Nicola Kuhn: “Llegué a pensar que el tenis no era para mí"

Entrevista exclusiva con el español, que admite haber pasado por una depresión estos dos últimos años: “Me vi en un lago muy oscuro y profundo”.

Fernando Murciego | 14 Oct 2021 | 10.19
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Nicola Kuhn en la Academia Equelite de Juan Carlos Ferrero. Fuente: PDB
Nicola Kuhn en la Academia Equelite de Juan Carlos Ferrero. Fuente: PDB

Seguro que en estos dos últimos años muchos de vosotros os habéis hecho esta pregunta: ¿Dónde está Nicola Kuhn? Sin embargo, la pregunta que resuelve todo el misterio es: ¿dónde ha estado Nicola Kuhn? Aprendiendo, esta podría ser una buena respuesta. Aceptando todas las adversidades del camino, tanto las que dependían de él como las que no. Sobreviviendo en un circuito que no espera a nadie, alojado en el top300 a la espera de que todo su trabajo tenga recompensa. Mejorando, como se ha podido ver en sus tres últimos torneos, donde alcanzó semifinales y dos cuartos de final (Szczecin, Murcia, Barcelona).

Esta semana en el Alicante Ferrero Challenger la dinámica se cortó con una dura primera ronda ante Fernando Verdasco, pero Nico atiende a Punto de Break con la madurez de un profesional que sabe que días así también forman parte del proceso. Durante media hora nos sentamos con el tenista español para charlar de su lado más íntimo, de los demonios que ha soportado en los últimos tiempos por ver que los resultados no llegaban. Todavía son 21 años, talento le sobra por todos lados, pero su ejemplo sirve un día más para reflejar lo duro que es el tenis profesional cuando la cabeza no está bien ordenada.

Es tremendo el cariño que recibes cada vez que vuelves a Villena.

Volver aquí me recuerda bastante a mis inicios, es un momento muy especial cada vez que regreso y veo cómo va cambiando el sitio. Me hace recordar muchas cosas, es una semana del calendario que me gustaría que estuviera siempre.

Desde qué decidiste dejar Equelite en 2017, ¿qué balance haces de tu camino?

Un balance complicado. En la vida de un tenista pasan muchas cosas, hay que estar ahí en cada momento y cada día es un reto. Eso resume muy bien lo que ha sido mi camino, cada día ha sido un reto. He tenido momentos muy buenos y momentos muy malos, la cuestión es que estoy madurando mucho y aprendiendo de todos los errores que he cometido.

¿Más errores dentro o fuera de la pista?

Como siempre decimos, los resultados de un tenista son el espejo de la vida que lleva fuera, todo va de la mano. En mi caso, hubo muchas cosas dentro de la pista que no fueron tan bien como esperaba, todavía me falta muchísimo trabajo. Fuera de la pista he tenido que trabajar en muchas otras cosas, pero esto es un proceso que dura toda la vida. Sinceramente, creo que he cometido más errores dentro de la pista que fuera.

Muchos cambios, muchos entrenadores, muchos proyectos fallidos. ¿Te has sentido confundido en alguna etapa?

Sí, ahí has dado en el clavo. Este ha sido uno de los motivos principales por los que nunca he podido identificar cuál es mi juego, pero con mi entrenador de ahora (Javier Fernández) poco a poco lo estoy descubriendo. Lo más importante no son los resultados, sino la línea en la que trabajas, lo que tienes que hacer cada día. Una vez el jugador sabe esto, todo el camino se hace más fácil y ordenado, esto es lo que me ha faltado.

Háblame de ese estilo de juego encontrado.

Soy un jugador que piensa que puede hacer cualquier cosa, desde cualquier lado de la pista, ya sea defender, atacar o subir a la red. Reuniendo todas estas cosas, ahora mi objetivo es convertirme en un jugador sólido que, en cuanto pisa la pista, se convierte en un jugador muy agresivo. En los últimos torneos se han empezado a ver los cambios, como en el partido con Albert Ramos en Polonia, aunque no todos los días funciona. La idea de jugar ya está, ahora tengo que conseguir desarrollarla cada día.

Federer con 21 todavía no había ganado Grand Slam y su entrenador, Peter Lundgren, dijo lo siguiente: “Puede hacer cualquier cosa en la pista, por eso tardará más tiempo que el resto en ordenarse”.

Es un punto muy interesante, lo hablamos mucho con el equipo. Tener la capacidad de hacer de todo es una gran ventaja, pero también es una desventaja porque te lleva al desorden. Si en cada momento ves la oportunidad de hacer mil cosas, al final te pierdes. Luego, el día que no te ves con la confianza ni las ideas claras, se hace muy complicado elegir. El tenista que solo tenga un tipo de juego y las ideas muy marcadas, seguramente le sea más fácil elegir porque no tiene más tiros.

¿Has llegado a tener dudas sobre tu nivel?

