Ashleigh Barty, opciones de ser número 1 largo plazo ranking WTA

Diego Jiménez Rubio | 5 May 2021 | 07.39

Ashleigh Barty, capacidad perpetuarse número 1. Foto: gettyimages

🎾 Nitture/Sadiq vs Marcinkevica/Morvayova

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Una de las grandes injusticias en las que ha incurrido una parte de la opinión pública en los últimos tiempos, ha sido banalizar el hecho de que Ashleigh Barty sea la número 1 del mundo. La congelación del ranking WTA por la pandemia unido al poco tirón mediático que puede tener la australiana en el aficionado medio han hecho que la posición de esta talentosa y peculiar tenista sea percibida, aún por muchos, como algo circunstancial. Barty es la 27ª mujer que ha experimentado lo que es ser mejor tenista del planeta desde que arrancara la WTA, y todo indica que puede ser una de las que permanezca ahí por más tiempo. Hay motivos de sobra para pensarlo así.

Algunos de ellos pueden leerse desde las carencias de algunas de sus rivales, pero conviene interpretar siempre primero las cosas atendiendo a las virtudes de alguien y Barty las tiene de sobra. Su estilo de juego se puede acoplar a cualquier contexto y superficie. Lo hace todo bien en la pista, ostenta una gran inteligencia táctica, puede subir a la red con una eficacia y plasticidad muy superior a la media, demuestra una habilidad innata para defenderse y sabe cambiar ritmos y alturas, especialmente con un diabólico revés cortado. No hay nadie que juegue como ella, lo cual dificulta enormemente la tarea para sus rivales, poco acostumbradas a su estilo.

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Otro punto a su favor es la polivalencia evidente que tiene. En repetidas ocasiones ha comunicado que su superficie favorita es la hierba, mientras que se ha criado jugando en superficie dura y tiene todas las armas para triunfar en ella, pero lo que nadie esperaba es que se erigiera en una auténtica referente sobre tierra batida. Campeona en Roland Garros 2019, este año está demostrando que será una candidata a la gloria en París y que no hay una fase de temporada en que flojee, como puede ser la gira sobre arcilla para Naomi Osaka o algunos momentos para Simona Halep, fruto de cierta inestabilidad sobre pista rápida.

Por si todo eso fuera poco, Ashleigh tiene 25 años, una edad que le permite verse con un futuro a largo plazo y haber amasado ya experiencias vitales muy notables en el tenis. Aventaja en más de 2.000 puntos a su inmediata perseguidora, Naomi Osaka, y es muy difícil verla perdiendo en primeras rondas ante rivales de poca entidad. Sin un gran referente como Serena Williams pudiendo competir con continuidad, el circuito WTA es un conglomerado de jugadoras brillantes, pero cuyo fulgor es intermitente a lo largo de una temporada. Ashleigh Barty tiene armas y argumentos de sobra para verse legitimada como una número 1 a largo plazo.

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