Esta mañana, mirando el top100 del ranking WTA, solamente aparecían cuatro jugadoras menores de 19 años en la lista: Cori Gauff (#37), Leylah Fernandez (#69), Marta Kostyuk (#85) y Clara Tasuon (#96). Cuatro campeonas de Grand Slam Junior, tres de ellas ya con un título WTA individual en el bolsillo. Es la historia de siempre, hay deportistas que tardan un poco más en explotar y hay otras que no pierden el tiempo ni un segundo. Empiezan corriendo y siguen corriendo, sin esperar a nadie. El caso de Leylah, campeona hace unas horas en el WTA 250 de Monterrey, es el de una chica que siempre apuntó altísimo, tan alto que no ha pagado ni siquiera la transición entre circuitos. Ya con los pies entre las 70 mejores del mundo, la de Québec se mostró pletórica después de estrenar su palmarés en tierras mexicanas.
“Básicamente, en el último juego, sobre todo en los dos últimos puntos, he sentido que estaba muy nerviosa. Traté de calmarme y pensar solo en el momento, traté de ejecutar el plan lo mejor que pudiera”, contaba Fernandez para la WTA tras su victoria por 6-1 y 6-4 ante una Golubic que apenas pudo toserle durante el encuentro. “Estoy feliz de que esas pelotas hayan entrado y todo haya terminado bien. Mirando atrás recuerdo todo el esfuerzo que ha supuesto para mi familia y para mí llegar hasta aquí, así que estoy muy feliz de que todo ese trabajo y dedicación que le hemos puesto a esto empiece a dar resultados. Ojalá que vengan muchos más éxitos”, añade la joven de 18 años.
Hace justo un año, también en tierras mexicanas, Leylah caía en tres mangas en la final de Acapulco ante Heather Watson, 6-1 el tercer set. Tenía 17 años y afrontaba su primera final como profesional, pero le vino grande, no era su momento. Esta vez la cosa fue distinta, todo gracias a aquella experiencia de la que pudo enriquecerse. “He intentado dar lo mejor de mí, utilizando las buenas emociones que me llevé de México el año pasado en aquella final de Acapulco. Eso ha terminado siendo un combustible para conseguir la victoria, estoy seguro de que me ayudó mucho esta vez”.
Enfrente tenía a una rival que ni mucho menos era invencible, pero sí una mujer muy experimentada que además venía firmando un arranque de 2021 fabuloso. Viktorija Golubic, on 25 triunfos en apenas tres meses de temporada, llegaba de ser subcampeona hace un par de semanas en Lyon, donde partió desde la fase previa. En Monterrey tuvo que repetir el mismo camino, pero lo hizo, superando la Qualy y plantándose en la última ronda. “Sabía que Viktorija venía de una final recientemente en Lyon, lo cual significaba que estaba jugando increíble estas semanas, incluso desde el comienzo de año. Intenté no pensarlo demasiado y mantener el foco en mi juego, seguir haciendo mi juego, tal y como he venido haciendo todos estos días”, subrayó Fernandez tras su éxito.
Muchos han podido descubrir a esta jugadora durante la semana, aunque algunos todavía le recordamos de aquel triunfo en Roland Garros Junior de 2019. Una vez más, ver su evolución con el paso del tiempo es lo más atractivo, ver cómo su tenis va quemando etapas y la lógica se impone en sus resultados. Sobre su estilo, Leylah confiesa su afán por atacar la red en cada punto y terminar arriba los puntos. “Esto siempre ha formado parte de mi juego, intento ir continuamente hacia la red, pienso que es algo que en los dos últimos partidos me ha funcionado muy bien. El principal objetivo cada vez que salto a una pista de tenis es divertirme y pasarlo bien, sin pensar demasiado en las consecuencias que puedan suceder. Simplemente salgo ahí fuera y ejecuto todo lo que he trabajado en los entrenamientos”, concluye.
Ahora el examen se complica mucho más para la canadiense, ya que apenas tendrá unas horas de descanso antes de afrontar su próximo desafío, la fase previa del WTA 1000 de Miami. Esta misma noche, tras un viaje de cinco horas hasta Florida, Leylah tendrá que medirse a Marie Bouzkova en la primera ronda de la Qualy. Veremos si el cansancio, con victorias, se lleva mejor.