Quien no arriesga no gana, y todo cambio importante en la vida requiere de una fase de adaptación, de encontrarte nuevamente a tí mismo y pelear hasta recoger los frutos. Nicola Kuhn fue valiente y ambicioso; dio un giro brusco a su vida, rompiendo lazos con España y nacionalizándose con Alemania. Tras una pésima primera mitad de temporada, el ahora alemán busca con ahínco reencontrarse con las sensaciones mostradas hace un par de años, y poco a poco lo está haciendo. Para ello tiene que perder partidos, pero perderlos compitiendo hasta el final y poniendo en aprietos a grandes rivales como es el caso de hoy. Hizo sufrir ante todo un Carlos Alcaraz, que a pesar de ser el gran favorito al torneo, sacó coraje y garra para ganar un partido que se le complicó por momentos y que le hizo ver que este tipo de torneos no se gana por nombre, sino peleando en la pista. Finalmente consiguió ganar por 3-6, 6-1 y 7-6 (3) en dos horas y 23 minutos de juego.
Dinámico de piernas, variando efectos con su revés y jugando muy agresivo con la derecha. Kuhn comenzó apabullante el partido, ante un Alcaraz quizás algo tímido y muy lejos de su mejor nivel. Podríamos atrevernos a decir que parecía estar arrastrando algún cansancio físico, pero la verdad es que no juega desde Wimbledon. Una bola de break en el ecuador del primer set para Kuhn fue el detonante para que el germano consiguiera ponerse por delante en el partido, ante todo el público alemán que no se estaban creyendo lo que estaban viendo.
Muchas cosas tenían que cambiar si no quería verse apeado a las primeras de cambio. El segundo parcial fue completamente opuesto al primero. Alcaraz incrementó la intensidad y redujo al máximo los errores. Se convirtió en una muralla de fondo de pista el español, que sabía elegir cuándo contraatacar. Se desató un duelo a cara de perro, que provocó que a Kuhn le comenzaran a aparecer fantasmas del pasado. Y es que no es lo mismo venir siendo el gran favorito al título, como Carlitos, que arrastrar meses de sucesivas decepciones, como Kuhn. La confianza jugó un papel clave para que el español se hiciera con el set en algo menos de media hora, consiguiendo la igualada en el partido.
Se podía esperar un hundimiento mental de Kuhn tras lo ocurrido en el segundo set, pero el alemán continuó jugando a un gran nivel. El saque no era un elemento diferencial, consiguiendo ambos jugadores sacar adelante sus respectivos servicios. Algunos problemas físicos de Kuhn hicieron presagiar que podría retirarse, pero nada más lejos de la realidad. Siguió peleando hasta el final para finalmente sucumbir ante la experiencia de Alcaraz, que demostró una vez más su buen hacer en los tie-breaks.
Consiguió sacar adelante un partido trampa, pero Carlos Alcaraz ya está en octavos de final. Su próximo rival saldrá del duelo que enfrentará al serbio Filip Krajinovic y al argentino Sebastián Baez.
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