Naomi Osaka dio un golpe de escena el 31 de mayo pasado, cuando anunció -a través de un comunicado- que se retiraría de Roland Garros producto del avasallamiento que sintió por parte de los organizadores para obligarla a hablar con los medios de comunicación luego de sus partidos. Si bien su decisión dividió opiniones en la esfera pública, es indudable que nunca nadie se atrevió a tomar semejante resolución en medio de uno de los torneos más relevantes del circuito. No obstante, aseguró que tenía que cuidar su salud mental y que no había nada más importante que cuidar su vida dado que no se sentía cómoda bajo ese contexto.
Desde entonces, se alejó de las pistas, viajó a California para descansar con su familia y sus amigos y se relajó con motivo de recargar energías de cara a su participación en los Juegos Olímpicos de Tokio, donde será una de las estrellas de la competencia. Justamente, el evento japonés marcará su regreso a la actividad oficial. "Después de tomarme las últimas semanas para pasar tiempo con mis seres queridos, he tenido tiempo para reflexionar y para mirar hacia adelante. En definitiva, no podría estar más emocionada de jugar en Tokio y de formar parte de un certamen especial. Espero poder hacer sentir orgullosos a los aficionados", escribió en una columna, que salió esta jornada en la nueva edición de la Revista Time.
"Cuando dije que no quería asistir a las conferencias en el Abierto de Francia para cuidar mi salud mental, debería haberme preparado para lo que sucedió posteriormente", explicó en su relato. Asimismo, continuó: "Nunca se trató de un tema personal con la prensa, sino del formato de las ruedas de prensa, que es algo que no me gusta. De hecho, siempre he disfrutado de tener una buena relación con los medios de comunicación e intento responder con sinceridad. No obstante, las conferencias -como las conocemos actualmente- están desactualizadas. Creo que podrían ser más interesantes para ambos lados, aunque la mayoría de los periodistas piensan que es algo tradicional y sagrado y bajo ningún punto de vista puede ser cuestionada".
Osaka no quería captar la atención de todos. Sin embargo, su voracidad disruptiva para romper con lo establecido generó un debate aún mayor. "Los atletas somos humanos y sabemos que hay compromisos fuera de la pista, pero no pensé que [su decisión] sería tan rigurosamente analizada", afirmó. Y agregó: "En cualquier otro trabajo perdonarían tomarse un día libre y no sería necesario divulgar los síntomas porque protegerían ciertos niveles de privacidad. Personalmente, me sentí muy presionada a relevar qué me sucedía porque la prensa y el torneo no me creyeron. No se lo deseo a nadie y espero que se puedan promover ciertas medidas para protegernos".
Finalmente, la japonesa, actual N°2 del ranking, le dedicó un párrafo a agradecer a todos aquellos que le enviaron un mensaje de apoyo en un momento tan complicado como el que tuvo que atravesar. "Ojalá la gente pueda entender que está bien no estar bien y que hay que hablar de ello. Michael Phelps (el nadador estadounidense récord olímpico en medallas ganadas) me dijo que al haber hablado podría haber salvado una vida. Si eso es cierto, valió la pena", concluyó su relato.