Quizá no esté siendo la temporada más regular de Hubert Hurkacz en el circuito ATP, lo que sí está dejado son picos muy altos en las semanas donde es capaz de desplegar su mejor juego. Ya lo hizo en el arranque del calendario cuando salió campeón en Delray Beach, levantando el segundo título de su carrera. Esta vez, las buenas sensaciones se han ido hasta Miami, donde el polaco se ha plantado por primera vez en la final de un evento Masters 1000. Y detrás de esta evidente mejoría se encuentra su entrenador, Craig Boynton, uno de los clásicos del vestuario masculino en las últimas décadas. Con él estuvo hablando la propia ATP, revelando cuáles son las claves de su reciente éxito.
“Un par de días antes del comienzo del torneo, me sentí con Hub y hablamos tranquilamente. ‘Simplemente, deja que las cosas pasen. Eso es todo, deja que llegue y que suceda, porque tú ya estás trabajando bien, estás en la dirección correcta’, le dije. Uno no se sienta delante de un microondas y empieza a gritarle, no le puede pedir que vaya más rápido, pues esto es lo mismo. Aquí cada cosa se cocina a su tiempo, las cosas suceden cuando suceden”, confiesa el estadounidense con su buen humor.
Boynton lleva en esta profesión desde 1993, cuando todavía faltaban cuatro años para el nacimiento del polaco. Un contraste severo que ha llevado a Hubert a dar un paso adelante desde que trabajan juntos. Curiosamente, a Floria llegaron después de no dar la talla en Rotterdam ni en Dubái, pero esas decepciones les han servido para afrontar esta semana de competición más liberados. “El tema de la presión ahora mismo está un poco en segundo plano, la tenemos apagada, por así decirlo. Hubert no está en el radar de nadie, realmente no siente ninguna expectativa, así que esto le permite acurrucarse, meterse en su propio espacio y seguir trabajando. Cuando uno empieza a efectuar de la manera correcta cada uno de los aspectos y comienza a darle continuidad, entonces es cuando se genera ese impulso, cuando llega tu momento”.
Por las manos de Craig han pasado figuras de la talla de Jim Courier, Mardy Fish, John Isner, Sam Querrey o Steve Johnson, una larga lista de compatriotas a los que convirtió en mejores tenistas. Ahora el reto se llama Hubert y el objetivo, Miami. “La fortaleza mental que ha mostrado durante todos los partidos de la semana ha sido estupenda, esto es realmente en lo que hemos estado trabajando la mayor parte del tiempo. Hubert ha ido tomando las decisiones correctas a lo largo de cada jornada, ha resistido ante todos sus rivales, algo que demuestra desde la primera bola del partido. También hubo rondas donde tuvo que superar muchas dificultades, pero fue capaz de trabajar en ese camino de regreso, algo que fue maravilloso de presenciar”, reconoce ya con el billete a la final en su poder.
Pero llegar aquí no fue sencillo, antes su pupilo tuvo que vencer a Kudla, Shapovalov, Raonic, Tsitsipas y, hace tan solo unas horas, a Rublev. El premio de alcazar el top25 ya es una realidad, pero un título el domingo le permitiría ubicarse en en Nº16 del ranking. Grandes números, aunque Boynton prefiere centrarse en el trabajo, el progreso, la mejora diaria. “Cuando uno consigue mantener en la mente las cosas más simples y concentrarte en ellas, es entonces cuando el trabajo comienza a salir bien de verdad. De repente notas cómo llega es impulso, pero no llega solo, llega con muchas más cosas que te van a ayudar en el día a día. Siempre es necesario tener que sufrir y trabajar duro a través de un par de partidos, solo después de algo así puedes volver a la pista con mucha más confianza y seguridad”, valora el técnico. Mañana, ante Sinner, veremos si el impulso acaba rompiendo su techo.