siempre es importante que sea el jugador quien quiere estar con el entrenador, es diferente cuando es el entrenador quien se te acerca. Quería trabajar con él, totalmente".