Verdasco: “En 2009 sentía que podía ganar a cualquiera”

Punto de Break entrevista al madrileño tras su paso por el Challenger de Alicante. “Estoy haciendo todo lo posible para volver al top100”.

Fernando Murciego | 16 Oct 2021 | 12.28
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Fernando Murciego entrevistando a Fernando Verdasco. Fuente: PDB
Fernando Murciego entrevistando a Fernando Verdasco. Fuente: PDB

Ya nada volverá a ser como antes’, recitaba El canto del loco en el año 2003. Una temporada en la que Fernando Verdasco (Madrid, 1983) amenazaba con entrar por primera vez en el top100, algo que lograría al curso siguiente para luego no moverse de allí durante casi dos décadas. Hoy, después de toda una vida entregada al deporte de élite, nos damos cuenta que Dani Martín y compañía no mentían. El madrileño, veterano y curtido en mil batallas, lucha estos días por recuperar su mejor estado físico y, si es posible, regresar al grupo de los cien mejores del mundo, donde pertenece.

No, Verdasco tampoco volverá a ser el de antes, aquel que llegó a ser Nº7 y comía en la mesa de los más grandes, pero eso no le impide disfrutar de uno de los períodos más bonitos de su vida personal. Acompañado por su familia, con 37 años y mostrando la misma ilusión de siempre, el zurdo estuvo esta semana en el Alicante Ferrero Challenger, donde no pudo superar los octavos de final. Tiempo suficiente en Villena para sacar un hueco y sentarse por primera vez a conversar con Punto de Break. Una entrevista reposada que bien podría ser un viaje en el tiempo.

Se hace raro verte aquí en la semana que se juega Indian Wells, un torneo que jugaste 15 temporadas consecutivas.

Se hace extraño, pero las circunstancias del último año y medio son las que son, no me ha quedado otra que mentalizarme.

Las lesiones te han cambiado muchos planes.

Después de la operación de rodilla me dijeron que estaría listo en cuatro meses, pero me ha estado molestando bastante más tiempo. Pensé que podría empezar a jugar la semana de Doha y terminé volviendo en Miami pero con mucho dolor. Luego me pasó lo del codo, tuve que pasar otra vez por quirófano, así que con este panorama tampoco podía esperar mucho más.

Una de las consecuencias ha sido un importante caída en el ranking.

Está claro que es duro salir del top100 después de casi 18 años, es duro no estar en Indian Wells, pero es que no queda otra solución. Hablándolo con mi equipo, lo que tengo que estar es agradecido por haber tenido una carrera tan extensa, mucho más larga que la gran mayoría, además sin ninguna lesión importante. Con 37 años es mala suerte tener dos operaciones en la misma temporada, aunque ninguna fue grave, pero eso te deja con muy poco ritmo de partidos y confianza. Ahora mismo no me queda otra que disputar los torneos que mi ranking me permite.

¿Es más duro jugar con la urgencia de volver al top100 o con la exigencia de no salir del top10?

Es distinto. Cuando yo salí del top10 fue, en parte, por unos problemas físicos que tuve en la muñeca y en la rodilla izquierda, desde finales de 2011 hasta 2013 estuve jugando con muchos vendajes, acabando todos mis partidos con dolor. Lo que tiene la exigencia de estar top10 es que en cuanto tengas un mínimo problema, te vas fuera. Esta vez, aunque con un ranking diferente, la situación es bastante parecida. En 2021 solo he podido jugar un partido sin dolor, en Belgrado, hasta que me pasó lo del codo.

Tú que has estado en la cima, ¿le encuentras el gusto a jugar un Challenger?

Dada mi situación, mi edad y mi carrera, es una situación complicada. Pero a mí me gusta mucho jugar al tenis, aunque sean momentos difíciles estoy haciendo todo lo posible para volver. No te digo volver a ser top10, pero sí intentar recuperar ese nivel de juego de otros años, aun sabiendo que luego habrá semanas que jugarás mejor y otras peor.

En su momento, hablando con David Ferrer, me contaba que él lo dejaría cuando dejara de verse competitivo, antes de tener que caer a los Challengers.

Las circunstancias de cada jugador son totalmente diferentes. En mi caso, yo sí me veía competitivo, pero arrastraba un año con mucho dolor en la rodilla, aun así de vez en cuando ganaba algún partido. Evidentemente, no estaba como cuando estaba en el top30 o en el top10, pero finalmente tuve que parar para acabar con el dolor. El quirófano siempre fue mi última opción.

Dicen que uno nunca vuelve a ser el mismo después de pasar por quirófano.

