Conchita Martínez es una de las mejores jugadoras de la historia del tenis español en general. Más allá de la destreza de Rafael Nadal y del legado eterno de Manolo Santana, ella es capaz de discutirle a cualquiera su posición entre los más grandes. Campeona de Wimbledon, múltiple finalista de Australia y Roland Garros -tanto en singles como en dobles- y ganadora de medallas olímpicas y de títulos en la Fed Cup, ahora brilla del otro del lado de la pista como entrenadora. Tanto es así que fue galardonada, por parte de la WTA, como la más destacada del año por su labor junto a Garbiñe Muguruza, quien finalizó la temporada con el trofeo del WTA Finals. "Es un reconocimiento al fruto de tu trabajo", aseguró en charla con el medio ABC.
Más allá de su gran rendimiento como tenista, nadie te asegura que luego puedas traspasar todas tus virtudes desde otro rol. "Creo que viene un poco contigo, a mí me sale de forma muy natural, pero eso no quiere decir que si has sido buen jugador vayas a ser buen entrenador o viceversa", dijo. Y agregó: "Siempre me he fijado mucho en lo que hacía porque era muy perfeccionista y miraba en cómo podía mejorar. De hecho, lo sigo haciendo actualmente".
A los 49 años, Conchita es consciente que su etapa como jugadora ya quedó bastante atrás, pero que los éxitos se pueden seguir celebrando. "Lo que uno consigue como jugadora no se puede reemplazar, pero es muy satisfactorio que con el trabajo que haces con tu jugadora lleguen los resultados. Hay mucho trabajo detrás para que Garbiñe sea mejor jugadora", puntualizó.
SU RELACIÓN CON MUGURUZA
"[Garbiñe] ganó en 2017 Wimbledon y eso siempre estará en mi corazón porque es el Grand Slam más importante [NdR: en ese momento la asistía en algunos eventos en concreto]. Ahora estamos viviendo muchas cosas juntas dado que estoy de entrenadora a tiempo completo. La conozco de pequeñita, cuando empecé como capitana de la Fed Cup y siempre hemos tenido mucha afinidad", sostuvo.
La actual Nº3 del ranking internacional sumó tres títulos en 2021 con las consagraciones en Dubai, Chicago y el mencionado WTA Finals en los 1566 metros de altura de Guadalajara para cerrar con un broche de oro un año fantástico. Asimismo, llegó a dos finales (Yarra Valley Classic y Doha), donde no pudo ganar el partido decisivo. "Terminar el año así nos da mucha confianza para el próximo", finalizó.