
Novak Djokovic se dio un baño de masas en su país natal para celebrar su récord como el jugador con más semanas como número uno del mundo. El tenista serbio dio un pequeño discurso en su restaurante de la capital, Belgrado, mientras presenciaba una serie de fuegos artificiales que anunciaban a bombo y platillo el hito de Nole. Allí se congregaron bastantes personas, con un Djokovic ataviado con la mascarilla, pero sin distancia de seguridad entre el público. Además, Novak repartió varias camisetas envueltas para los asistentes y dejó claro sus intenciones: "Trato de disfrutar el momento al máximo. Todavía tengo hambre y deseo de seguir jugando al tenis, pero todavía necesito celebrar días como hoy. Os amo y os doy las gracias", dijo a los aficionados allí presentes.