La recuperación no es fácil, el codo no está bien desde el primer momento, hay que darle tiempo. Estas últimas semanas las cosas no han salido bien, lo sé y lo acepto, pero estoy entrenando duro y sintiéndome cada vez mejor, poniendo mucho de mi parte en lo que son horas de entrenamiento y dedicación. Siento que cuando mi cuerpo esté mejor, seré capaz de ser competitivo otra vez y volver al top100.

Yo que soy un nostálgico, necesito preguntarte por las temporadas 2008, 2009, 2010 y 2011. Fueron tus mejores años, ¿qué tecla tocaste?

Durante tu carrera vas evolucionando, vas teniendo etapas de más fortaleza mental y más confianza. Posiblemente, los golpes y el juego de 2009 los tenía ya en 2005, lo que pasa es que no era tan regular. Al principio de mi carrera podía hacerte final en Acapulco y luego perder en primera ronda de Indian Wells, Miami… y de repente ganar Valencia. No tenía esa constancia. Eso viene con los años, con la madurez, con 25 años todo se ve diferente que cuando tienes 20.

Noviembre de 2008, Mar de Plata, Copa Davis. Aquello lo cambia todo.

Fue un golpe de moral muy grande, sin duda, eso me hizo tener mucha más confianza en mí. Luego estuve entrenando muy bien en Las Vegas, después de la Copa Davis me fui con mucha confianza a Australia y esa buena racha se alargó hasta Cincinnati, donde perdí en el debut con Guillermo García López. Hasta entonces, había hecho cuartos de final en todos los Masters 1000 del año. Esa continuidad no la había tenido nunca, así que supongo que todo se desencadenó con las semifinales de Australia, eso me llevó a mejorar mi ranking y evitar a los mejores en las primeras rondas. Todo es más complicado estando #30 que estando #7, pero no cambié nada en concreto durante aquellos años, simplemente estaba más preparado.

Se te ha dado mucha caña por no recuperar nunca aquella versión.

En 2011 acabé top15 porque empecé a sufrir una tenidinitis en la rodilla izquierda, eso me privó de enlazar tantos torneos buenos como en 2009 y 2010. La gente no se lo cree cuando lo cuento, pero el partido contra Rafa en Australia 2009 lo jugué con una fisura en el peroneo de mi tobillo, algo que arrastré del partido con Murray en cuartos de final.

¿Y cómo lo hiciste?

Por la adrenalina, la emoción de estar en tu primera semifinal de Grand Slam, además contra Nadal que en aquel momento era Nº1. El público, la atmósfera todo lo que sentía… aunque nada de esto me quitó el dolor, sobre todo al principio, pero una vez caliente era como si no tuviera nada. Después del partido estuve dos días sin salir de Australia porque no podía ni caminar, de hecho me perdí la eliminatoria de Copa Davis que se jugó luego ante Serbia. No empecé a entrenar hasta una semana antes de Indian Wells, donde perdí en cuartos de final con Federer, teniendo yo 5-4 y saque.

Ahí ya eras otro jugador.

Hay una parte mental que domina todo, en ese momento yo me creía mucho mejor jugador que seis meses atrás, pero era la misma persona. ¿Qué había cambiado? La confianza en mí mismo.

No han sido pocas las veces que he escuchado decir que Fernando Verdasco es el jugador español más talentoso de su generación, incluso por encima de Nadal.

Imagino que esto dependerá mucho de quién lo diga, otros dirán que Feliciano tiene más talento, otros dirán que Nadal. En España hemos tenido la gran suerte de tener varias generaciones con un talento brutal, si tú escuchas a los extranjeros hablar sobre nosotros verás que suelen definirnos como gladiadores, como tipos muy duros físicamente. Nadal ha ganado 1000 veces Roland Garros (risas), el torneo más duro mental y físicamente del mundo, pero otros españoles ya lo dominaron antes, esto se ve en la historia del tenis.

Podría haber hecho mucho más en su carrera’. ¿Cuántas veces lo has tenido que escuchar?

Todo el mundo puede dar más, siempre se habla de la probabilidad de haber ganado más títulos o de haber sido más años top10. Al que gana cinco Grand Slam, le preguntan por qué no ganó quince. ¿Cuántos jugadores hacen todo perfecto desde que nacen hasta que mueren? Ninguno, somos seres humanos, no somos máquinas. ¿Que yo podía haber dado más? Sí. ¿Que Feliciano podría haber dado más? Sí. Pero es que hasta un Nadal, Federer o Djokovic podrían haber hecho más en algún momento...

Son pensamientos que nunca sabremos.

