No fue sin sufrimiento, pero Andy Murray vuelve a sonreír en casa. Había dudas del estado físico del británico de cara a Wimbledon 2022, pero parece haberlas disipado en su gran parte tras aguantar el tirón ante un incómodo James Duckworth. El debut del escocés en la Catedral se complicaba tras un primer set muy irregular, pero Murray tiró de galones y empezó a variar el juego para desesperar al australiano. Con algún que otro saque por debajo incluido, Andy acabaría por inclinar la balanza en cuatro sets muy peleados (4-6, 6-3, 6-2, 6-4) para avanzar a segunda ronda, provocando el rugido de una Pista Central volcada con él. Allí se medirá a John Isner, a quien domina con bastante claridad en el cara a cara (9-0).
Murray vuelve a saborear las mieles del triunfo en casa