La salud está por encima de todo y de todos. En esa línea de pensamiento se ha mostrado Daniel Andrews, primer ministro del Estado de Victoria que no ha tardado en salir al paso de las peticiones realizadas por Novak Djokovic a Craig Tiley, en las que reclamaba un trato más igualitario para todos los tenistas y una relajación de las medidas del protocolo sanitario. Australia ha logrado controlar el virus y va a redoblar esfuerzos para evitar que la celebración del Open de Australia 2021 pueda suponer un rebrote de las cifras de la pandemia en su territorio, tal y como se desvela en TheWest.
"Todo el mundo es libre de solicitar cosas, pero la respuesta es no. Las normas se aplican a los tenistas al igual que se aplican a todos los demás. Fueron informados absolutamente de todo cuanto acontecería antes de venir y decidieron acudir al torneo", declaró un Andrews que ha sido secundado por otros políticos de importancia, como el primer ministro del país, Scott Morrison. "Es hora de que sigan las normas estipuladas y se dediquen a jugar al tenis. Se les paga bien por ello", aseveró el político federal, visiblemente molesto con las quejas y actos de rebelión que han llevado a cabo algunos tenistas.
Los que reincidan en faltas en el protocolo serán vigilados por un policía
Otra persona importante en estas fechas, como es Emma Casar, comisario de protocolos sanitarios del Estado de Victoria, fue más allá."Tendremos tolerancia cero con cualquier infracción, hemos reforzado la presencia policial y no vamos a permitir actitudes desafiantes. Los que cometan actos que vulneren el protocolo, aunque sea abrir la puerta del hotel para conversar con otras habitaciones, recibirán multas severas y si son reincidentes les pondremos un policía en la puerta para vigilar. No toleraremos maniobras peligrosas para los demás", comentó con evidente rotundidad. El Open de Australia 2021 sigue blindándose ante cualquier eventualidad que podría poner en peligro el torneo.