El tenista kazajo Mikhail Kukushkin fue el siguiente tenista en pasar por Behind The Racquet para hablar de sus inicios en el mundo del tenis y explicó algunos de sus problemas que le lastraron en su preparación en el año 2018.
Uno de los mejores jugadores kazajos en estos últimos tiempos analizó como fue su infancia mientras intentaba hacer realidad su sueño de ser tenista profesional: "Comencé a jugar al tenis cuando tenía seis años. Mi padre en ese momento actuó como mi entrenador. Me llevaba a la cancha y me enseñó muchísimas cosas. Me entrenó hasta que tenía 17 años. Mi familia no tenía mucho dinero, así que no tuve muchas oportunidades porque vivía en un pueblo muy pequeño en el que apenas había vida. Yo durante toda mi infancia solo tenía un sueño, el convertirme en tenista profesional".
Al igual que muchos jugadores del circuito, Mikhail Kukushkin tuvo muchos problemas a sus inicios: "Cuando comencé a viajar, mi padre decidió no seguir como entrenador. Fue mucha presión porque sabía que tenía que hacerlo bien, de lo contrario todos los sacrificios que hicieron ellos cuando yo era joven, fueron en vano. Cuando la Federación de Kazajistán me mandó un mensaje proponiéndome jugar con ellos, mi vida cambió completamente. Fue un buen paso hacia adelante para mí. Recibí muchas ayudas, apoyo y finalmente pude concentrarme al 100% en mi tenis".
2018 fue el peor para Kukushkin por sus problemas matrimoniales
Repasando los momentos más complicados que ha tenido durante su trayectoria deportiva, el jugador kazajo se queda con el año 2018: "Si hay un momento de mi vida en mi carrera profesional que sufrí muchísimo fue en 2018. Me divorcié ese año. Fue un momento muy duro para mí. Muchas peleas y muchas conversaciones con abogados. Algunos días e incluso semanas no podía dormir y apenas me concentraba en los entrenamientos. Recuerdo que fui a un torneo ATP y entré a una cancha de hierba sin ninguna preparación. Es la peor sensación para un jugador que se dedica al tenis. Al final de ese año, tuve uno de mis mejores resultados. Eso me ayudó muchísimo a la hora de despejarme. El tenis me evadía de mis problemas personales. En los entrenamientos era otra persona completamente diferente a la de los partidos. Cuando jugaba un torneo oficial te concentras simplemente en el tenis. Me gustaba jugar en esos momentos porque era el poco tiempo que tenía de olvidarme de todo lo que tenía a mi alrededor. Fue como mi cura", concluyó el jugador kazajo.