El oro de todas las checas
Krejcikova y Siniakova se llevaron el título en dobles en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021. Primer oro olímpico femenino en tenis para la República Checa.


Es increíble que un país como la República Checa, referente absoluto en tenis femenino durante las últimas décadas, nunca hubiera visto a una mujer colgándose un oro en unos Juegos Olímpicos. En ninguna de las modalidades, y eso que hubo varias ocasiones donde se quedaron cerca, pero hasta ayer el único campeón olímpico del que podían presumir era Miroslav Mecir (Seúl 1988), aunque todos sabemos que nació en Eslovaquia. ¿Y qué pasa con las chicas? Han tenido que esperar a la irrupción de Barbora Krejcikova y Katerina Siniakova para que todos los nombres históricas de su nación puedan verse honrados con el metal más preciado de todos.
“La motivación que sentíamos a través de las anteriores medallistas de nuestro país ha sido increíble, realmente grande, fue algo que nos ayudó mucho a inspirarnos. Creo que les debemos agradecer todo lo que hicieron en el pasado porque sin ellas, simplemente no tendríamos esa motivación y esa inspiración”, reconoció la vigente campeona de Roland Garros tras salir vencedoras en la final ante Bencic y Golubic. Un día antes, la propia Belinda se encargaba de frenarle los pies a Marketa Vondrousova, que aspiraba también a ser el primer oro femenino checo de la historia, pero se quedó a las puertas.
También se quedaron a las puertas Sukova y Noventa en Seúl 1988, donde perdieron la final ante las estadounidenses Shriver y Garrison. Ocho años después, la misma pareja de nuevo tuvo que conformarse con la plata en Atlanta 1996, ya que de nuevo una dupla estadounidense (Gigi Fernandez y Mary Joe Fernandez) le arrebataron su sueño. Por último, en Londres 2012, Hradecka y Hlavackova se quedaron a un suspiro de vengar esta maldición, pero allí apareció por tercera ocasión la bandera norteamericana, sostenida en esta ocasión por las hermanas Williams, para impedirles colgarse el oro. Sin USA de por medio en Tokyo 2020, Krejcikova y Siniakova tenían una oportunidad de oro para vengarse, y así lo hicieron.
“Ser campeonas olímpicas es un éxito realmente importante, estamos muy felices y muy agradecidas por haber estado aquí. Hemos hecho un gran esfuerzo juntas durante estos 10 días, pero ahora tenemos en nuestras manos esta hermosa medalla de oro, es prácticamente un sueño hecho realidad”, reconoció Barbora tras la final en un año donde se ha convertido en protagonista del circuito WTA.
La medalla supone el cuarto título que levantan juntas las checas esta temporadas, después de salir campeonas en Gipssland, el Mutua Madrid Open y Roland Garros. Sin embargo, según Siniakova éste no es como los demás. “Este es realmente especial, es diferente a los demás. Hemos disfrutado de cada minuto, de cada momento en la pista, fue muy difícil llegar hasta aquí. Estoy muy contenta de haber seguido luchando hasta alcanzar el objetivo, la medalla de oro. Pensar todo esto ahora mismo es asombroso, me siento muy honrada de haber representado a mi país en unos Juegos Olímpicos”, valoró.
Bencic, a un paso del doblete
Por su parte, el éxito de las checas significaba bloquear el doblete olímpico al que aspiraba Belinda Bencic, quien llegaba a la final de dobles con el oro individual colgado del cuello. No puedo ser para la suiza, aunque escuchar sus palabras nos hace reflexionar sobre el verdadero éxito que supone haber llegado hasta aquí.
“No solo se trata del color de las medallas, de ganar o perder, se trata de los recuerdos que hemos creado y que durarán para toda la vida. Compartir esto con Viktorija es algo increíble, en toda la semana nunca me sentí como si estuviera en un torneo normal, jugando sola. Ella estuvo a mi lado en todo momento, esto lo hemos ganado juntas. Cuando tengamos 80 años y nos tomemos un café, hablaremos de estos momentos”, señaló con buen humor la de Flawil.