Nadie lo sabe. ¿Si Nadal hubiera hecho algo mejor en su carrera tendría ahora 25 Grand Slam? Criticar siempre es muy fácil, nos encanta mirar al de al lado y ponerle verde, pero yo estoy muy tranquilo con mi carrera. Siempre hice las cosas como pensé que tenía que hacerlas en ese determinado momento, luego ya aprendes y ves si has acertado o no. Quizá si hubiera hecho otra cosa distinta no habría sido feliz y no hubiera ganado. Al nivel que nosotros jugamos, no es solo el hecho de hacer todo perfecto, porque si mentalmente eso te hace ser infeliz, entonces sí que no vas a ganar.

Federer dijo una vez que de vez en cuando comía bombones. ¿Eso está mal?

A mí me parece perfecto. ¿Si Federer en vez de bombones hubiera comido quinoa tendría ahora más Grand Slam? Son críticas un tanto absurdas, criticar por criticar, pronosticar cosas que nunca sabremos. Todo el mundo es libre de opinar, estoy muy acostumbrado a que en mi carrera me hayan criticado, que me hayan puesto de fiestero y de todo. Después de tantos años ya no me afectan, yo sé perfectamente lo que hice bien y lo que hice mal. Creo que he tenido una carrera muy buena, ahora me centro en vivir el presente y luchar por recuperar mi nivel.

Quizá esas críticas es lo que te haya alejado un poco de la prensa, eres uno de los jugadores que menos entrevistas concede.

Públicamente cuento lo que puedo contar, tengo una vida privada familiar que prefiero dejarla para mí y los míos. En mi carrera siempre he sido muy sincero, muy claro, no soy esa persona que aquí te cuenta una cosa y luego por detrás piensa otra. Mucha gente me podrá criticar, pero la gente que me conoce sabe cómo soy de verdad. Los que solo me conocen como jugador de tenis, que me critiquen por algo personal es algo que no se entiende, hablan de algo que desconocen. Es como si yo critico a Michael Jordan personalmente, no puedo hacerlo porque no le conozco, aunque me hayan contado mil cosas sobra él. Podré criticar su carrera, eso sí, aunque justamente de Michael Jordan poco podré decir (risas).

¿Cuál es el momento más especial de tu carrera?

No tengo uno, han sido muchos. El día que gané la Copa Davis en Argentina, dando además el punto decisivo a mi país, fue uno de los más bonitos. Era un sueño que tenía desde niño. Ganar mi primer torneo ATP en Valencia y ganar el Conde de Godó también son recuerdos muy especiales.

¿Y el peor recuerdo?

También ha habido muchos. Las semifinales de Australia, pese a que todavía viene gente recordándome aquello, fue una putada perderla después de cinco horas de partido. Pero bueno, me gusta que la gente todavía lo tenga presente y se acuerde del nivel al que jugamos aquel día. Que se te escapen dos sets de ventaja contra Murray en cuartos de final de Wimbledon fue otro momento que me dolió bastante.

¿Qué duele más? ¿Perder ante un Nadal donde él es el favorito o perder ante un Dudi Sela donde lo eres tú?

Con Nadal pierdes después de cinco horas y te hace daño, porque son unas semifinales y porque estuviste a seis puntos de pisar una final de un Grand Slam. Luego en 2016 le gané en primera ronda de Australia y perdí en segunda con Dudi Sela, pero no creo que perdiera por arrastrar la presión de haber ganado a Rafa, lo que pasó es que físicamente llegaba bastante tocado después de otros cincos sets, tanto mental como físicamente. La lógica dice que si gano a Nadal, tengo que ganar a Sela… pero Dudi Sela también juega muy bien al tenis, así que si no juegas bien vas a perder. Todas las derrotas duelen, independientemente del rival. Duelen más según la ronda o las circunstancias del partido.

¿Cuál ha sido el rival más duro al que te has enfrentado?

Nadal.

Le ganaste tres veces.

Sí, pero es el más duro (risas).

¿Más que Federer?

Sí, aunque a Federer nunca pude ganarle. De hecho, es al único al que no he ganado, pero de los cuatro grandes es con el que menos veces jugué. Con Rafa es contra el que más veces jugué (17-3), después Murray (13-4), luego Novak (11-4) y por último Roger (7-0). A los tres primeros les gané alguna vez, pero con Federer nunca pude. Lo más cerca que estuve fue en el Masters de Londres, yendo 6-4, 4-4 y dos bolas de break, pero se te escapan esas dos bolas y ya no hay vuelta atrás. Con Rafa tuve que jugar 14 veces hasta ganarle por primera vez, igual si hubiera jugado 14 veces con Roger le hubiera ganado una….

¿Qué tiene Rafa que no tengan los demás?

