
Bethanie Mattek-Sands es sin duda uno de los grandes personajes que tiene el mundo del tenis, en particular el circuito femenino. La veterana tenista estadounidense de 36 años se ha convertido en una de las jugadoras más carismáticas del la WTA, tanto por su carácter extrovertido y comunicativo, por sus triunfos en el dobles, como por sus extravagantes vestimentas, que rozan el disfraz más que el atuendo tenístico. Para la web tennis.com, Mattek-Sands ha hablado sobre su amor por los dobles y sobre la transformación que ha tenido con el paso de los años, de ser tímida a ser una de las jugadoras más queridas y divertidas para el resto de compañeras.
En individuales la carrera de la americana de Phoenix es bastante decente, pero nada espectacular, con los octavos de final como techo en los Grand Slams, y llegando a ser 30ª del mundo en 2011. La cosa cambia y mucho si nos pasamos al dobles. Ahí, Bethanie es una de las grandes jugadoras en activo de la modalidad. Hasta cinco títulos de Grand Slam alberga, faltándole tan solo la corona en Wimbledon. Un total de 27 títulos la avalan. Y qué decir de las parejas que ha formado. Con todas ellas ha tenido una conexión especial, les ha contagiado su pasión por el dobles. Jugadoras algunas de un carácter tímido y no precisamente especialistas pero que se han transformado bajo el hechizo de la peculiar tenista de Arizona.
Mattek-Sands sabe que no llegará nunca al nivel de una Martina Navratilova, todo un mito incluso en los dobles. "Necesitaría haber ganado unos 4.000 trofeos más para llegar al nivel de los éxitos y logros conseguidos por Martina. Pero siento que he sido muy afortunada de poder hacer pareja con talentosas jóvenes. Siento que he tenido muy buena conexión con todas mis parejas. La clave es tener grandes amistades y muy buena comunicación, eso siempre asegura los mejores resultados allí fuera en la pista", admite Mattek-Sands.
Su manera de ser tan abierta es fundamental en el juego del dobles, pero no siempre fue así Bethanie como ella misma cuenta. "Cuando era más joven, era realmente tímida. Quizá simplemente me sentía insegura de mí misma y de estar rodeada de toda esta industria del tenis. En un deporte tan invididual como este, quizá no sabía exactamente cómo comunicarme o promover una relación", explica Bethanie. Y ahonda en el tema: "Ahí en el circuito hay mucha gente muy introvertida que con la confianza adecuada y la conversación correcta, pueden volverse mucho más extrovertidos y sociables. Mírame a mí ahora, ¡apenas puedo dejar de hablar!".
Ser ella misma cuenta que fue la clave para empezar a conseguir éxitos. "Se me enseñó a ser seria, y es que, si quieres ganar, tienes que ser serio. Pero te diré la verdad, una vez que empecé a disfrutar en la pista y a aceptar mi personalidad, ahí es cuando los resultados empezaron a llegar".
Auténtica pasión por los dobles
"Animo a todo el mundo a jugar en dobles, puedes disfrutarlo mucho y hablar de muchas cosas con tu compañero. Es un juego fantástico, me encanta cuando veo a los jugadores inspirados, no solo a nivel profesional, si no también a nivel de clubes, cuando juegan dobles. El tenis puede ser realmente sociable", insiste Mattek-Sands, todo un adalid de la disciplina.