Nunca he tenido dudas de si soy bueno o no, pero tampoco me lo he creído. He tenido momentos donde no lo he pasado bien dentro de la pista, momentos de verlo todo muy oscuro, incluso pensamientos de creer que el tenis no era para mí… pero amo tanto este deporte y tengo tanta confianza en mí mismo que sé perfectamente que de los momentos más duros soy capaz de rescatarme.

De todas las veces que hemos hablado, siempre me sorprendió tu grado de ambición. ¿Es más frustrante que no lleguen los resultados cuando se sueña tan alto?

Nunca he tenido las prisas por llegar, pero sí he tenidos los pensamientos de cuándo iba a llegar. Uno sabe que no tiene que forzar las cosas, pero claro que te vas a la cama pensando cuándo llegará tu momento de verdad. Para eso no vale solo con jugar bien una semana, hace falta competir en todas, como estamos viendo ahora con los casos de Andrey Rublev, Casper Ruud y otros chicos que están arrasando en los ATP. Todo ese camino no es fácil, a veces pensar demasiado te acaba auto destruyendo. Yo sigo teniendo la misma ambición, mis objetivos no han cambiado, lo que sí ha cambiado es mi camino.

¿Y las comparaciones? ¿Ayudan o hacen daño?

La última vez que hablamos lo veía así, pensaba que por estar ellos ahí arriba y yo mucho más abajo significaba un desastre. Ahora lo veo diferente: si ellos pueden llegar ahí arriba, entonces yo también puedo, incluso creo que lo puedo hacer mejor. Ese pensamiento me ha sacado un poco del barro, me ha hecho ver que me tengo que dejar la piel para seguir mejorando, analizar lo que estaba haciendo mal era la única manera de crecer.

¿Tan mal lo pasaste?

En su momento me vi estancado en un lago bastante grande y no sabía cómo salir, pero gracias a mi equipo he conseguido encontrar esa calma y esa confianza para salir. Soy consciente de que no soy nadie, ganar o perder no cambia nada. Pasar por esa depresión de estar mal y no ganar partidos me hizo querer tener un camino firme y creer en lo que estoy haciendo.

Depresión es una palabra muy fuerte.

La palabra depresión se utiliza mucho ahora y no solo en el deporte. Hace años esto no pasaba porque la gente tenía miedo a expresarse, pero no hay ningún problema en decir que has estado mal. Cualquiera que sepa de tenis y vea que los resultados no son buenos, sabe que es porque algo pasa, es lógico.

¿Has perdido algún partido por no estar bien mentalmente?

Muchos, seguro. Me llegaron a escribir muchos amigos diciéndome que ya no me veían jugar con la misma ilusión, algo que ya se escapaba del tenis. Cuando vi que se preocupaban por mi estado de ánimo fue cuando me alarmé de verdad. Tenía que empezar a ordenar la cabeza y volver a disfrutar, llevaba un par de años donde empecé a ver el tenis como mi trabajo, me olvidé que esto es una cosa que había elegido yo, algo que hago por placer. Nadie me obliga a jugar, lo hago porque me gusta.

¿Cuál es la lección más importante que has aprendido estos años?

[Piensa] Es una buena pregunta, he aprendido tanto en tan poco tiempo que es difícil decir algo. Como tenista y como persona que trabaja mucho, me quedaría conque siempre tienes que tratar de dar un poquito más de lo que estás dando. Aunque pienses que te estás dejando la vida, siempre hay una forma de dar un paso más, así es como vas ampliando los límites. Cuando piensas que ya no puedas más... ¡inténtalo! Pero nunca te pongas tú el límite, porque entonces no mejorarás.

En los días malos la recompensa es doble.

Exacto. Hay muchos días donde te levantas y estás fundido, te duele todo, pero dar un extra ese día es lo que te ayudará a mejorar. Y al día siguiente te levantarás aún peor, pero tienes que volver a tirar para arriba. Lo que estoy viendo estas últimas semanas, más allá de los resultados, es que esta filosofía empieza a dar sus frutos. Si trabajas con una consistencia y un orden, por peso las cosas terminan cayendo.

Por cierto, Carlos Alcaraz. ¿Tú también le ves como futuro número uno?

Carlos se mete en una pista y hace lo que tiene que hacer, eso es lo más especial que tiene, un punto que va muy a su favor. Tal como empieza el partido lo termina, vaya bien o mal, pero siempre va con esa mentalidad ganadora. Tiene muchos tiros, físicamente es un toro y se va a poner todavía mejor, además Juan Carlos le va a ayudar bastante a evolucionar. Me alegro muchísimo por él, hace nada estaba jugando Challengers y ahora está ahí arriba. ¿Si puede ser número 1? Por supuesto que sí, como también lo puede ser Musetti, Ruud o yo mismo, el futuro marcará el camino de cada uno. Yo le deseo lo mejor a todos los contrincantes, cada uno pasa por sus propios problemas, su propio caminos… solo que algunos tienen más curvas que otros.