
Aún con la resaca de lo ocurrido ayer por la noche con Carlos Alcaraz, me venía con la obligación de hacer este artículo. No hay dudas en afirmar que el tenista murciano está llamado a liderar el futuro del tenis español, pero hay que ser cautelosos y dejar que el chico vaya quemando etapas poco a poco. Es cierto que lo ocurrido ayer emociona a cualquiera, a mí el primero, pero no podemos caer en el error de catalogarlo como el nuevo Nadal o el futuro número uno del mundo. Solo vamos a tener un Rafael Nadal en nuestros vidas y solo vamos a tener un Carlos Alcaraz. Hay que grabar esto en la mente de todos.
Vivimos en un país donde rápidamente se alza a una persona por un determinado momento y a partir de ahí esperamos absolutamente todo de él. Tenemos que mantener la calma con Carlos, no meterle demasiado presión y sobre todo disfrutar de él. Ni ahora es el mejor jugador del circuito y si en un hipotético caso mañana cayese contra Peter Gojowczyk será un jugador que se crece en las grandes ocasiones. No tiene que ser fácil para un chico de 18 años abrir las secciones de noticias deportivas tras el último logro conseguido ayer en Flushing Meadows. Tener a su lado a una persona como Juan Carlos Ferrero va a ayudar muchísimo y eso nos tranquiliza. No tengo dudas de que mañana, el jugador murciano saltará a la pista olvidándose por completo de la atmósfera vivida en la Arthur Ashe e intentará darlo todo en la cancha y acceder a los cuartos de final del US Open 2021.
Entiendo que este tipo de problemas no es un caso que se da solo en España ni mucho menos. En otros países ocurre exactamente lo mismo. ¿Nos hemos olvidado de Bernard Tomic con Australia? ¿Hugo Gaston con Francia después del Roland Garros que hizo hace unas temporadas? El problema es que solo se piensa en el ahora. En el hablar de un gran tenista que ahora es noticia, pero nadie se preocupa en cuidar ese activo que te permitirá seguir hablando de él más veces en un futuro. No podemos caer en ese error. Mantengámonos orgullosos de lo que hizo ayer nuestro jugador, pero vamos a dejarle progresar poco a poco. Lo que comúnmente se dice en España como 'no lo gafen'.