Posiblemente estemos ante uno de los temas más comentados hoy en día en el panorama tenístico. ¿Volverá Roger Federer a su mejor nivel? ¿Continuará siendo ese extraterrestre disfrazado de caballero? ¿Podrá el maestro continuar jugando al tenis sin apenas sudar? Esta semana en Doha, después de más de un año sin poder jugar un partido oficial, el suizo disputó sus primeros encuentros desde que se lesionase de la rodilla derecha y se sometiera a dos operaciones en 2020.
Analizando seriamente su historial, nadie hoy en día se ha atrevido a responder negativamete a esas preguntas, no desde que dejase claro hace unos meses que no se retiraría y que intentaría volver a ser competitivo esta temporada. Federer, de 39 años de edad, salió a la pista en su partido ante Dan Evans visiblemente emocionado, a sabiendas de la tremenda presión que tenía encima. Cada derrota sorprendente que ocurra en las próximas semanas, generará muchas preguntas sobre si está ante sus últimos partidos como tenista profesional. En el Media Day del pasado domingo, el helvético pidió paciencia para todos sus aficionados. Todavía no está al 100% y poco a poco irá cogiendo ese ritmo competitivo que tanto busca. El objetivo está bastante claro: Wimbledon 2021 que arrancará el 28 de junio.
Posiblemente el mundo del tenis no comparta esa paciencia. Cada uno de sus movimientos se analizará detenidamente en busca de indicios que haga pensar que este regreso es más bien una despedida. Pero nada más lejos de la realidad. Federer es víctima de sus éxitos. En 2016, un desgarro en el menisco de su rodilla izquierda y algunos problemas en su espalda le apartaron del circuito durante seis meses. Cuando regresó, a sus 35 años, se habló de que estábamos ante el ocaso del suizo. Pero lo que nadie se esperó fue ese nivel tenístico que desplegó Roger desde el Open de Australia, con esa agresividad, especialmente en su revés, que muy pocos tenistas pudieron hacerle frente.
La forma en la que Federer consiga manejar esa presión, contribuirá en gran medida a determinar si este regreso es una gira de despedida o un intento bastante viable de poder competir por los torneos más importantes del circuito, especialmente Wimbledon, donde Roger ha demostrado a lo largo de todos estos años la razón por la cual es su torneo favorito. Esta semana ha jugado en Doha y hace unas horas confirmó que no disputaría Dubái. La idea es jugar un par de torneos de tierra batida antes de meterse de lleno en la gira de hierba.
¿Qué pensáis vosotros? ¿Podrá Federer volver a competir por los torneos más importantes? ¿Estamos ante su último año como tenista profesional?