Tsitsipas, ahora sí, campeón de Masters 1000

El griego se mostró impecable ante Rublev y puso fin a una sequía de catorce meses sin ganar un título. Primero griego en la historia que conquista un Masters 1000. 

Fernando Murciego | 18 Apr 2021 | 16.00
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Stefanos Tsitsipas, arrodillado tras su triunfo. Fuente: TennisTV
Stefanos Tsitsipas, arrodillado tras su triunfo. Fuente: TennisTV

Esta noche no habrá discusiones en las secciones deportivas de los diarios griegos. Por primera vez en la historia del circuito profesional, un tenista es campeón de Masters 1000. No podía ser otro que Stefanos Tsitsipas, el número 5 mundial, el hombre que hoy desconectó por completo la furia de Andrey Rublev (6-3, 6-3) para vestirse de campeón en Montecarlo. El heleno se presentaba a la final con un favoritismo mínimo, pero ese favoritismo fue creciendo con el paso de los minutos gracias a una labor mental que le sirvió para que cada golpe de su repertorio funcionara bajo los efectos de la presión. Merecido, esperado y muy saboreado por el griego, que ya es el mejor tenista de la temporada 2021.

Un break fue suficiente para llevarse el primer set, aunque detrás de los números había muchos otros aspectos que destacar del buen hacer de Tsitsipas en el inicio del partido. El griego, señalado hasta la fecha por perder la mayoría de finales importantes que ha disputado (solamente pudo amarrar las ATP Finals de 2019), reflejaba una serenidad y una calma sobre la pista impropia de aquel llamado, casi obligado, a cerrar la jornada de este domingo con el título en la mano. Pese a que Rublev venía jugando mejor que nadie, sabemos de sobra que para ganar este tipo de encuentros pesa mucho más la experiencia, y ahí el griego tenía una pequeña ventaja. Sabía lo que era estar en esa posición, sabía lo que era irse con sabor amargo, sabía qué actitudes y qué aspectos tácticos no debía volver a repetir para no obtener el mismo resultado. En media hora de rodeo, la teoría y la práctica iban en una misma dirección.

Aprovechando de una versión mucho menos explosiva del ruso, lastrado por un primer servicio que apenas le ayudó, Stefanos dominaba los intercambios desde ambos lados, utilizaba perfectamente el slice para ganar bloquear las embestidas de su rival, y con la derecha tenía una mira de francotirador permanente. Un parcial notable, sobrio, logrando el break en el segundo juego y tapando cualquier opción de remontada que intentó el de Moscú. Insistimos, por ranking y por nivel de tenis el cartel paría con una igualdad evidente, así que tendría que ser la experiencia la que repartiera la mejor suerte. Y en esa batalla, el ateniense se sirvió para situarse en primera posición.

El segundo set empezó con una leve mejoría por parte de Andrey, quien ahora sí estaba pegando la derecha como en sus mejores tardes. De esa manera en la que solamente él sabe pegarle. Así fue cómo fue sacando del cuadro a lo largo de la semana a nombres como Bautista, Nadal o Ruud. El equilibrio era real esta vez, pro primera vez Tsitsipas sufría sobre la arcilla, pero las pelotas de break seguían sin llegar. Minutos después las tornas cambiaron, ahora el griego el que metía la navaja en el marcador, montado desde el inicio sobre un servicio poderoso que le ayudó a ganar puntos por la vía rápida y evitar intercambios largos con su adversario. El número 5 mundial vio la puerta abierta y se nuevo metió el colmillo, dibujando un 3-1 que le diera cierta paz a la hora de afrontar la parte más complicada del encuentro.

Recogiendo los frutos tras varias finales perdidas

Fernando Vicente miraba atentamente desde el banquillo, esperando que la dinámica del encuentro cambiase levemente. No hacía falta un gran cambio, simplemente que la bola volviese a caer a escasos milímetros de las líneas, tal y como venía ocurriendo toda la semana. Pero hoy no, hoy el de griego estaba siendo mejor y para ello no necesitó mostrar su versión más salvaje. Lo hizo mostrándose calmado, determinante en los juegos capitales y sin dejar de lado nunca la táctica. Así se ganan las finales, con eso y un poquito de suerte. Tras perder sus dos primeras finales en la categoría, Stefanos por fin levantaba su primer título de Masters 1000. Rublev, que había ganado las últimas siete finales ATP que había disputado, esta vez le tocó perder. Dos gigantes que van camino de gobernar el tenis, pero uno de ellos llegaba con cita previa.