Empezó el año fuera del top-70, pero llegado el noveno mes del año se puede decir sin temor a equivocarnos que Caroline Garcia es la jugadora más en forma del circuito. No hay nadie que aplaste a sus rivales como ella, no hay nadie que acelere en pista rápida como la francesa. En este tramo de temporada, cada partido de la jugadora gala está siendo una absoluta exhibición, una muestra de fuerza con un tenis que avasalla a sus rivales, incluso a las mejores defensoras. Ni Coco Gauff, experta en contraatacar y aprovechar la velocidad de su rival, fue capaz de hacer frente a Caroline, que avanza a sus primeras semifinales de Grand Slam en este US Open 2022... y sueña con mucho más (6-3, 6-4).
El inicio de partido fue una absoluta demostración de intenciones por parte de Caroline, que consiguió el break inicial merced a un golpe que echaba humo: la derecha. Si bien prácticamente cada aspecto de su juego está a un nivel de sobresaliente en estos instantes, el drive marca la diferencia y atemoriza a cualquier oponente. Garcia impuso un ritmo de partido vertiginoso, abalanzándose sobre los segundos saques de Coco y haciendo imposible que la estadounidense desplegase patrón alguno para evitarlo. No fue hasta el ecuador del primer parcial que Gauff llegó al encuentro y tuvo cierta tranquilidad para volcar su tenis sobre el lado de revés de su rival, pero para entonces Caroline ya había afinado la puntería y tener una rotura de ventaja fue suficiente. Cada resto era una práctica de la asfixia, una soga sobre el cuello de Coco, que ni con el público de la Arthur Ashe le dio la vuelta al primer parcial.
LA CAROLINE MÁS CLUTCH APARECE EN EL SEGUNDO SET
Si la Garcia del primer set fue un rodillo, la del segundo parcial fue una apisonadora... en lo mental. No tanto en lo tenístico, pues por primera vez la estadounidense empezó a ver miniventajas en sus juegos al resto, sino más bien en su persistencia en bordar el tenis en cada punto importante, quemando mentalmente a una Gauff incapaz de generarse oportunidades de rotura. Con la inercia negativa de ceder el primer set, Gauff comenzó el segundo concediendo un break que sería su condena. Aún quedaba mucho encuentro, pero Caroline no iba a bajar su nivel de precisión en sus golpes: cada 0-15 o 15-30 fue solucionado de manera magistral por Garcia, que tampoco se arrugó a la hora de cerrar el encuentro con el carácter de las ganadoras, con la tranquilidad de las campeonas.
Es su mejor resultado en un torneo de Grand Slam (supera los cuartos de final de Roland Garros 2017) y llega de la mano de estadísticas prácticamente irrepetibles. Un 44% de puntos ganados al resto, dejando a Gauff en un pírrico 4 de 15 en los puntos ganados con su segundo servicio: 24 golpes ganadores, de los cuales 9 vinieron por la derecha y otros 3 por la volea, que tuvo un efecto maravilloso a la hora de acortar los tiempos. Fue una velada rápida, con un claro trabajo táctico de querer acortar el ritmo del partido y no permitir a Coco afinar su puntería, un matar o morir que Garcia ejecutó con precisión quirúrgica. Un triunfo que valen unas semifinales, una entrada al top-10 del circuito WTA y una oportunidad más para soñar con la gloria eterna. Quizás Nueva York sea testigo de ella, pero a Caroline solo le quedan dos noches... y quiere seguir de dulce.