
Impredecible es una palabra que habría que tener a mano en todo momento si te dedicas a cubrir el circuito femenino de tenis. Ayer, en las Billie Jean King Cup Finals de Praga, nos volvió a quedar muy claro. Se enfrentaban en el Grupo B las selecciones de Australia y de Bélgica: las primeras debutaban sin ninguna top100 en sus filas, mientras que las segundas llegaban con la confianza de haber derrotado el día anterior a Bielorrusia. ¿Se imaginan lo que pasó, verdad? Exacto, todo aquello que nadie pensó.
Sería Daria Gavrilova la primera en disparar, pero no la Gavrilova que ustedes recuerdan de años atrás. La realidad de la australiana a sus 27 años es la de una jugadora que ha disputado cuatro torneos profesionales entre 2020 y 2021. Su lesión crónica del tendón de Aquiles le ha obligado a quedarse fuera del tablero durante prácticamente dos temporadas, pero en su cabeza siempre estuvo el sueño de regresar en su competición favorita.
“Pensé en todo el equipo, en lo bien que habíamos entrenado, en lo difícil que tuvo que ser para la capitana confiar en mí”, valoró Daria sobre la emoción que sintió tras superar a Greet Minnen y recibir el abrazo del resto de sus compañeras. "Obviamente, no es nada fácil salir ahí fuera y competir después de nueve meses, pero creo que fue esa confianza que tuvieron en mí lo que me ha servido para creer en mí misma. Ahora veo que todo valió la pena”, reconoció la mujer que actualmente ocupa el puesto 412º del ranking.
Derrotada en segunda del último Open de Australia, Gavrilova decidió pasar por el quirófano tras aquel partido con Barty sabiendo que por delante le esperaban nueve largos meses de recuperación. Nueve meses de rehabilitación, de quedarse encerrada en su país, incluso de perder de vista a su prometido, Luke Saville, también jugador profesional. “Tengo que ser súper honesta en ese aspecto: cuando más me costaba aceptar mi situación era cuando llegaban los Grand Slam. Veía a Barty ganar en Wimbledon y estaba feliz por ella, por supuesto, pero al mismo estaba muy triste. Tuve muchos días de pensar: ‘Dios mío, ¿qué estoy haciendo aquí? Otro mes aquí encerrada, rehabilitándome, ¿volveré a jugar a tenis alguna vez?”, señala la oceánica en la web del torneo.
Pero Gavrilova lo hizo, consiguió tumbar a Minnen, un hecho que seguramente ayudó a motivar a su compatriota Storm Sanders, que minutos después salía a esa misma pista a medirse nada menos que a Elise Mertens. ¿Y quién es Storm Sanders? Zurda de 27 años, habitual del circuito de dobles y convocada por Alicia Molik tras la baja de Barty y la lesión de Tomljanovic. Enfrente, una tenista con más experiencia, menos ranking, pero seguramente los mismos nervios. Así fue como Australia conquistó también el segundo duelo individual y, por tanto, la serie.
“Ha sido la sensación más increíble que recuerdo, todavía estoy temblando”, apuntó Sanders, que tenía un balance de 0-5 ante jugadoras del top20. “Jugué muy, muy bien, es una suerte tener aquí a todo el equipo apoyando, llevamos una semana fantástica de entrenamientos en Praga. Es cierto que fue duro sufrir la baja de Ajla, así que estoy muy orgullosa de lo que he conseguido. No había tenido demasiadas experiencias jugando ante tenistas del top20, pero sentía la seguridad de ser capaz de lograrlo”, reconoció Sanders.
UN PAÍS MOVIDO POR LA ILUSIÓN
Australia, subcampeona en 2019, de repente sueña con tener un papel mucho más importante en Praga del que todos creíamos. A la espera de ver si Tomljanovic se recupera para la serie de mañana contra Bielorrusia, parece que Gavrilova ya se elegido como la líder del equipo. Teniendo en cuenta su historia, no creo que se conforme con participar. “Después de todos estos días en Praga, estoy aquí con la mayor motivación que recuerdo. No he jugado un partido desde febrero y todas vienen de un año muy largo, de muchos viajes, de padecer las burbujas anti-COVID en los torneos. Yo mientras estaba en Melbourne soñando con volver a jugar, estaba realmente emocionada, por eso creo que nunca antes en mi vida he sentido este nivel de motivación”, tiró la ex Nº20 WTA. Cuidado con ella.