Estando todos al 100%, creo que Rafa te exige un paso más, tanto físicamente como mentalmente.

Y estando tú al 100%, ¿pensabas que podías ganar a cualquiera?

Sí, claro que sí. En el año 2009, cuando hice semifinales de Australia, veía que podía ganar a Rafa, a Roger, a Murray y al que fuera. En ese momento de mi carrera sentía que podía ganar a todos.

Dime tres derechas mejores que la tuya.

Todas son diferentes, este es otro debate del que se habla mucho. Tanto Roger, como Rafa, como Del Potro creo que tienen tres derechas únicas, no sé si mejores que la mía. A lo mejor yo puedo hacer golpes más espectaculares que Rafa, pero él tira con mucho más efecto y tiene más consistencia. Luego te diría otro, Jack Sock, aunque no ha tenido una carrera tan brillante como ellos sí tiene un derechón impresionante. Del pasado destacaría otros, como Fernando González.

Tú que lo sabes bien, ¿tanta ventaja tiene ser zurdo en el tenis?

La única ventaja de ser zurdo es que somos menos jugadores, entonces para un diestro le resulta extraño porque el 80% de los partidos del año los juegas contra diestros, entonces tienes que trastocar un poco tu esquema de juego. Hay tenistas que están muy acostumbrados a jugar la derecha invertida y claro, contra un zurdo la tienes que jugar al otro lado, son cosas tácticas que tienes que ir cambiando, entonces igual por ahí sí se te puede complicar. Otra ventaja es el saque abierto al lado de la ventaja, donde realmente se deciden los puntos más importante del tenis. Esa ventaja del saque natural, el diestro lo tiene en el lado del deuce.

Ken Rosewall dijo que si Rafa no hubiera sido zurdo, jamás habría podido ganarle a Federer.

Con su físico y su fortaleza mental, hubiera ganado igualmente. Ténicamente puede ser más o menos vistoso, todo el mundo dice que Federer es el más elegante, el que más bonito juego. Vale, Rafa no juega tan bonito como Roger, pero Rafa en momentos importantes llega in extremis desde fuera de la pista y te mete una derecha en carrera por fuera de la red a la escuadra que te quedas de piedra. Rafa es uno en mil millones, sino no hubiera tenido la carrera que ha tenido.

Estás satisfecho con tu carrera, ¿también con tu palmarés?

Tengo 16 finales perdidas y 7 ganadas. Hubo finales, por ejemplo la de Niza 2010 con Gasquet, que iba 4-1 y dos bolas de break para 5-1 y saque. Al final perdí 7-6 en el tercero con el público insultándome todo el rato. A veces hay un montón de circunstancias que no se te dan.

Te adelanto el titular: ‘Podrías haber ganado más’.

¡Claro que podría haber ganado más torneos! Lo sé, pero tuve una carrera de veinte años. Soy el tercer jugador de la historia con más Grand Slam jugados de manera consecutiva, eso refleja una consistencia que está ahí, pienso que son números muy buenos. Que luego haya sido más o menos estable es otra cosa. Podría haber sido mejor, sí, pero también podría haber sido peor.

¿Qué logro te gustaría haber alcanzado?

Ganar un Grand Slam, aquel Open de Australia que estuve tan cerca. O ganar un Masters 1000, pero tuve la mala suerte de jugar la final con Rafa Nadal en Montecarlo 2010, un torneo que él ha ganado once veces. En la final no tuve ninguna opción, me pegó 6-0 y 6-1. El marcador fue un poco engañoso porque hubo juegos muy ajustados, pero todos cayeron de su lado. Son dos grandes torneos en los que estuve cerca, pero en ambos me topé con Nadal. En uno era el Nº1 y acabó ganando el torneo; en el otro era y sigue siendo el rey de la tierra batida.

En diciembre te veremos como director de las Davis Cup Finals aquí en Madrid, ¿seguirás compitiendo en 2022?

Seguro, me veréis en 2022. Con el tema de la Copa Davis lo pensé, sabía que más de uno creería que me iba a retirar, pero ni mucho menos. Fue una llamada de última hora para suplir a Albert Costa, que por motivos personales no podrá estar en el torneo. Me hacía mucha ilusión y por eso dije que sí, aparte que ha sido un torneo muy especial en mi carrera. El hecho de que una de las tres sedes sea en Madrid, incluidas las semifinales y la final, es un extra para mí.

¿En algún momento se te pasó por la mente la palabra ‘retirada’?

Soy realista, tengo casi 38 años, sé que mi carrera no será eterna. No sé si seguiré un año más, dos o tres como profesional. De momento, esta experiencia como capitán será bonita de cara al futuro.